Si lo que Donald Trump buscaba era sembrar el caos, lo consiguió con creces. Su lógica de utilizar los aranceles como argumento para obtener réditos políticos y comerciales de otras naciones es un arma muy peligrosa que pudiera terminar revirtiéndose contra la propia Unión Americana.
Y es que al paso del tiempo, Donald Trump se ha vuelto predecible. Cada vez se va pareciendo más a esos viejos tahures a los que se les acaban los trucos, un fanfarrón que a base de tanto blufear va perdiendo la credibilidad. Lo ocurrido con México y Canadá el fin de semana refuerza esta idea: golpea con la imposición de aranceles (casualmente en fin de semana) para después, con una fingida magnanimidad y tras obtener alguna ventaja, abrir un nuevo espacio para la intimidación y el desasosiego.
El caso de sus dos vecinos y socios comerciales no es aislado. Envalentonado, el presidente lanzó sus misiles hacia una Europa que por supuesto no esta dispuesta a ser intimidada. Desde Bruselas, la comisionada europea, Ursula von der Leyen, dejó en claro el consenso que existe entre los miembros de la Unión, quienes están abiertos a la negociación, pero que cuentan con las armas necesarias para enfrentar una guerra comercial si se presentara el caso. Una posibilidad que aunque se ve lejana no deja de erigirse como una amenaza para el viejo continente.
Sin meterse en enredos tras las acusaciones de estar involucrada en el tráfico de fentanilo, China no se dejó coaccionar por el empresario; no bien habían entrado en vigor los aranceles en las importaciones chinas, el gigante asiático respondió fulminantemente anunciando un impuesto de 15% para el carbón y gas natural estadounidense así como 10% para el petróleo crudo y equipos agrícolas.
Ni Europa ni China perderán el sueño, a diferencia de México y Canadá que dependen enormemente de las exportaciones hacia Estados Unidos, europeos y asiáticos tienen una economía más diversificada lo que les permitirá reorientar una buena parte de su comercio hacia otras regiones del mundo.
La influencia perniciosa cunde y ya empieza, peligrosamente, a ser emulada por algunos mandatarios regionales aunque todavía en modo ridículo. Ecuador anunció que impondría aranceles de 27% a los productos mexicanos, algo que tras días tan aciagos provocó la burla de la presidenta Claudia Sheinbaum.
Donald Trump está haciendo malabares con lumbre. En un mundo tan globalizado, amenazar con aranceles es equivalente a sacar una pistola cargada sin seguro, una acción irresponsable que puede acarrear una guerra comercial de consecuencias desastrosas para todos y que terminaría por impactar en los más pobres. Nos encontramos ante un individuo cada vez más desacreditado, un exacerbado proteccionista que por pretender ser el eje del mundo pudiera terminar convirtiéndose en el payaso de las cachetadas.
Conmemoración de la Constitución: rituales y reformas de la 4T
Todo movimiento político que busca trascender sigue una receta simple. Empieza por eliminar los símbolos de aquellos que le precedieron, en el mejor de los casos con argumentos sólidos, pero en muchos otros basados en burdas descalificaciones. Paralelamente, va creando los propios a través de rituales que permeen en la sociedad, rituales que van echando raíces en el top of mind de la gente, hasta crear una cultura propia.
En el caso de la Cuarta Transformación estos elementos son claros, las conferencias matutinas, las convocatorias multitudinarias teniendo al Zócalo como epicentro, igual para informes de gobierno que para espectáculos populistas; la dispersión de recursos lucrando políticamente y, ahora, más recientemente, la selección de fechas emblemáticas para la presentación de políticas públicas, reformas a la Constitución o las leyes existentes.
Esta semana se habrá de conmemorar el 108 aniversario de la promulgación de la Carta Magna y, al igual que ocurrió con su predecesor, la presidenta Claudia Sheinbaum habrá de presentar sus propias iniciativas, que si bien por su cantidad son más discretas, no por eso repercutirán menos en la vida pública del país.
