La idea del “superpeso” se debilita al ser la moneda más depreciada frente al dólar tras la reciente quiebra del Silicon Valley Bank (SVB), señalaron especialistas.
Al cierre de la jornada, el peso mexicano cotizó 18.97 pesos por dólar, con lo que se depreció un 2.52 por ciento, es decir 46 centavos, de acuerdo con datos del Banco de México, una caída que fue casi de la misma magnitud que la de toda la semana mencionada con anterioridad.
Aunque autoridades estadounidenses como la Reserva Federal, el Departamento del Tesoro, la Corporación Federal de Seguro de Depósitos y el propio presidente de Estados Unidos, Joe Biden, han asegurado que el sistema bancario no está en riesgo, el temor al riesgo afectó al peso mexicano.
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¿Cómo afectó al peso mexicano la quiebra del Silicon Valley Bank?
¿Qué pasó? ¿Por qué el peso mexicano cayó de esa manera? Todo apunta a la reciente quiebra de Silicon Valley Bank (SVB) en Estados Unidos y al clima de incertidumbre que vive el sector bancario de ese país.
Como vimos, la quiebra del SVB tuvo afectaciones generales en el mercado (aunque expertos consultados por CNN consideran que la situación está en calma por ahora, ya que, dicen, el sector bancario de EE.UU. goza de buena salud).
Más allá de los efectos en EE.UU., el clima de tensión se trasladó al tipo de cambio dólar/peso mexicano.
Si bien podemos decir que este contexto de incertidumbre impactó al peso, en realidad es más preciso decir que la situación benefició al dólar.
Analistas de la plataforma de trading OctaFX dijeron en un comunicado que el peso mexicano se depreció fuertemente frente al dólar en la sesión de este lunes “por el temor a un posible contagio tras la quiebra del Silicon Valley Bank”.
Por otro lado, de acuerdo con la directora de Análisis Económico y Financiero del banco Base, Gabriela Siller, la depreciación del peso se debe a la especulación sobre una posible crisis en el sistema financiero estadounidense.
Siller abundó que otros efectos en México podrían ser una mayor diferencia entre las tasas de interés, mayores presiones inflacionarias por volatilidad cambiaria, menor crecimiento de exportaciones y de remesas.
