Claudia… TeAMLO
Dos grandes perdedores deja el saldo del domingo que arroja más resultados que un coche de Fórmula 1 por segundo: Claudia Sheinbaum, desestimando la opinión y el valor de los ciudadanos que acudieron a esta concentración en la Ciudad de México, y Max Verstappen, quien traicionó brutalmente a su coequipero, Checo Pérez
Es innegable que la estimación de 12 mil personas participantes en la marcha en defensa del INE de este domingo no podía sostenerse, ni argumentarse… mucho menos defenderse. Por eso la Jefa de Gobierno de la Ciudad de México no tuvo más que explicar que fue un error de su secretario de Gobierno y que, efectivamente, las fotografías de las cámaras del C5, o sea de Seguridad Pública que dirige Omar García Harfuch, corrigieron la cifra en 65 mil.
Pero la gravedad no radica ahí, sino en el rechazo a Morena en la capital del país, pues al tiempo que la candidatura presidencial de Claudia no encuentra ni el momento, ni la ocasión adecuada, y no despega, sino que se achica, y pierde brillantez ante los ojos de su mentor y promotor.
Mientras tanto, el cúmulo de obras públicas y de apariciones públicas de algunos delegados, ahora alcaldes no morenistas, como Lía Limón o Mauricio Tabe, comienzan a incomodar al círculo cercano de Doña Claudia, pues el descontento de los mal llamados fifís no es para menos.
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El descarrilamiento de la cuarta transformación en la capital del país es latente y ya es parte de las conversaciones en los war rooms de campaña, pues flaco favor le han hecho al promocionarse en los taxis piratas o con los vendedores callejeros al haberlo etiquetado con el lema “Yo con Claudia… #TeAMLO”, quienes ondean la bandera de la ilegalidad.
Dos grandes perdedores deja el saldo del domingo que arroja más resultados que un coche de Fórmula 1 por segundo: Claudia Sheinbaum, desestimando la opinión y el valor de los ciudadanos que acudieron a esta concentración en la Ciudad de México, y Max Verstappen, quien traicionó brutalmente a su coequipero, Checo Pérez. Queriendo tapar el sol con un dedo, ambos hicieron un mal papel en la jornada dominical.
El canciller Marcelo Ebrard, mientras tanto, fuera de cualquier tipo de controversia, encontró en su trabajo el pretexto perfecto para brillar, concentrarse en su cartera de temas y clientes, y analizar su siguiente movimiento en pos de la Presidencia de la República, cuente con quien cuente. Desde la lejanía, en su pueblo, el presidente pudo ver el fin de semana que las cosas no están terminando de suceder como él quería.
El tirano de Twitter
Al día de hoy, Elon Musk tiene una fortuna estimada en 185 mil millones de dólares, de acuerdo al Bloomberg Bilionaires Index. A fines de octubre pasado, el dueño de Tesla y SpaceX concretó la compra de Twitter por 44 mil millones de dólares, su red social favorita para hacer negocios a través de sus anuncios y opiniones, como la propia compra de la empresa del pajarito azul.
La llegada de Musk ha estado salpicada de caprichos y ocurrencias, lujos que se puede dar quien tiene dinero de sobra. Arrancó con despidos masivos a nivel mundial, hasta un 50% de los empleados, incluido equipo de ejecutivos, de confianza y de seguridad.
Una de sus propuestas que anunció Musk incluso antes de concretar la compra, fue cobrar 8 dólares mensuales por la verificación de la cuenta, algo que se hacía antes de manera gratuita mediante ciertos requisitos, particularmente para personalidades e instituciones famosas.
La idea del cobro como única condición provocó numerosas suplantaciones de identidad, siendo la más conocida, por costosa, la de la farmacéutica Eli Lilly, en cuyo caso una cuenta impostora tuiteó que la insulina pasaba a ser gratis.
La empresa perdió más de 4% en la Bolsa y alrededor de 14 mil millones de dólares en unas horas. Twitter suspendió su nuevo servicio de verificación.
A principios de octubre, Musk tuiteó una propuesta de paz para la guerra en Ucrania claramente favorable a Rusia, proponiendo, entre otros puntos, que Ucrania ceda la península de Crimea y la neutralidad de Ucrania.
La propuesta causó consternación entre las autoridades ucranianas, pues desde el inicio de la invasión rusa, Musk les ha estado proporcionando terminales del servicio de conexión por satélite a través de su empresa Starlink sin costo.
Posteriormente, mediante un tuit, el empresario pidió al Pentágono que asumiera la financiación de las terminales a Ucrania o concluiría las donaciones. Al final, Musk informó que continuaría con el servicio, mientras Europa y Estados Unidos evalúan cómo financiarlo.
Un día antes de las elecciones en Estados Unidos, ya dueño y señor de Twitter, Musk llamó a los independientes a votar por los republicanos, bajo un supuesto argumento de contrapeso, aunque son públicas sus críticas a Joe Biden por sus políticas de subvenciones al mercado de autos eléctricos y respaldo a los sindicatos. Por lo visto el exhorto tuvo poco eco.
Tras la suspensión del cobro por verificación de cuenta, Musk advirtió: “Tengan en cuenta que Twitter hará un montón de cosas tontas en los próximos meses. Dejaremos lo que funciona y cambiaremos lo que no”.
Ya de antes del descalabro, Volkswagen, General Motors, Audi, Pfizer, Mondelez, United Airlines, entre otros, suspendieron su publicidad en Twitter, mientras evalúan las medidas de Musk. Probablemente tarden en regresar y otros también pausen su publicidad en lo que termina la incertidumbre.