Economía y Finanzas

¿Qué le falta a México para avanzar en su transición a las energías renovables?

Por: Raúl Olmedo Gutiérrez 11 Abr 2024
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El gobierno se ha establecido objetivos ambiciosos en materia de energías renovables como parte de su compromiso con la transición hacia fuentes más limpias y sostenibles.

Como varias políticas gubernamentales, el gobierno tiene buenas intenciones, pero los mensajes no son claros y las políticas mucho menos, tal es el caso de la energía renovable en nuestro país, puesto que por un lado el gobierno se ha establecido objetivos ambiciosos en materia de energía renovable como parte de su compromiso con la transición hacia fuentes más limpias y sostenibles.

Estos objetivos incluyen 2,000 aumentar la proporción de energía proveniente de fuentes 1,000 renovables en el mix energético total. Pero por el otro lado, la Comisión Federal de Electricidad (CFE) ha aumentado hasta un 51% el uso de carbón para la generación eléctrica, según información del Centro Nacional de Control de Energía (CE- NACE). Esto tendría necesariamente que cambiar, puesto que México cuenta con condiciones geográficas favorables para estos tipos de energía, lo que ha facilitado el crecimiento de parques eólicos y plantas solares.

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Hace unos meses, la Secretaría de Energía (SENER) publicó el Programa de Desarrollo del Sistema Eléctrico Nacional (PRODESEN) 2023-2037, documento rector de la planeación que incorpora las proyecciones de crecimiento de la demanda de electricidad en México, las adiciones de nueva capacidad de generación, al mismo tiempo que instruye las inversiones en las redes de transmisión y distribución para garantizar la confiabilidad del Sistema Eléctrico Nacional (SEN).

El consumo de energía en México, al alza

Publicada en 2015 tras la reforma energética del priista Enrique Peña Nieto, la Ley de Transición Energética establece que la Secretaría de Energía (Sener) fijará como meta una participación mínima de energías limpias en la generación de energía eléctrica del 25% para 2018; 30% para 2021 y del 35% para 2024. A pesar de que las autoridades insistieron en que sí se alcanzaría, México incumplirá su meta de generación eléctrica con energías limpias para 2024, según cálculos de la Sener.

Se estima que a lo largo de los siguientes 15 años (2023-2037) el consumo neto de energía eléctrica en el país se incrementará a una tasa promedio anual de 2.5% en un escenario base. Esto significa que hacia 2037 el consumo de electricidad en México será de aproximadamente 479 mil 987 GWh, cifra 43.9% mayor a la observada en 2022 (333 mil 662 GWh). La región peninsular (Campeche, Quintana Roo y Yucatán), que tiene un déficit de generación de energía eléctrica, tendrá la mayor tasa de crecimiento promedio anual de las 10 regiones en las que se divide el país, con un 3.6%.

Estos escenarios son potencialmente conservadores. En el PRODESEN 2022-2036, el crecimiento del consumo para ese periodo se estimó en 2.3% en el escenario bajo, 2.7% en el base y 3.2% en el alto. Sin embargo, el incremento en el consumo se ubicó en 3.4%, es decir, por encima de todos los escenarios.

Este trato preferencial a la CFE por parte de la Sener vulnera el principio de libre competencia en las distintas actividades de la industria eléctrica que establece la Constitución. A pesar de que la planeación del sistema debe ser desarrollada de forma independiente por la Sener, el PRODESEN basa sus proyecciones únicamente en información de la CFE y el Centro Nacional de Control de Energía (CENACE).

Se confirma el rezago en el desarrollo de proyectos de transmisión y distribución de energía eléctrica. Entre 2015 y 2022, la Sener instruyó a CFE Transmisión y CFE Distribución –subsidiarias de la CFE– a la construcción de 318 proyectos de infraestructura eléctrica para la ampliación y modernización de la Red Nacional de Transmisión (RNT) y las Redes Generales de Distribución (RGD) del Mercado Eléctrico Mayorista (MEM): 192 proyectos de transmisión y 126 proyectos de distribución.

