El Instituto Nacional de Estadística y Geografía, INEGI, dio a conocer el Registro Administrativo de la Industria Automotriz de Vehículos Ligeros (RAIAVL) y de acuerdo con los resultados, en diciembre de 2022, se vendieron 120 862 unidades en el mercado interno, lo que representa una variación de 24.1 por ciento respecto al mismo mes de 2021.
La información provino de 22 empresas afiliadas a la Asociación Mexicana de la Industria Automotriz, A.C. (AMIA), Giant Motors Latinoamérica y Autos Orientales Picacho.
Durante el periodo enero – diciembre 2022:
— INEGI INFORMA (@INEGI_INFORMA) January 6, 2023
🚗 se produjeron 3,308,346 vehículos ligeros
📦 se exportaron 2,865,641 unidades
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Inegi: Se comercializaron 1 086 058 vehículos ligeros
Por otro lado, durante enero y diciembre del 2022, se comercializaron 1 086 058 vehículos ligeros y, en este mismo periodo, se produjeron 3 308 346 unidades en México. Los camiones ligeros representaron 80.1 por ciento del total producido, mientras que el resto correspondió a la fabricación de automóviles.
Asimismo, en diciembre de 2022, se exportaron 243 344 vehículos ligeros y, durante el periodo enero y diciembre de 2022, se reportó un total de 2 865 641 unidades, una variación de 5.9 por ciento respecto al mismo periodo de 2021.
Confianza empresarial cierra con pesimismo el 2022: Inegi
De manera general, la producción de vehículos durante el mes se ubicó en 239,536 unidades, registrando un crecimiento anual de 12.84 por ciento. Con esto, en el año la producción total se ubicó en 3,259,126 unidades, creciendo 9.29 por ciento con respecto al 2021 pero todavía mostrando un rezago significativo de 14.48 por ciento con respecto al 2019, previo al impacto de la pandemia.
Por su parte, en todo 2022, las exportaciones sumaron 2,865,641 unidades, registrando un crecimiento de 5.86 por ciento con respecto al 2021, pero mostrando un rezago de 15.53 por ciento con respecto al 2019.
En este año, es probable que continúe la recuperación de la producción y las exportaciones del sector automotriz, pues se han reducido las interrupciones en las cadenas de suministro globales. Sin embargo, persiste el riesgo de una demanda débil, debido a las elevadas tasas de interés y al riesgo de una recesión en Estados Unidos.
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