Únete a nuestro canalBeltrones: cada quien tiene su historia
Cuando le preguntaron a Claudia Sheinbaum si invitaría a Manlio Fabio Beltrones a Morena, la ya casi formalmente presidenta electa dijo que “cada quien tiene […]
Cuando le preguntaron a Claudia Sheinbaum si invitaría a Manlio Fabio Beltrones a Morena, la ya casi formalmente presidenta electa dijo que “cada quien tiene su historia” y, para empezar, no creía que el sonorense estuviera interesado, pero hizo un guiño, y dejó abierta la posibilidad de que hubiera coincidencias y el futuro senador votará a favor de algunas de las reformas, como la de la atención médica universal gratuita.
Porque no hay que descartar a nadie, si en la Cuarta Transformación hubo espacio para Manuel Bartlett -y vaya que tiene historia-, por qué no la habría para Manlio, uno de los políticos más experimentados, discípulo de Fernando Gutiérrez Barrios, al igual que Dante Delgado. Y menos menospreciarlo cuando todos los votos en el Senado sirven y el PRI está en proceso de liquidación.
La expulsión de Beltrones del grupo parlamentario tricolor en el Senado pretende dejar al sonorense aislado y cortar con su ejemplo cualquier señal de disidencia entre priistas con cargos de elección popular, donde estuvieron los más acérrimos enemigos de Alejandro Moreno. Así se deshizo de Miguel Ángel Osorio Chong, y así aprovechó Eruviel Ávila para reinventarse con el Verde en el Edomex.
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Habrá que ver cómo juega Manlio Fabio en la adversidad y si no le resulta a la larga más costoso a Alito expulsarlo que tolerarlo en la bancada, y esperar a ver a quiénes le muestran más desdeño a Beltrones o a Moreno.
Seis años más
Siguiendo los pasos de su mentor, la presidenta electa, Claudia Sheinbaum, ya anunció que mantendrá durante los próximos seis años el esquema de las reuniones de seguridad y la conferencia matutina en el mismo horario y en el mismo lugar que lo ha hecho Andrés Manuel López Obrador.
No está claro si por endulzarle el oído al mandatario o porque en realidad pretende que el segundo piso de la Cuarta Transformación vaya a ser una réplica del primero, Sheinbaum, que no es precisamente la más mediática, habrá de tomar las riendas de un espacio que fue diseñado específicamente para López Obrador cuando fue jefe de Gobierno del entonces Distrito Federal emulando al programa venezolano “Aló presidente”, espacio de adoctrinamiento utilizado por Hugo Chávez para promover la “revolución bolivariana”.
Con su llegada a la presidencia, López Obrador replicó el modelo pero potencializado, una pretendida conferencia de prensa en la que, se afirma, tiene lugar un diálogo circular en el que él por supuesto, ocupa el centro y desde ahí manda por la tangente todos los temas escabrosos que cuestionan sus decisiones de gobierno. Como aquellos viejos programas de comedia de televisión, el público está integrado por medios, una buena parte de ellos no tradicionales, que son afines al ideario obradorista y que son utilizados para detonar, eso sí, los asuntos que quiere difundir.
Hay quien piensa que nunca las segundas partes han sido buenas. Habrá que concederle el beneficio de la duda a Claudia Sheinbaum, quien cuenta con habilidades muy distintas a la del presidente, que como pocos domina el arte de la manipulación, la insidia y el engaño, y quien ha logrado en buena parte de las ocasiones imponer la agenda mediática a partir de la división de la sociedad mexicana, esa división que junto con sus programas clientelares le ha ganado el apoyo de millones de mexicanos que están necesitados de escuchar historias de éxito en la que ellos son los personajes principales.
Justo este martes, Reyna Ramírez, comunicadora de Sonora Red, colectivo de reporteros en defensa de la ética, externó ante López Obrador lo que en su experiencia ha sido la conferencia matutina: hay censura, bloqueos, humillaciones, fanatismo, reporteros proscritos, castigos para quienes no se ajustan a la norma establecida por el vocero y, sobre todo, un espacio desde el cual se ha polarizado a la sociedad.
¿Seguirá teniendo la conferencia la misma vocación o tendrá Sheinbaum la capacidad de darle un vuelco que nos vuelva a unificar? En sus manos está recuperar una patria que es de todos. No sé trata de que abandone los preceptos de la Cuarta Transformación, se trata de abrirse a otras formas de pensamiento con las que no necesariamente tiene que congeniar pero que, como presidenta, debe de respetar y hacer valer y desde ahí, desde esa plataforma, empezar a gobernar ahora sí para todos los mexicanos.
