4 claves para que la permacrisis no afecte la reputación de tu empresa
Los escenarios de permacrisis exponen a las empresas en todo factor social, económico, climático y tecnológico.
En el segundo semestre del año, la economía mexicana atravesará un periodo de importantes desafíos e inestabilidad marcados por una continua inflación, la economía informal y la falta de regulaciones y normativas por parte del estado, según datos del Foro Económico Mundial.
Este panorama retador se presenta como un reflejo de la economía y de las compañías a escala mundial, período que actualmente es conocido como un estado de permacrisis.
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Adriana Pulido, CEO de ILUNKA, explica que “El estado de crisis permanente o permacrisis es una realidad y se ha convertido en uno de los conceptos que las empresas deben atender a la brevedad para lograr sobrevivir en entornos que pueden poner en riesgo factores como la reputación, economía y longevidad del negocio”.
La también especialista en sostenibilidad y gestión de criterios ESG, agregó que, tan solo durante el último año, México sigue ocupando el lugar 37 de 43 en temas de competencia económica, según el Índice de Competitividad Internacional del IMCO; presentando carencias en áreas como medio ambiente, sistema político y economía, factores indispensables para que las compañías se desarrollen en un entorno estable, de crecimiento y con mejores oportunidades de expandirse a lo largo del tiempo.
Para hacer frente a un periodo de inestabilidad y estrés económico y empresarial, las compañías deben blindarse con planes de acción y la inclusión de estrategias ESG que les permitan adaptarse y entender el entorno social, los riesgos reputacionales y de operación.
De acuerdo con la directiva, las empresas que buscan hacer frente al periodo de permacrisis deben atender 4 puntos clave:
1. Estrategia y previsión
Para que una empresa compita en un mercado inestable es necesario crear estrategias que prevengan la crisis, así como realizar estudios, mediciones y mapeos de riesgos latentes frente a la operació.
Según datos de KPMG, solo el 40% de las organizaciones cuentan con un mapeo de riesgos, pero estos abordan únicamente el aspecto ambiental.
La CEO de ILUNKA menciona que para estar protegidos en un estado de permacrisis, es importante considerar todas las áreas y factores que intervienen en la operación de la empresa, desde temas sostenibles, tecnológicos, situación geopolítica, panorama económico y nuevas normativas.
2. Accionar para enmendar-regenerar
Los negocios y sus líderes no solo deben preocuparse y prever los posibles riesgos futuros en su entorno, pues en la búsqueda de crear un mejor panorama económico, también deben gestionar acciones que les ayuden a mitigar los efectos causados en el presente y en el pasado por su operación.
3. Transición a nuevas normativas y políticas ESG
El entorno empresarial ha evolucionado y ha comenzado a tomar las necesidades sostenibles como lo que son: un requerimiento indispensable.
De este modo, seguir las nuevas normativas, implementar planes de acción y gestión ESG en toda la estrategia de negocios, considerar los cambios en escenarios internacionales y la aparición de nuevas estrategias se han convertido en prioridades de CEOs y compañías que buscan permear en uno de los panoramas económicos más retadores de los últimos años, pues de acuerdo con PwC, más del 66% de empresarios buscan mejorar sus acciones y políticas ESG en búsqueda de inversión.
4. Comunicar aún es clave
Es importante recordar que los escenarios de permacrisis exponen a las empresas en todo factor social, económico, climático y tecnológico; por lo que estas deben mantener canales de comunicación inmediatos, abiertos, honestos y transparentes respecto a sus actividades y manera de gestionar interna y externa.
El escrutinio y mirada pública siempre han sido uno de los pilares para la reputación empresarial, por lo que la comunicación debe ser una aliada estratégica que funcione de manera preventiva.
Finalmente, la especialista señala que “La economía de México y el mundo ha transitado a un periodo particularmente retador en donde el escenario global y futuro se presentan como una oportunidad de generar cambios que permitan constituir empresas fuertes, resilientes y preparadas para las crisis ante un sistema inestable y una temporada de cambios que demanda soluciones empresariales sostenibles, tecnológicas y financieramente viables”.