Sin embargo, al cierre de 2022 solo se ha concretado la construcción de 30 proyectos (9.4% del total) –9 proyectos de transmisión y 21 de distribución–. A pesar de la importancia de las redes de transmisión para la transición energética, entre 2020 y 2022, la longitud de las líneas de transmisión se incrementó solo 0.17% (188 km): pasó de 110 mil 497 km en 2020 a 110 mil 685 km en 2022.

Esta situación ha sido constante desde la reforma al sector en 2013/14. En el fondo, las obras instruidas no necesariamente reflejan las prioridades de los planes de negocio de las subsidiarias de transmisión y distribución, en este sentido una buena práctica sería que la Secretaría de Hacienda garantice la disponibilidad de recursos etiquetados para estos proyectos en el presupuesto anual de la CFE.

Se estima que la capacidad instalada de centrales de generación crecerá 23% entre 2022 y 2026. Se calcula que en un plazo de cuatro años la capacidad instalada del SEN se incrementará en 20 mil 425 megawatts (MW) al pasar de 89 mil 890 MW en 2022 a 110 mil 315 MW en 2026, lo que implica un crecimiento promedio de 5 mil 106 MW adicionales al año. Este promedio anual, sin embargo, equivale a 3.4 veces la nueva capacidad que se instaló en 2022 (1 mil 483 MW), por lo que es poco factible su cumplimiento, especialmente en un contexto de incertidumbre jurídica al que se enfrentan los participantes privados del mercado eléctrico.

Se calcula que la capacidad instalada de centrales de generación crecerá 67% entre 2022 y 2037. Se estima que en los siguientes 15 años se construirán centrales eléctricas con una capacidad instalada de 60 mil 83 MW, con lo cual la capacidad instalada hacia 2037 en el país será de 149 mil 973 MW, cifra 66.8% mayor a la observada en 2022 (89 mil 890 MW). Para alcanzar esta meta y satisfacer la demanda de los usuarios finales de electricidad del país se deberán añadir 4 mil 5 MW de capacidad al año durante este periodo.

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La clave de un México hacia las energías renovables

La sustentabilidad en el sector energético es un concepto clave que implica la capacidad de satisfacer las necesidades actuales de energía sin comprometer la capacidad de las generaciones futuras para satisfacer sus propias necesidades.

Pero a pesar de todos estos retos que enumeramos en este artículo, hay una luz de esperanza, puesto que los cambios en la tecnología en años recientes se ha podido observar una transformación en la composición de la generación eléctrica en nuestro país, ya que tuvo un incremento del 48% en la generación de energías limpias entre 2017 y 2022, mientras que en 2017 el 19.4% de la electricidad del país se generó mediante tecnologías limpias, en 2022 dicha proporción fue de 26.1%, según con información del Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO). Pero como todo, en este sector, hay cosas buenas y otras malas, la mala en todo esto, es que no obstante este crecimiento, en el último año la participación de la generación eléctrica por fuentes limpias se redujo en 1.4% menor a la observada en 2021.

De no acelerar el despliegue de energías bajas en emisiones, el país se convertirá en uno menos competitivo, particularmente en un contexto en el que ofrecer energía limpia es tan importante como la confiabilidad del sistema eléctrico o los precios de la energía.

Nuestro país se tiene que enforcar en equilibrar la producción y el consumo de energía con la protección del medio ambiente, la responsabilidad social y la viabilidad económica. Debemos de trabajar y no perder de vista la transición hacia fuentes de energía renovable, como la solar, eólica, hidroeléctrica, geotérmica y biomasa, es fundamental para la sustentabilidad. Estas fuentes son más limpias y renovables, lo que reduce las emisiones de gases de efecto invernadero y disminuye la dependencia de recursos no renovables

La generación de energía eléctrica a partir de fuentes sostenibles, como la solar, eólica, hidroeléctrica y geotérmica, tiende a producir menos emisiones. de gases de efecto invernadero en comparación con las fuentes de energía tradicionales, como los combustibles fósiles. Esto contribuye a mitigar el cambio climático y sus impactos, México, tiene varios retos que alcanzar, pero siempre con una visión sustentable.

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