La compraventa de viviendas continúa enfrentando desafíos importantes, derivados de la prevalencia de prácticas informales en el sector inmobiliario mexicano. Gustavo Felipe Tomé Velázquez, experto en este ámbito, explica que la falta de formalidad en las transacciones expone a los compradores a riesgos innecesarios y debilita la confiabilidad del mercado, afectando su desarrollo y limitando el potencial de crecimiento a largo plazo.
En 2023, el 60% de las transacciones de compraventa de viviendas en México se llevaron a cabo de forma informal, de acuerdo con datos de la plataforma Propiedades.com, lo que significa que los cambios en la titularidad de las propiedades no se formalizaron mediante escritura pública ni fueron registrados oficialmente en el Registro Público de la Propiedad.
De acuerdo con Tomé Velázquez, optar por procesos de compraventa formalizados aporta una garantía de seguridad jurídica tanto para el comprador como para el vendedor, estableciendo reglas claras y protecciones legales para ambas partes.
“Al contar con documentación adecuada y acuerdos legalmente respaldados, los compradores pueden asegurar sus derechos de propiedad y evitar problemas legales en el futuro, como la pérdida de su patrimonio o conflictos de posesión”, explica Tomé Velázquez
La formalización en la compraventa inmobiliaria también permite construir un historial claro del inmueble. Este registro, además de prevenir posibles fraudes, facilita una trazabilidad esencial para aquellos interesados en verificar la situación de una propiedad antes de realizar una inversión.
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Retos del sector
Uno de los obstáculos que enfrenta la formalización es la percepción de que los trámites legales son complejos o costosos, razón por la cual muchos prefieren acudir a intermediarios no regulados o cerrar acuerdos de palabra.
Tomé Velázquez destaca que este tipo de transacciones informales carecen de respaldo en caso de disputas, dejando a los compradores en una situación vulnerable si surgieran problemas en el futuro.
“A nivel financiero, las operaciones informales limitan el acceso a beneficios importantes, como créditos hipotecarios. Debido a la falta de regularización, los inmuebles adquiridos de manera informal no cumplen con los requisitos necesarios para ser considerados por las instituciones bancarias o financieras, lo que restringe las opciones de financiamiento”, explica Tomé Velázquez
El experto agrega que un mercado inmobiliario estructurado y transparente atrae a más inversionistas y fomenta la profesionalización de los actores en el sector, pues asegura que
la confianza impulsa la inversión, creando un círculo virtuoso que beneficia tanto a pequeños compradores como a grandes inversionistas.
Para Tomé Velázquez, una mayor regulación en la actuación de agentes inmobiliarios e intermediarios brindaría garantías adicionales a los compradores y vendedores, permitiendo que el proceso de compraventa sea más seguro y eficiente.
“Contar con profesionales capacitados genera confianza y también mejora la experiencia de compra para los clientes, quienes pueden estar seguros de que sus derechos estarán protegidos”, puntualiza el experto inmobiliario.
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