De atenernos a las declaraciones del líder de la mayoría morenista en la Cámara de Diputados, Ricardo Monreal, se esperan entre dos y tres propuestas (Andrés Manuel López Obrador envió veinte el año pasado, todas ellas “de altísima relevancia histórica” de acuerdo a la mandataria).
A finales de diciembre, tras reunirse con el propio Monreal, Sheinbaum ofreció una pauta de cuales serán sus prioridades en los próximos meses. Una de las reformas constitucionales estaría enfocada a eliminar la reelección, un tema complicado aún para las huestes oficialistas que habían encontrado en esta posibilidad un medio para dejar a un lado el trapecismo político.
Otra más para combatir el nepotismo, un tema que de plantearse como es debido, va causar escozor dentro del propio Morena, que se caracteriza por conjuntar a diversas dinastías políticas, ahí están los Batres Guadarrama, los Monreal Ávila, los Alcalde Luján, los Godoy Ramos, los Taddei y, más recientemente, los López con el arribo del cachorro del expresidente, Andrés López Beltrán, como secretario de Organización en Morena.
Dentro del paquete también se incorporarían otras leyes entre las que, mencionó en ese momento, se encontrarían la Ley de Adquisiciones y Ley de Obra Pública.
Con un legislativo dominado por el oficialismo cuya característica principal es la complacencia, podemos dar por sentado que las iniciativas habrán de pasar sin “digestión” prácticamente ya sólo para su publicación.
A diferencia de López Obrador, quien rompió la tradición el año pasado de asistir al acto protocolario en Querétaro para evitar estar en contacto con la presidenta de la Suprema Corte de Justicia, Norma Piña que, por cierto, tampoco estuvo presente, Claudia Sheinbaum sí hará acto de presencia en lo que se adelanta será una loa a las reformas propuestas por López Obrador.
2025: un año clave para la vivienda en México pero, ¿para quién?
El sector inmobiliario mexicano está a las puertas de un 2025 que promete crecimiento, pero también plantea un desafío crucial: ¿quién podrá acceder realmente a este mercado en expansión? Según las proyecciones compartidas en el webinar de University Tower, el sector crecerá un 4% este año, impulsado por nearshoring, inversión extranjera y una demanda persistente de vivienda. Sin embargo, detrás de estas cifras alentadoras hay una realidad ineludible: el déficit habitacional de 8.8 millones de viviendas sigue siendo un obstáculo monumental.
Hablemos claro. La vivienda en México se ha convertido en un bien cada vez más exclusivo. Mientras en el Corredor Reforma los precios han subido un 40% en apenas tres años, alcanzando un promedio de $43,000 por metro cuadrado en la Ciudad de México, el acceso a una propiedad se vuelve un reto para la clase media y baja ¿El resultado? Un mercado inmobiliario que sí crece, pero que lo hace con un sesgo hacia inversionistas y desarrolladores, más que hacia quienes buscan una vivienda propia.
La tendencia no es nueva, pero se ha acelerado. Según los expertos, la vivienda usada creció un 16% en 2024, mientras que la vivienda nueva se contrajo un 1%. Esto indica que las personas están apostando por opciones más accesibles, mientras los nuevos desarrollos parecen estar diseñados más para la especulación que para el acceso masivo.
No se trata de desestimar el potencial del sector. Como bien apuntó Enrique Téllez, co-director de Desarrolladora del Parque, el sector inmobiliario es un motor clave de la economía mexicana, impactando a más de 40 industrias. Pero si queremos que el crecimiento sea realmente sostenible y equitativo, es momento de preguntarnos: ¿cómo podemos cerrar la brecha entre la demanda y la accesibilidad real a la vivienda?
El nearshoring, la baja de tasas hipotecarias y el crecimiento del mercado pueden ser grandes oportunidades, pero solo si van acompañadas de políticas y estrategias que amplíen el acceso y no sólo la plusvalía.
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