Michelle Arellano, es una niña de 9 años, originaria de Tuxtla Gutiérrez, Chiapas, con un coeficiente intelectual (CI) de 158 puntos, que le permitió acabar sus estudios hasta el nivel bachillerato y ser aceptada para estudiar medicina en la Universidad de Massachusetts (UMass)
De acuerdo con el Centro de Educación al Talento (Cedat), institución que ofrece apoyo a niños sobredotados, se considera que una persona pertenece a esta categoría cuando su CI sobrepasa los 130 puntos.
Esta misma institución calcula que el 3% de los menores en el país cumplen con esta característica y Michelle es una de ellas.
La madre de Michelle Arellano se dio cuenta de su inteligencia superior cuando al año y medio de edad, su hija aprendió a hablar perfectamente inglés y español y a los 4 pudo escribir y leer.
A pesar de que actualmente la inteligencia de Michelle le está abriendo caminos, se ha enfrentado a varios retos en su vida. Su madre, Karina Guillén explicó, en una entrevista a CNN, que cuando supo que su hija era sobredotada buscó en su estado colegios que la aceptaran, pero se enfrentó a varios rechazos.
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Sin rendirse, Karina contrató a maestros particulares para que su hija Michelle Arellano aprendiera biología, álgebra, química y física; esto debido a que la pequeña se aburría mucho en sus clases.
Gracias a estos conocimientos, pudieron solicitar la aceleración de grados para que la joven acreditara la secundaria y preparatoria.
Posteriormente, Michelle presentó un examen para entrar a la carrera de Medicina en la UMass, en la cual fue aceptada.
Sus clases iniciarán en agosto y durante dos años atenderá sus deberes en línea, aunque después tendrá que hacerlo de forma presencial.
Educar a niños sobredotados: un reto en México
Michelle y su madre también afirman que desean fundar una organización para ayudar a los niños sobredotados, esto después de los desafíos que la familia chiapaneca tuvo que enfrentar al buscar educación especial.
El Centro de Atención al Talento y de la Asociación de Padres de Familia Sobredotados (Ampas) informó que en México el 95% de estos niños no son identificados y que más del 80% de ellos sufren acoso escolar, el doble de lo que reciben estudiantes con inteligencia promedio.
La institución explica la raíz de este problema es la falta de conciencia que hay entre la población respecto a la existencia de este grupo de personas, lo cual los insensibiliza ante sus necesidades educativas.
En México la Secretaría de Educación Pública (SEP) no está preparada para recibir este tipo de estudiantes, debido a esto a finales del 2021 la senadora Eva Galaz demandó establecer centros de enseñanza específicos para esta población.
Actualmente en algunos estados ya existen estas instituciones, pero no están dirigidos por la Federación.
“Son loables estos esfuerzos; sin embargo, no son suficientes para identificar y atender a una población que se estima en un millón de niñas, niños y jóvenes con altas capacidades intelectuales”, mencionó la representante.
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