Dos preocupaciones rumbo al 2024
En vísperas del año electoral, dos cosas tendrían que empezar a preocuparnos a todos los mexicanos, independientemente de que nos identifiquemos con una u otra fuerza política.
En vísperas del año electoral, dos cosas tendrían que empezar a preocuparnos a todos los mexicanos, independientemente de que nos identifiquemos con una u otra fuerza política. La primera, es un presidente que olvida que si bien sus derechos constitucionales permanecen intactos, como los de cualquier otro ciudadano, no es igual al resto de los mortales a los que gobierna, y no es igual, simple y sencillamente porque él dispone de todos los recursos del Estado, mismos de los que hecha mano cuando se trata de confrontar a un adversario, tal como ha venido ocurriendo durante las últimas semanas con la aspirante a sucederlo por parte del Frente Amplio por México, Xóchitl Gálvez, pero que ya había ocurrido antes con el periodista Carlos Loret y el empresario Claudio X. González, por citar algunos casos emblemáticos.
El presidente que desde su centro neurálgico de poder reclama ejercer su libertad a la libre manifestación, expresión, su derecho a disentir, libertad de réplica (posibilidad que le negó a la propia Gálvez pese a haber un mandato judicial), es el mismo que sin hacer honor a su investidura hace públicos datos que por ley está prohibido revelar y de mala gana afirma respetar los mandatos del Instituto Nacional Electoral (INE) habida cuenta que en la primera oportunidad, siempre anteponiendo sus creencias a las leyes, los habrá de vulnerar y lo que es aún peor, todos sabemos que nada habrá de pasar.
El segundo tema que tendría que mantenernos si no intranquilos por lo menos alertas, tiene que ver justamente con el INE, un organismo que en las últimas semanas se ha mostrado débil. Frente al embate de las campañas electorales anticipadas, porque no nos hagamos tontos eso es lo que son, se ha comportado con una tibieza que nos hace olvidar aquel órgano que nos llevó tantos años construir y que lejos de ser un árbitro que impone respeto, amonesta y sanciona cuando la situación así lo amerita, hoy tímidamente parece solicitar la anuencia de los infractores, quienes ni siquiera por guardar las apariencias fingen honrarlo. El fin de semana la Comisión de Quejas del INE, lejos de ordenar que las llamadas “asambleas informativas” realizadas por los aspirantes del Morena se llevaran a cabo “en lugares pertenecientes al propio partido político, como sus oficinas estatales o municipales”, optó por anteponer la palabra “preferentemente”. Ergo, las cosas quedaron cómo estaban, como lo señaló el partido oficial que destacó la no obligatoriedad de la medida.
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Bajo circunstancias como la señalada, el INE empieza a ser cuestionado ¿Este INE está preparado para enfrentar el proceso electoral más complicado de nuestra historia contemporánea? ¿Estará en capacidad de ejercer la autoridad que la ley le otorga para poner orden en las campañas políticas? Se ha hablado mucho de la posibilidad de que en el proceso 2024 se inyecte dinero de grupos delincuenciales beneficiando a uno u a otro bando, ¿tendrá el INE el valor para denunciarlo y aplicar sanciones a los involucrados? ¿Puede el INE frenar a un presidente que apabulla y que no va a dudar en utilizar todos los recursos para mantener vivo a su movimiento? Sólo el tiempo habrá de decirlo. Hará cosa de dos semanas el ex consejero presidente del INE, Lorenzo Córdova, lo expresó con más claridad durante un evento: “Si se claudica la función de árbitro, los jugadores se sienten legitimados para hacer lo que se quiera, y eso saben hacerlo muy bien históricamente”.
Fran Drescher vs streaming e IA
Resultó una coincidencia poética que, al estallar la primera huelga conjunta de guionistas y actores desde 1960, la presidenta del Sindicato de Actores de Estados Unidos (SAG-AFTRA, por sus siglas en inglés) fuera Fran Drescher, la actriz de The Nanny, la popular serie de televisión de los noventas, donde interpretaba a Fran Fine, la niñera con voz chillona de los hijos de un millonario productor de obras de teatro.
Hace dos meses el sindicato de guionistas (WGA) entró en paro de labores, en demanda de mejoras salariales y definiciones sobre el uso de la Inteligencia Artificial en la creación de las obras. Finalmente, el jueves pasado el gremio de actores se unió a la huelga, con las mismas demandas, además de exigir un ajuste en las regalías que reciben por retransmisiones, así como una fórmula justa para las regalías por el nivel de éxito de los programas en streaming, algo inexistente.
Con un encendido discurso de defensa de trabajador como no se ha escuchado en años entre políticos de izquierda y menos en Estados Unidos, Fran Drescher anunció el paro de labores de su gremio, señalando que lo que ocurre con la industria cinematográfica está pasando en todos los ámbitos laborales y, en este caso, cómo ha cambiado el modelo de negocio con el streaming y la Inteligencia Artificial, con la codicia de la industria del entretenimiento. La actriz no está dramatizando.
Tan sólo la propuesta de las grandes productoras para el uso de Inteligencia Artificial a los actores llama a la perplejidad y parece historia de terror y ciencia ficción: que los actores de reparto sean escaneados, se les pague el sueldo de un día, y que la empresa contratante sea propietaria de esa imagen y presencia y pueda usarla indefinidamente en cualquier proyecto, sin necesidad de su consentimiento ni compensación. Preocupante con actores, alarmante con la labor creativa de guionistas.
Las demandas de los guionistas y actores son legítimas. Se trata de personas que en su gran mayoría trabajan por proyecto, es una industria con mucho glamour, donde son contadas las estrellas multimillonarias, aunque sí abundan los ejecutivos que lo son. Desafortunadamente, de parte de los estudios y plataformas no se ve mucha voluntad de acceder a las demandas -como se ve en el caso de la huelga de los guionistas-, y sí de aguantar hasta otoño para que los actores y guionistas rompan el paro por necesidad de ingresos. Reventarlos, tal cual.
No perdamos de vista el desenlace de este drama hollywoodense.