Gertz, “por lo pronto”, fiscal de nueve años
Este lunes se reunió Claudia Sheinbaum con Alejandro Gertz Manero y, al concluir la reunión, fue inquirida por la prensa sobre la continuidad del fiscal, […]
Este lunes se reunió Claudia Sheinbaum con Alejandro Gertz Manero y, al concluir la reunión, fue inquirida por la prensa sobre la continuidad del fiscal, a lo que la presidenta electa contestó que “se queda, por lo pronto se queda”, lo que muchos erróneamente interpretaron como una ratificación.
A todos los encargados de procuración de justicia federal los han rodeado rumores sobre renuncias o remociones al poco tiempo de ocupar el cargo. Las versiones tienen cierto sustento, dado que el último procurador que duró en el puesto todo un sexenio fue Sergio García Ramírez en la lejana administración de Miguel de la Madrid.
Con ese antecedente, no extrañe que a Gertz Manero prácticamente cada año de los cinco que lleva de fiscal general de la República haya quienes lo ven fuera por motivos de salud o porque el presidente le pidió la renuncia, y hasta se mencionen nombres de sus relevos, desde Santiago Nieto hasta Arturo Zaldívar.
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Alejandro Gertz está a unos días de convertirse en el primer titular que no sólo se mantiene al frente de la ahora Fiscalía General de la República todo un sexenio desde hace 36 años, sino que trasciende a otra administración, no porque lo ratifique la futura presidenta o que se quede “por lo pronto”, sino porque su gestión es por 9 años, terminando en enero del 2028.
A casi un mes de cumplir 85 años, Gertz no necesita ni que lo ratifiquen, ni coaccionar con sacar expedientes para mantenerse en como fiscal general y menos quedarse a prueba, como suena el “por lo pronto”. Le basta y sobra con que las partes se apeguen a la ley y se respete la autonomía de la FGR, y no caer en los juegos de los estados, donde cada gobernador quiere tener a su fiscal a modo. Y no es que Gertz hubiera sido independiente de López Obrador, al contrario, sólo que él quiere terminar el periodo completo para el que fue nombrado, sea o no de la confianza de la futura presidenta.
Sin duda es deseable la coordinación entre las instancias de seguridad y las de procuración de justicia, como la plantea Sheinbaum y lo hizo en CDMX, pero si quiere mantener el esquema de reuniones diarias de madrugada del gabinete de seguridad, difícilmente verá a Gertz desmañanándose todos los días, y menos diciendo que sí a lo que pida la presidenta, o peor, que lo traten de a igual con Omar García Harfuch.
Que alguien le diga a Sheinbaum que Gertz no es Ernestina.
ONU: un mundo insostenible
Iniciaron los trabajos de la 79ª Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) con un mensaje de desesperanza, como ha venido ocurriendo en los últimos años. Se presentó un listado de todas las desgracias del mundo por parte de su secretario general, António Guterres; un listado que no es nuevo para ninguno de nosotros, pero que hemos preferido ignorar en vez de enfrentarlo abiertamente. Tal vez por miedo, tal vez por comodidad, pero, al fin y al cabo, es un recordatorio de que el futuro nos alcanzará, no importa cuánto volvamos el rostro hacia otra parte.
La propia ONU se encuentra en una crisis de respetabilidad. De entrada, los cinco miembros permanentes del Consejo de Seguridad utilizan sus “privilegios” a conveniencia para justificar acciones abusivas, ya sea para intervenir abiertamente en estados más débiles o para imponer políticas arbitrarias. Pregúntenle a Rusia, que invadió a Ucrania hace dos años y ocho meses y no hay quien la detenga, o a Estados Unidos, que, sin importar el peligro que corran miles de civiles –sobre todo mujeres y niños–, no duda en alinearse codo a codo con las acciones bélicas israelíes, que violan cualquier protocolo humanitario.
El resto de los países evita la confrontación en tanto sus intereses no se vean afectados. México, por ejemplo, ha sostenido una postura favorable a Ucrania dentro de la ONU; sin embargo, sistemáticamente se ha opuesto a señalar a Rusia como país agresor. En el caso de Medio Oriente, nuestro país se ha negado a reconocer a Palestina como Estado. El propio presidente, Andrés Manuel López Obrador, ha señalado que se actúa bajo una política de neutralidad porque se quiere contribuir a la paz pero, ¿se puede ser neutral cuando en la Franja de Gaza ya son más de 40 mil los muertos, muchos de ellos civiles?, ¿se puede hablar de paz cuando al agresor se le concede el beneficio de la duda?
La desigualdad es otra de las formas de violencia que atestiguamos cotidianamente sin mostrar ninguna emoción. De acuerdo con los datos referidos por Guterres, el 1% de los habitantes del mundo posee el 43% de los activos del planeta, consorcios, empresas y billonarios que cuentan además con la complicidad de funcionarios que les brindan grandes beneficios fiscales, impactando negativamente los proyectos de salud, educación y protección social. De los 75 países más pobres del mundo, dos tercios están peor que hace cinco años; en ese mismo lustro, los cinco hombres más ricos duplicaron su patrimonio.
Y qué decir del cambio climático, que ya nos alcanzó, pero del que no nos damos por enterados. Temperaturas extremas, inundaciones, deforestación y sequías prolongadas se han vuelto cotidianas; sin embargo, los combustibles fósiles siguen siendo la principal fuente de energía. Tan sólo en México, se privilegió la inversión en refinerías antes que en otras fuentes de energía limpia y menos contaminantes.
Y como si se hubiera abierto la caja de Pandora, ahora surge la Inteligencia Artificial, que invariablemente va a modificar nuestra forma de vida. Guterres se preguntó si esto conduciría a más libertad o a más conflicto. Una duda que todos deberíamos plantearnos, porque hacia allá vamos inexorablemente.