Las elecciones presidenciales de Estados Unidos. en 2024 han traído consigo una serie de desafíos y oportunidades para México, cuyas relaciones bilaterales son fundamentales para la economía y el comercio. La nueva administración en Washington tendrá un impacto directo en áreas clave como el comercio, la inversión, la política migratoria y la colaboración energética, influyendo de manera decisiva el panorama económico de México para el 2025.
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Carlos Serrano, economista en jefe de BBVA México, destacó la importancia de considerar que la economía estadounidense podría mostrar signos de desaceleración, lo cual afectaría a los mercados globales, incluida la relación con México.
Aseguró que, si la administración actual en Estados Unidos decide aplicar políticas más restrictivas en comercio, esto generará una ralentización en el flujo de bienes y servicios a través de la frontera, impactando especialmente a sectores productivos como el automotriz y agrícola, que dependen estrechamente de la demanda estadounidense.
Por otro lado, Pedro Casas Alatriste, vicepresidente y CEO de la American Chamber of Commerce México, advirtió que las promesas de campañas de ciertos candidatos, como el aumento de aranceles y el proteccionismo, no siempre se traducen en políticas concretas una vez en el poder. “Una retórica electoral debe diferenciarse de los hechos una vez que alguien toma las riendas del país”, comentó, refiriéndose a los comentarios de la administración actual sobre un posible endurecimiento en las relaciones comerciales. No obstante, añadió que, a pesar de las tensiones, las relaciones comerciales entre ambos países son demasiado profundas como para ser alteradas por completo.
El nearshoring, o relocalización de las cadenas de suministro hacia América del Norte, podría representar una de las oportunidades clave para México. Casas resaltó que, si bien los cambios en las políticas estadounidenses pueden generar incertidumbre, México está posicionado estratégicamente para capitalizar este fenómeno. “La realidad de la profunda integración bilateral será uno de los principales argumentos a favor de una relación cada vez más fuerte”.
México podría convertirse en el epicentro de manufactura para América del Norte, lo que posicionaría al país como un aliado clave para Estados Unidos, especialmente en sectores estratégicos como la manufactura avanzada, la inteligencia artificial y las energías renovables.
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EL T-MEC PONE LA ECONOMÍA EN BALANZA
La relación comercial entre México y Estados Unidos es, en palabras de Casas, un “vínculo estratégico que define nuestro futuro”. El Tratado entre México, EU y Canadá (T-MEC) seguirá siendo fundamental para mitigar las tensiones y gestionar las diferencias en cuanto a políticas comerciales. Mencionó que, a pesar de los riesgos de proteccionismo, el acuerdo comercial proporciona una plataforma sólida para resolver disputas y promover el comercio dentro de América del Norte, con mecanismos claros para resolver conflictos, como los paneles de resolución de disputas.
Serrano, por su parte, subrayó que, aunque Estados Unidos podría cambiar sus políticas internas, la interdependencia económica de más de 100 años entre ambos países, asegura que los intereses comunes seguirán prevaleciendo. “La relación bilateral no tiene marcha atrás”, aseguró el economista. Este argumento es crucial, ya que la cercanía y las cadenas de suministro compartidas no pueden ser ignoradas, lo que limita la posibilidad de que las políticas proteccionistas del país presidido por Donald Trum alteren radicalmente las relaciones económicas con México.
“México necesitará alinearse para no perder la oportunidad en energías renovables”. “Somos el aliado estratégico que América del Norte necesita para prosperar”.
Pedro Casas Alatriste, vicepresidente y CEO de american chamber of commerce Mexico
INVERSIONES Y ÁREAS CLAVE DE CRECIMIENTO
El panorama económico de 2025 en México dependerá de cómo se adapten tanto las políticas internas del país como las decisiones de la nueva administración en EU. En el sector energético, el cambio hacia las energías limpias es una tendencia clave que podría generar una ola de inversiones en México. Casas mencionó que, si la nación vecina del norte lidera el camino en la transición energética, nuestro país deberá adaptarse rápidamente para asegurar su competitividad y atraer inversiones. “México necesitará alinearse para no perder la oportunidad en energías renovables”, refiriéndose a la urgente modernización de la infraestructura energética en el país.
Un dato relevante que destacó Serrano es que el sector automotriz podría verse afectado por nuevas políticas que favorezcan la producción local en EU, lo que incrementaría las barreras arancelarias y afectaría directamente las cadenas de suministro de México. Este es un tema crucial, ya que la industria automotriz mexicana es uno de los pilares de su comercio exterior, y cualquier cambio en las políticas de importación estadounidenses podría tener consecuencias severas en la economía del país.
La Inteligencia Artificial, la ciberseguridad y la manufactura avanzada son otros de los sectores que podrían beneficiarse en gran medida de una cooperación más estrecha entre ambos países, especialmente si se alinean en sus políticas tecnológicas. Casas indicó que “la era digital y la Inteligencia Artificial colocan a México como un aliado estratégico para Estados Unidos”, sugiriendo que la colaboración en estos campos podría ser un punto fuerte de la relación bilateral en los próximos años.
Uno de los temas más complejos y que podría generar tensiones adicionales es la política migratoria. En este sentido, Casas explicó que además de estar en manos de los gobiernos, también tiene un componente económico significativo.
“La seguridad en la frontera y una política migratoria efectiva son dos caras de la misma moneda en la relación entre México y Estados Unidos”, y subrayó la necesidad de una cooperación estrecha y de políticas integradas para garantizar la estabilidad laboral y el flujo migratorio.
Por otro lado, una reforma migratoria en Estados Unidos tendría implicaciones directas en la industria mexicana, ya que podría generar cambios en la oferta laboral. Si se aprueban políticas que permitan la integración de migrantes, esto podría aliviar la escasez de mano de obra en sectores como la agricultura y la construcción, al mismo tiempo que se fortalecería la relación laboral y educativa entre ambos países. No obstante, una política más restrictiva podría generar escasez de trabajadores en estos sectores y afectar a las cadenas de valor compartidas.
PROYECCIONES CERCANAS
Para 2025 dependen de varios factores: las políticas que se implementen con la llegada de Trump al poder, el comportamiento de la economía global y las adaptaciones de México ante los cambios estructurales. Serrano destacó que la respuesta de México frente a las políticas estadounidenses será clave para evitar impactos negativos y aprovechar oportunidades. “México debe buscar alinearse con los nuevos paradigmas que puedan surgir, como las energías renovables, la manufactura avanzada y la transición digital”.
El economista también enfatizó que la resiliencia económica de México se consolidará si logra mantener el dinamismo de sus sectores clave, como la manufactura, los servicios y las exportaciones. Sin embargo, aseguró que nuestro país debe estar atento a las posibles reformas que podrían provenir de la administración estadounidense, especialmente en lo relacionado a la política fiscal y comercial. “Si EU se adentra en una etapa de política fiscal restrictiva, México tendrá que encontrar nuevas maneras de diversificar su comercio”.
Texto escrito por Diego Alejandro Tello, reportero de Mundo Ejecutivo