Transformación organizacional: necesaria para las empresas que busca mantenerse relevantes en un entorno competitivo

En un entorno donde cada vez más industrias están migrando al entorno digital, la transformación organizacional es crucial para que las empresas se adapten y evolucionen hacia modelos más eficientes y competitivos.

La transformación organizacional se refiere a la reestructuración de una empresa en diversos aspectos, como su cultura, procesos, tecnología y estructura; y la misma implica una redefinición estratégica que no solo busca adaptarse al mercado, sino también mejorar internamente, promoviendo la innovación y el compromiso de los empleados.

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El objetivo principal es mejorar el rendimiento y la eficacia, asegurando que la organización pueda enfrentar los desafíos actuales y futuros del mercado.

De acuerdo con César Palomar, fundador y CEO de Go-Productivity, actualmente estamos inmersos en la Cuarta Revolución Industrial, un entorno donde no solo la digitalización es protagonista, sino también la interconectividad.

  • “Este cambio no se trata únicamente de adoptar tecnología, sino de aprovecharla estratégicamente para optimizar tiempos, mejorar la productividad, reducir desperdicios y utilizar herramientas que faciliten la colaboración eficiente. La clave no es la digitalización en sí, sino cómo se integra en los procesos para potenciar resultados”.

El experto refiere que la era digital exige más que solo tecnología; requiere de un cambio cultural organizacional para potenciar el talento, adaptarse con agilidad y mantenerse a la vanguardia.

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Establecer objetivos y métricas

Para llevar a cabo una transformación organizacional efectiva, es fundamental llevar a cabo un diagnóstico exhaustivo para entender las necesidades de cambio de la organización; definir metas claras, desarrollar un plan que contemple todos los aspectos necesarios para implementar el cambio y establecer métricas para medir los avances.

En este sentido, Palomar resaltó la importancia de establecer indicadores que realmente impulsen resultados; ya que, sin un enfoque integral de medición, es difícil evaluar si las iniciativas de mejora están generando los resultados esperados o si simplemente quedan en el ámbito de la percepción.

“Peor aún, la falta de datos objetivos puede generar fricciones dentro de los equipos al no contar con evidencia concreta para validar decisiones”.

Agrega que para evitar este problema, es fundamental adoptar una cultura basada en datos (Data-Driven Decision, DDD). Este enfoque permite que las decisiones se fundamenten en hechos y no en intuiciones, lo que facilita la objetividad, fortalece la alineación entre equipos y ayuda a generar ideas más concretas y efectivas.

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Para el especialista, la clave para mejorar no es solo implementar métricas, sino asegurarse de que estas reflejen la realidad del negocio y sirvan como una guía clara hacia la mejora continua.

“En nuestra experiencia realizando consultoría en empresas de América Latina, hemos observado un desafío recurrente: la falta de disciplina en el uso de métricas. A menudo, las organizaciones solo miden “lo más importante”, — desde la perspectiva del dueño o la dirección—, dejando de lado indicadores clave que permiten comprender el estado real del negocio. Cuando no se establecen métricas claras, muchos temas quedan subjetivos, lo que genera confusión y frustración dentro de los equipos”.

El experto en transformación organizacional añade que en esta medición, cuando los KPI (Key Performance Indicator) un indicador que mide el desempeño de una actividad en un área o proceso específico; y los Objectives and Key Results (OKRs) que responden a qué se quiere lograr y cómo se alcanzará el objetivo; se combinan estratégicamente, permiten mejorar la gestión y el desempeño organizacional.

“Un OKR bien definido incorpora métricas KPIs) que permiten medir su progreso. Sin estos indicadores, sería imposible saber si estamos logrando el objetivo”.

Señaló que al definir los KPIs, es fundamental considerar tanto aspectos cuantitativos como cualitativos, asegurándose de que el valor se traduzca en resultados tangibles como ahorros, posicionamiento, satisfacción del cliente, reducción de tiempos.

Innovación continua

Por otra parte, en el proceso de transformación organizacional, la innovación desempeña un papel clave al fomentar un ambiente propicio para nuevas ideas y mejoras.

El CEO de Go-Productivity refiere que la innovación va mucho más allá de analizar tendencias emergentes o expandir productos a mercados desconocidos.

Innovar implica:

  • Cuestionar si la forma en que se trabaja es realmente eficiente.
  • Explorar nuevas maneras de optimizar tiempos, calidad y entrega.
  • Buscar formas de simplificar y mejorar la manera en que operamos.

“La verdadera innovación no solo ocurre en el producto, sino en cómo lo desarrollamos, lo entregamos y lo hacemos evolucionar. Si una empresa realmente quiere ser innovadora, debe crear el entorno adecuado para ello”.

Indicó que un error frecuente es exigir innovación sin proporcionar espacios de experimentación; herramientas para desarrollar ideas y tolerancia al error como parte del proceso.

“La innovación requiere probar, fallar y aprender. Muchas organizaciones dicen “queremos ser innovadores”, pero sus líderes no permiten la experimentación ni aceptan el margen de error. Quieren innovación sin equivocaciones, y ahí está el problema”.

El especialista destacó que la participación de los líderes, tanto de la alta dirección como de mandos medios, es clave para un cambio real en el proceso de transformación de la empresa.

“Cuando hablamos de transformación organizacional, su participación es primordial y no puede delegarse. Si los líderes no se involucran activamente, el proceso corre el riesgo de caer en viejas prácticas que no generan valor”.

Finalmente, César Palomar explicó que ‘involucrarse realmente’, significa romper paradigmas y cuestionar lo establecido; dedicar tiempo y participar activamente, aportando valor.

“Delegar la transformación es un camino al fracaso. El éxito de una transformación no depende solo del equipo operativo, sino de cómo los líderes impulsan y respaldan el proceso. Sin este respaldo, cualquier intento de cambio será superficial y destinado al fracaso”, concluyó.

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