En los últimos años, un gran número de mujeres han tomado la decisión de postergar la etapa de la maternidad, y una de las principales razones para hacerlo es su desarrollo profesional.
Es por ello, que actualmente es común ver a mujeres mayores de cuarenta años siendo madres primerizas.
De acuerdo con la División de Población de las Naciones Unidas, en la última década, la edad media de fecundidad creció, pasando de 26.9 al 27.6 años, lo que significa que las mujeres están teniendo hijos en edades más avanzadas y se prevé que para el 2100, la edad media sea de 30.4 años a nivel global.
Sin embargo, retrasar la maternidad conlleva riesgos para la salud, y es probable que las mujeres lleguen a enfrentarse a situaciones de infertilidad. Un informe de la Organización Mundial de la Salud (OMS), señala que la posibilidad de que una mujer mayor de 40 años logre quedar embarazada es de tan sólo el 20 por ciento.
Cabe mencionar que las mujeres que padecen problemas de infertilidad, con frecuencia, experimentan violencia, discriminación o rechazo por parte de su pareja, lo que les puede generar depresión, baja autoestima y ansiedad.
Maternidad postergada: Mujeres deciden tener hijos después de los 30
Gestación subrogada
La necesidad de procrear un hijo puede convertirse en una obsesión, que lleva a las parejas a buscar un especialista para someterse a un tratamiento de fertilidad, pero cuando estos fallan, tienden a mirar hacia otras alternativas como la maternidad subrogada.
En este sentido, las parejas recurren a agencias intermediarias de gestación subrogada, también conocida como maternidad subrogada, gestación sustituta, útero subrogado o vientre de alquiler.
Cabe señalar también que, en los últimos años, las parejas del mismo sexo también están recurriendo a la gestación subrogada para poder ejercer su maternidad o paternidad.
¿En qué consiste?
La maternidad subrogada es un proceso, mediante el cual una mujer, quien recibe el nombre de ‘gestante’, presta su vientre de manera voluntaria o por una determinada cantidad, (la cual se establece mediante un contrato legal en el que también se estipula que renuncia al derecho de la maternidad); para llevar a cabo la gestación del embrión de la pareja que no puede procrear, quienes suelen ser llamados ‘padres de intención’.
Existen dos formas de llevar a cabo la maternidad subrogada: la gestacional o completa, en la cual, la pareja que busca convertirse en padres, son quienes aportan sus óvulos y espermatozoides, respectivamente; no obstante, en caso de que presentan algún inconveniente biológico para hacerlo, pueden recurrir a un donante.
La otra es la forma tradicional que consiste en que la mujer gestante que presta su vientre sea quien también aporte los óvulos.
Sin embargo, en muchos lugares donde se realiza la maternidad subrogada, sólo se permite a través de la manera gestacional o completa.
Si bien el número de parejas que llevan a cabo este tipo de gestación ha ido en aumento, lo cierto es que es un tema que desata diversas polémicas, sobre todo en el aspecto ético, ya que rompe con la idea tradicional que tenemos sobre la procreación de un hijo.
Maternidad subrogada un mal que aqueja a las mujeres indígenas
Negocio creciente
Debido a las restricciones que hay en varios países como la India, México se ha convertido en un mercado de oportunidad para los extranjeros que buscan realizar la gestación sustituta, ya que aquí es más económico contratar un vientre de alquiler en comparación con otros países como Estados Unidos y Canadá.
De acuerdo con una investigación realizada por Eleane Proo Méndez, catedrática de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM, en Estados Unidos, el costo promedio de la maternidad subrogada es de 150 mil dólares y la gestante recibe entre 20 mil y 30 mil dólares.
En el caso de México, la maternidad subrogada se ha convertido en un negocio millonario y muy rentable principalmente para las agencias intermediarias de gestación subrogada que ofrecen programas cuyo costo promedio va de los 90 mil a los 120 mil dólares, más los gastos médicos que requiere la gestante durante el embarazo y el parto, así como los costos legales; pero las mujeres que prestan su vientre, en promedio reciben entre 9 y 10 mil dólares.
En el 2020, ante la crisis generada por la pandemia y la pérdida de empleos por el confinamiento, muchas mujeres recurrieron a esta práctica para obtener ingresos que les permitieran hacer frente a la precaria situación económica en la que se encontraban.
Tan sólo en el 2018, a nivel mundial, la maternidad subrogada generó ganancias por 6 mil millones de dólares, y se estima que para 2025 podrían aumentar a 27.5 mil mdd, según el Surrogacy Market Share Report.
Emprender sin descuidar la maternidad, sí es posible
Asimismo, Eleane Proo refiere que si bien en nuestro país se han presentado diversas iniciativas para regular la maternidad subrogada; muchas de ellas están a favor de los padres de intención y de las agencias intermediarias que ofrecen este servicio; dejando de lado diversos factores éticos que involucran los derechos de las gestantes, y limitándose sólo a señalar que estas mujeres tienen derecho a un contrato en el que se estipule el monto que recibirán por alquilar su vientre.
Lo que dice la ley
Es importante mencionar que recientemente, la diputada federal por el partido de Morena, Beatriz Rojas Martínez, denunció que la renta de vientres en el país es una industria millonaria que afecta a muchas mujeres sobre todo a quienes viven en las zonas rurales, ya que, al estar en un modo de indefensión, viven condiciones de violencia y explotación durante la gestación, sobre todo cuando son enganchadas en el tema de la maternidad subrogada.
Para atender esta problemática, Rojas Martínez presentó un proyecto de decreto que reforma algunas disposiciones de la Ley General para Prevenir, Sancionar y Erradicar los Delitos en Materia de Trata de Personas y para la Protección y Asistencia a las Víctimas de estos Delitos y de la Ley General de Salud, para que la gestación subrogada se tipifique como delito, con penas que vayan de los 15 a los 25 años de prisión y de 2 mil a 30 mil días de multa.
Cabe resaltar que, en nuestro país, en los estados de Tabasco y Sinaloa, la maternidad subrogada es legal para los mexicanos, no obstante, existen procedimientos que les permiten a los extranjeros acceder a esta alternativa de manera legal.
En el 2017, la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), reconoció que la gestación subrogada es un acuerdo legítimo, lícito y que la gestante sustituta puede recibir una remuneración por prestar su vientre.
Además, en el 2021, planteó la posibilidad de que cada entidad podría decidir sobre la regulación de las condiciones económicas de estos acuerdos, así como invalidar que sean limitados por imposibilidad médica.
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