Violencia laboral: una realidad que afecta a las mujeres en México

La violencia laboral contra las mujeres en México es una problemática persistente y alarmante que limita su desarrollo profesional, afecta su bienestar físico y psicológico, y perpetúa desigualdades en el lugar de trabajo.

Según datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) el 26.6% de las trabajadoras mexicanas que equivale a casi 6 millones de mujeres han experimentado algún tipo de violencia laboral.

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De estas agresiones, el 35.2% provinieron de compañeros de trabajo y el 37.6% de personas en puestos directivos. Además, el 47.9% de las agresiones fueron de tipo sexual y hasta el 90% fueron perpetradas por hombres.

Pese a los esfuerzos para erradicar la violencia contra las mujeres en los centros de trabajo, y mejorar las condiciones laborales, muchas de ellas todavía enfrentan problemas relacionados con la seguridad, salarios bajos y discriminación.

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Consecuencias de la violencia laboral

La violencia laboral tiene efectos devastadores en quienes la padecen. Las trabajadoras afectadas suelen experimentar problemas psicológicos como ansiedad y depresión, además de padecimientos físicos derivados del estrés constante. En casos extremos, algunas mujeres han llegado al suicidio debido al hostigamiento y discriminación en sus empleos.

Además del acoso y la discriminación directa, existen formas “sutiles” de violencia laboral que son igualmente perjudiciales. Por ejemplo, la violencia simbólica, como los estereotipos o prácticas institucionales que relegan a las mujeres a roles secundarios. Esta práctica a veces es difícil de identificar pero contribuye a perpetuar desigualdades estructurales.

En este sentido, para muchas mujeres, el trabajo puede llegar a ser una experiencia traumática, debido a que en algunas organizaciones el abuso de poder, el acoso sexual, las amenazas, el hostigamiento, comportamiento hostil, e incluso la discriminación se han vuelto comunes, ocasionando daños físicos, emocionales y psicológicos, que impactan en su desempeño profesional.

La mayoría de los casos de violencia en el lugar de trabajo, que han sido denunciados, corresponden a acciones como humillaciones, faltas de respeto, violencia física o coacción, discriminación relacionada con la falta de oportunidades para acceder a cargos jerárquicos, y limitación de permisos.

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La violencia y el acoso laboral no solo afectan directamente a las mujeres que lo padecen, sino también a las empresas y a la sociedad en su conjunto.

Al interior de las empresas, la violencia puede provocar un deterioro de las relaciones entre los colaboradores, que sin duda se verá reflejado en un mal clima laboral que impacta en el desempeño y productividad.

Cabe mencionar que la mayoría de las veces, las mujeres que enfrentan algún tipo de violencia laboral o acoso, no lo denuncian por miedo a que no se les crea o bien a que se tomen represalias en su contra, o por temor a perder su empleo.

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Acciones para identificar y erradicar la violencia laboral

A fin de romper con esta situación, compartimos algunas recomendaciones que puedes poner en práctica si eres víctima de violencia laboral o para identificar si alguna compañera o amiga la padece:

1. Establecer límites

Si alguien te pide que te involucres en una situación incómoda, mantén una postura firme y segura al decir No.

2. Hablar con alguien de confianza

Expresa la situación que estás viviendo, ya sea con alguna compañera de trabajo o con una amiga, y asegúrate de que presencie las situaciones de violencia, esto te será de utilidad si decides presentar una queja.

3. Evidenciar la violencia laboral

Si eres víctima de violencia laboral, es importante reunir todo tipo de pruebas para evidenciar lo que estás experimentando; como mensajes ofensivos, grabar las conversaciones y la frecuencia de los incidentes, esto reafirmará tu versión en caso de que presentes una denuncia.

4. Promover políticas contra el acoso

La implementación de protocolos en la empresa en relación con el acoso, la discriminación, y el despido pueden ser determinantes al indicar acciones que van en contra de la política establecida.

Asimismo, es necesario fortalecer las leyes existentes, como la Ley General de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia, e implementar mecanismos efectivos para prevenir este tipo de violencia.

La lucha por erradicar la violencia laboral debe ser una prioridad para garantizar que todas las mujeres puedan desarrollarse profesionalmente en espacios libres de abuso y discriminación. Solo así será posible construir un entorno laboral más justo e inclusivo para todas.

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