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Madres trabajadoras el reto empresarial

by Mujer Ejecutiva
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En México, 38 millones de mujeres que son madres desempeñan una actividad económica, y ocupan el 36% de los puestos de liderazgo. Y es que ser madres trabajadoras ya es un reto y si a esto le agregamos que muchas mujeres están ejerciendo el rol de líderes dentro de las organizaciones, el desafío se torna aún mayor.

De acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), al cuarto trimestre de 2022, en México residían 56 millones de mujeres de 12 años y más, 38 millones eran madres de familia, y de estas, el 11% estaban solteras.

El mismo organismo refiere que cuatro de cada 10 mujeres entre 25 y 49 años de edad que forman parte de hogares con hijos e hijas menores de 3 años, desempeñan una actividad económica en el mercado laboral.

Colima es la entidad con una mayor tasa de participación económica de madres trabajadoras, con un 51%, seguida de Baja California Sur, con 50.7% y la Ciudad de México, que se ubica en 49.8 por ciento.

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Desafíos en el mercado laboral

En este sentido, Ana Estrada, directora y fundadora de Brújula Interior, consultora enfocada en la identificación de talentos para el Desarrollo Empresarial, refiere que en México, la situación de las mujeres en los entornos laborales ha cambiado con el paso de los años, y hoy en día, ellas ocupan el 36% de los puestos de liderazgo, según el estudio Mujeres en 2023.

No obstante, las trabajadoras mexicanas siguen enfrentando obstáculos que les impiden avanzar en su carrera, tales como la discriminación de género, en la que muchas mujeres enfrentan dificultades para ascender en su carrera o ganar salarios equitativos, por el simple hecho de ser mujeres; así como la
falta de tiempo, pues debido a las actividades laborales que desempeñan, las trabajadoras pueden sentir que no tienen suficiente tiempo para estar con sus hijos o para participar en actividades familiares, lo cual les genera culpa, afectando su productividad.

En el caso de aquellas que son parte de la Alta Dirección, la especialista considera que estas se enfrentan con la necesidad de desarrollar nuevas habilidades a fin de mantenerse vigentes y competitivas, lo que también les demanda mayor tiempo para su profesionalización.

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Renuncia silenciosa

Durante décadas, las madres trabajadoras han ejercido la renuncia silenciosa como una alternativa para establecer sus valores y poder combinar la maternidad con sus actividades laborales. Aunado a que por la desigualdad que enfrentan en cuanto a las oportunidades para acceder a cargos de trabajo con una mayor retribución económica, de alguna manera ha determinado su postura de mantenerse al margen y limitarse a desempeñar solo las tareas que forman parte de sus actividades.

De igual forma, muchas de ellas han tenido que ceder ante la presión social que les exige ser buenas madres, con una idea de autosacrificio por su familia y sus hijos, porque es bien sabido que en ocasiones, las madres trabajadoras son mal vistas por quienes consideran que descuidan a sus hijos al buscar su desarrollo profesional.

Pero hay que tener en cuenta que esto no significa huir del trabajo, se trata de vivir una vida significativa fuera del mismo, renunciando a hacer más de su parte como horas extra no pagadas, trabajar desde casa después del horario de oficina, responder correos electrónicos los fines de semana y recibir llamadas del trabajo, por mencionar algunos ejemplos.

Desafortunadamente, cuando las colaboradoras dejan de estar disponibles para trabajar las 24 horas del día los 7 días de la semana; trabajar horas extras o sacrificar los fines de semana y el tiempo que pasan con familiares, suelen ser consideradas como empleadas irresponsables con falta de compromiso hacia la empresa, y empiezan a ser excluidas para ciertas tareas o para un ascenso. No obstante, la realidad suele ser otra; las madres trabajadoras desean un crecimiento dentro de la organización y ser tomadas en cuenta para liderar e innovar.

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Empresas abiertas al cambio

La integración de las mujeres al entorno laboral después de ser madres, sigue siendo un desafío, ya que aún prevalece el estereotipo de ver la maternidad como el punto de quiebre en la carrera de éstas, incluso esta idea las aleja, de manera contundente, del éxito profesional.

De acuerdo con el estudio How motherhood hurts careers publicado por The Economist, basado en la investigación que realizó sobre el tema, la ganadora del Nobel de Economía, Claudia Goldin; el 24% de las madres abandona su trabajo durante el primer año después del nacimiento de su primer hijo.

La investigación también refiere que el 17% de las madres no regresa al entorno laboral luego de cinco años; mientras que, el 15% continúa ausente después de una década. En este sentido, Yunue Cárdenas, coordinadora del HUB de psicología de Affor Health, explica que las mujeres que se reincorporan a la vida laboral luego de ser mamás enfrentan muchos retos, principalmente, barreras socioculturales.

La especialista considera que si las empresas no cuentan con mecanismos adecuados para llevar a cabo esta transición, las madres pueden experimentar problemas como estrés o ansiedad e incluso agravar otras problemáticas como la depresión postparto.

Asimismo, precisa que a menudo esto también ocurre con las mujeres que toman algunos años de su carrera profesional para dedicarlos a la maternidad, y que al retomar su profesión se encuentran con empresas con políticas poco empáticas, lo que dificulta su reincorporación al mercado laboral.

En consecuencia, muchas madres se ven obligadas a elegir entre su carrera y el cuidado de sus hijos, y con ello se perpetúa aún más la desigualdad de género en el ámbito laboral.

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Mayor satisfacción, mayor productividad

La psicóloga clínica comparte que las empresas que disponen lo necesario para integrar a las mujeres que han sido madres a la vida económicamente activa pueden beneficiarse de un talento diverso y altamente cualificado, así como de un ambiente laboral más inclusivo.

“Las madres aportan habilidades valiosas, como la capacidad de negociación, liderazgo y gestión del tiempo, por ello, integrarlas nuevamente, en la vida laboral no solo es una cuestión de equidad, sino también una estrategia empresarial inteligente”.

De acuerdo con la especialista de Affor Health estos son algunos beneficios de incorporar a las madres a la vida laboral:

Menor rotación

Una mayor satisfacción laboral provoca una menor rotación de personal, lo que a su vez, reduce los costos asociados con la contratación y la capacitación de nuevos empleados. Generalmente las madres buscan trabajos estables que les den seguridad para ellas y sus hijos, por lo que si están satisfechas en un empleo pueden ser colaboradoras muy leales.

Reputación y prestigio

Las empresas que demuestran un compromiso con la diversidad, la inclusión y el apoyo a las mujeres que son madres pueden ganar una buena reputación.

Cuidar de los equipos es cuidar de la empresa

Al implementar programas de cuidado y atención a la salud mental se reducen considerablemente diversas problemáticas del entorno de trabajo, se logran equipos productivos y cohesionados que ayudan a la empresa a alcanzar sus metas. Ser madre no debería ser un impedimento para el desarrollo profesional de una mujer y las empresas pueden impulsar su incorporación con prácticas como flexibilidad laboral, licencias maternales y parentales, apoyo psicológico, cultura organización inclusiva, entre otras.

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