Desde la puesta en marcha de la llamada Ley Patriota, a consecuencia de los atentados terroristas a las Torres Gemelas el 11 de septiembre de 2001, se ha generado un debate entre periodistas, académicos y políticos sobre la pertinencia de aplicar esta normativa a las diferentes organizaciones criminales dedicadas a la producción y trasiego de drogas, más allá de las fronteras estadounidenses, en particular a las agrupaciones afincadas en nuestro país.
El debate arreció en las últimas semanas luego que el gobernador de Texas, el republicano Greg Abbot, firmara un decreto que declara a los cárteles mexicanos como terroristas extranjeros, por lo menos en su estado. Si bien la medida carece de un alcance federal, se suma a las amenazas lanzadas en 2019 por el entonces presidente Donald Trump luego de que tres mujeres adultas y seis pequeños pertenecientes a la familia LeBarón, de nacionalidad estadounidense, fueran salvajemente masacrados por un grupo de delincuentes que buscaban desestabilizar la zona.
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Esta semana se cumplieron tres años del llamado “culiacanazo”, un recordatorio de que si bien los cárteles de las drogas en México no han sido declarados oficialmente como asociaciones narcoterroristas sí se mueven muy cerca del límite de esa clasificación.
Ese día el Estado claudicó a manos del Cártel de Sinaloa, encabezado por los hijos del “Chapo” Guzmán. Brevemente, en aquel momento las Fuerzas Armadas encabezaron un operativo para detener a Ovidio Guzmán el cual en un principio resultó exitoso, sin embargo, la captura provocó una reacción que desató una cadena de enfrentamientos y bloqueos en Culiacán, que inmovilizaron prácticamente al ejército y las fuerzas de seguridad.
Una hecatombe en el que la delincuencia organizada tomó como rehenes a los ciudadanos en su conjunto y que llevó a la determinación del propio presidente Andrés Manuel López Obrador, a ordenar la liberación del narcotraficante sentando un precedente que a la fecha tiñe de vergüenza al gobierno de la Cuarta Transformación.
Si bien hablamos de un episodio trágicamente memorable, no se trata de un evento aislado. En 2008, durante la conmemoración del Grito de Independencia en Morelia, Michoacán, fueron lanzadas dos granadas contra la población civil que le costó la vida a ocho personas e hirieron a cerca de un centenar; en 2019 cerca de tres decenas de personas perdieron la vida luego de que en un bar de Coatzacoalcos criminales dispararan contra clientes y meseros, cerraran las puertas y le prendieran fuego, causándoles la muerte por quemaduras.
Más recientemente, el fin de semana, en Irapuato, Guanajuato, un grupo de encapuchados ingreso a un centro nocturno y disparando indiscriminadamente asesinó a 12 personas sin que aún se conozca el móvil.
México ha firmado diversos acuerdos que lo obligan a enfrentar al terrorismo en todas sus formas, sin embargo, está muy lejos de controlar a los grupos criminales que operan a lo largo y ancho del territorio nacional y que, si bien no son considerados grupos terroristas, por sus estrategias y formas de operar se parecen mucho a éstos, quizá la única diferencia sean sus motivaciones.
Nuestro presidente sin embargo lo tiene claro, son politiquerías dice, producto de las campañas electorales en Estados Unidos. Solo él lo cree.
El mejor PRI está por venir
“México aún está por conocer al mejor PRI de todos los tiempos”, enunció triunfador Alejandro Moreno, al inaugurar los “Diálogos por México”, la pasarela de aspirantes presidenciales del partido que cumplirá 95 años de existencia para las elecciones del 2024.
El lunes abrieron la senadora Beatriz Paredes Rangel; José Ángel Gurría Treviño, exsecretario de la OCDE; Alejandro Murat Hinojosa, quien deja la gubernatura de Oaxaca hasta el 30 de noviembre; y el diputado Ildefonso Guajardo Villarreal. Este martes tocó el turno a la senadora Claudia Ruiz Massieu, la más aplaudida; Enrique de la Madrid Cordero, exsecretario de Turismo; y los gobernadores de Coahuila y Durango, Miguel Ángel Riquelme Solís y Esteban Villegas Villarreal, respectivamente.
Sin duda cuadros tiene el Revolucionario Institucional, aun descartando a Esteban Villegas, quien apenas tiene un mes de gobernador y ya lo andan candidateando, o a Riquelme, quien debería estar más preocupado porque Morena no le arrebate a su estado, con todo y el choque abierto entre el senador Armando Guadiana y el subsecretario de Seguridad, Ricardo Mejía.
Tal vez por esas prioridades del próximo año, Alfredo del Mazo Maza se abstuvo de participar en el evento realizado en el auditorio Plutarco Elías Calles. Tal vez también, porque sea cual sea el resultado en el Estado de México, el gobernador mexiquense no se ve de candidato presidencial.
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De retomarse o mantenerse la alianza con el PAN y PRD -ya no se sabe su status-, se ve muy remoto por ejemplo, que los aliados acepten que los encabece Alejandro Murat, lo cual sería prácticamente una candidatura testimonial, dejando la mesa servida para quien sea que sea el candidato de Morena.
A todos los aspirantes les sobra curriculum en la política y en la administración pública, hasta experiencia como funcionario internacional, como es el caso de Gurría; desafortunadamente, lo que les estorba es el partido. Más de uno de los ponentes no querrán ser candidatos del PRI con su actual dirigente. Difícilmente hay alguien en México que quiera ver al mejor PRI de todos los tiempos a que alude Alito y menos, uno encabezado por él.