Congreso de Estados Unidos: el contrapeso del poder
No sólo la Presidencia está en juego en las próximas elecciones estadounidenses
Ensimismados en la contienda presidencial, nos olvidamos de la otra gran batalla que se habrá de librar el 5 de noviembre, en donde demócratas y republicanos se enfrentarán por el control del Congreso, ese órgano imprescindible para que, ya sea Kamala Harris o Donald Trump, cualesquiera que se alce con la victoria, pueda dar cumplimiento a sus promesas de campaña.
Ese día se como ocurre cada dos años, se habrá de renovar la tercera parte del Senado y la totalidad de la Cámara de Representantes, hablamos de 33 legisladores en la Cámara Alta contra 435 en la Cámara Baja. Actualmente el Congreso se encuentra dividido; mientras el Senado es dominado, muy ajustadamente, por los demócratas con una diferencia de dos bancas gracias al apoyo de cuatro senadores independientes. La Cámara de Representantes es feudo de los republicanos quienes cuentan con 220 asientos contra 212 de sus rivales quienes además cuentan con tres vacantes, una por renuncia y dos por defunción.
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Al igual que ocurre en las presidenciales, los resultados son de pronóstico reservado, se anticipa que los demócratas pudieran recuperar el control de la Cámara de Representantes ya que solo necesitan sumar cuatro posiciones a las que ya tienen (tan solo en California los republicanos se encuentran endebles en 14 de las bancas). Del otro lado el Senado podría caer en poder de los republicanos que necesitan de una sola banca si gana Trump (el vicepresidente ostenta el voto de calidad) o dos en caso de que Harris fuera la triunfadora, en un panorama en el que los demócratas tendrán que defender fieramente 23 de los 33 escaños para mantener sus posiciones.
En los Estados Unidos los legisladores pueden reelegirse por lo que esto pudiera tener también un fuerte impacto, ocho representantes demócratas abandonarán sus cargos para postularse al Senado. Del lado republicano se contabilizan tres.
No está de más recordar que el Senado se compone de 100 asientos, dos por cada uno de los Estados de la Unión y 435 representantes con voz y voto y seis correspondientes al Distrito de Columbia y territorios insulares, quienes se reparten entre los estados de manera proporcional de acuerdo a su densidad poblacional, así California acumula 52 diputados mientras que Alaska solamente 1.
El poder del Congreso es prácticamente del mismo tamaño que el del presidente, es el único órgano con la autoridad para promulgar leyes, autorizar el presupuesto e incluso declarar una guerra. El Congreso tiene la autoridad para emitir órdenes de presentación o testimonio, negarse a cooperar conlleva el delito de desacato.
La relación con México pasa por el Congreso, Trump ya amenazó con continuar la construcción del muro, si el congreso no aprueba un presupuesto eso no va a ocurrir. De la misma manera el T-Mec, que pasó por la aprobación legislativa en el proceso de firma, pudiera sufrir cambios durante la revisión de 2026 si el Congreso lo considera necesario.
Tradicionalmente expertos y politólogos llamaban al voto dividido (entre el presidente y los miembros de ambas Cámaras) para alcanzar un equilibrio de poder, hoy en un país tan polarizado no hay lugar para las “medias tintas” por lo que los candidatos buscan llevarse el carro completo a como dé lugar.
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