La inflación sigue afectando a todas las mexicanas y los mexicanos, y según los especialistas, la tendencia a la alza continuará en lo que resta del año.
Sin duda, los sectores más vulnerables son los que están siendo más golpeados debido al alza en los precios de las mercancías, como ocurre con los micronegocios, que están experimentando una constante caída en sus ventas.
Asimismo, la inflación reduce el poder adquisitivo de las y los mexicanos, principalmente el de las mujeres, ya que la desigualdad salarial y social a la que se enfrentan propicia peores condiciones para las jefas del hogar. De aquí nació el término “she-flation”.
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¿Qué es la she-flation?
Este término se utiliza para hacer referencia al impacto económico que tiene la inflación en las mujeres, debido a la brecha salarial que existe y que evidentemente las pone en una desventaja económica, sobre todo en momentos en que los precios de los alimentos se han incrementado considerablemente.
De acuerdo con la Comisión Nacional de Salarios Mínimos (Conasami) en México, en promedio las mujeres tienen un salario 12.2% por debajo de lo que ganan los hombres.
Por cada 100 pesos que gana un hombre, las mujeres perciben 73, lo que evidencia una brecha salarial de alrededor del 13.5 por ciento, que aún prevalece, a pesar de los esfuerzos y las acciones que se realizan para erradicarla.
Inflación de alimentos en México es la segunda más alta del mundo
Desigualdad e inflación, los retos que enfrentan las mujeres
Datos del Censo de Población y Vivienda del Inegi, revelan que más de 11 millones de hogares reconocen como jefas de familia a las mujeres, quienes al ser proveedoras se enfrentan con mayores retos para abastecerse de alimentos. La razón es que el 58% de ellas se encuentra económicamente inactiva o es menor de 15 años.
Una investigación realizada por el Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO), evidenció que el 37% de las mujeres vive en situación de pobreza. Mientras que datos de la Organización de Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), indican que 22.2% de la población mexicana no puede acceder a una dieta saludable debido a su alto costo.
Además, la población femenina también debe preocuparse más por artículos de higiene personal como las toallas o tampones, los cuales no han bajado sus precios pese a la reforma que entró en vigor en enero de 2022 para eliminar el IVA de estos productos.
A todo ello se suma que el 33% no tiene acceso a servicios médicos, incrementando riesgos a su salud física y también mental ante el estrés financiero que consolidó la crisis.
Encaminar políticas públicas para otorgar recursos suficientes a los grupos femeninos, es primordial para acabar con los sesgos económicos, la pobreza y la falta de oportunidades.
Instaurar programas enfocados a contrarrestar la she-flation deberán abrirse paso en la agenda social del país, a fin de apoyar la economía de las mujeres para que puedan lograr la autosuficiencia financiera.
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