El ritmo acelerado del mundo empresarial impone una gran presión sobre los directivos, ya que estos líderes deben tomar decisiones cruciales, gestionar equipos diversos y multidisciplinarios, así como alcanzar metas desafiantes y manejar el estrés constante.
En este contexto, el mindfulness o atención plena, se ha convertido en una herramienta esencial para el desarrollo personal y profesional de los líderes empresariales, además de ser clave para ejercer el liderazgo efectivo, favorecer un mayor grado de autoconciencia, facilitar los procesos de regulación emocional y sustituir las respuestas automáticas por otras más conscientes en beneficio de sus colaboradores y socios de negocio.
En pocas palabras, el mindfulness es una práctica basada en la meditación que implica estar plenamente presente y consciente del momento actual, además de centrarse en observar los pensamientos, emociones y sensaciones corporales sin juzgar, lo que permite una mayor claridad y calma mental.
No obstante, antes de continuar con nuestro recorrido por el mundo del mindfulness, será de gran ayuda aclarar algunas ideas erróneas o ficciones sobre esta práctica que circulan libremente sin ser cuestionadas.
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¿Qué no es mindfulness?
- Poner la mente en blanco o dejar de pensar. Ni es su objetivo, ni es posible conseguirlo. Los seres humanos somos prácticamente incapaces de acabar con las voces de nuestra mente. Por mucha meditación que se practique no se puede vaciar la mente; es imposible detener el flujo de ideas que brotan, a veces de una forma lógica, otras de forma irracional y sin sentido. Lo que se pretende con el mindfulness detectar (notar) los pensamientos cuando surjan, y verlos como algo fugaz y volátil, no como la realidad, sino solo como una forma de verla.
- Pensamiento positivo. La meditación no es un proceso de cambio de nuestros pensamientos, aunque es cierto que cuando somos capaces de observarlos sin involucrarnos y conversar con ellos, llegamos a advertir que esas ideas son inexactas, limitantes, restrictivas e incluso egocéntricas. En este contexto, el mindfulness puede ayudarnos a cambiar o reajustar nuestra visión sobre la realidad, así como tomar la decisión de cambiar de ideas.
- Es peligroso, puede cambiar nuestra personalidad y acabar con nuestros juicios y valores. Es justo lo contrario, ya que el mindfulness permite que seamos menos vulnerables a la manipulación, al ser una forma para avivar el pensamiento crítico y eliminar los obstáculos para despertar la conciencia plena para acceder a lo auténtico y decidir libremente.
- Es una forma de relajación. Aunque puede ayudar a reducir el estrés e incluso ser un potente antídoto contra la ansiedad para manejar mejor las presiones del trabajo, este no es el objetivo principal de mindfulness, ya que su práctica permite despertar la conciencia de que todo lo que sentimos y percibimos es transitorio.
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Decisiones conscientes y equilibrio personal
En materia de toma de decisiones, el mindfulness promueve una mayor claridad mental y enfoque para facilitar decisiones más informadas y conscientes, al permitir que los líderes despejen su mente de distracciones y se enfoquen en el problema en cuestión.
De esta manera, los directivos analizan todas las opciones disponibles con mayor claridad, evaluar objetivamente los pros y los contras, sin dejarse llevar por el estrés, la presión o las emociones negativas.
Como diría el psicólogo español Jonathan García-Allen: “Hay que ser conscientes de que lo que nos provoca malestar o ansiedad no son los eventos, sino como vinculamos las emociones a éstos”, por lo que será clave pensar de manera adaptativa al momento de interpretar los acontecimientos o las creencias que tenemos sobre lo que ha sucedido o va a suceder.
Por otra parte, la atención plena aumenta la empatía, comprensión e inteligencia emocional, habilidades cruciales para liderar equipos de manera efectiva. También, el mindfulness desarrolla la resiliencia directiva para enfrentar y superar desafíos, mantener la calma y controlar situaciones difíciles.
Otro beneficio del mindfulness es el desarrollo de la intuición en los líderes, una herramienta valiosa para tomar decisiones cuando la información es limitada o ambigua, además de facilitar soluciones creativas que no son inmediatamente obvias.
Por otra parte, la atención plena fomenta la escucha activa y la comunicación efectiva, lo que facilita la mejor compresión por parte de los directivos de las necesidades y preocupaciones de sus colaboradores, así como fomentar un ambiente de confianza y colaboración.
Sin duda, el mindfulness no solo beneficia el desempeño profesional de los CEOs y líderes empresariales, sino que también contribuye a su crecimiento personal, al regular sus respuestas de manera efectiva, desarrollar una mayor autoconciencia y fortalecer su autorregulación gracias a un mejor entendimiento de sus emociones y reacciones.
Como resultado, la práctica de la atención plena ayuda a los líderes a encontrar un equilibrio saludable entre su vida profesional y personal, lo que mejora su bienestar general.
Hoy más que nunca, el mindfulness ofrece una vía para que los profesionales de los negocios se mantengan centrados, resilientes y empáticos, guiando a sus organizaciones hacia un éxito sostenible y significativo.
Al integrar el mindfulness en su vida diaria, los líderes serán más conscientes y efectivos, capaces de inspirar y motivar a sus equipos para alcanzar nuevas alturas.
Y tú, ¿ya aplicaste el mindfulness en tu desarrollo personal y directivo?
Artículo escrito por Mario A. Esparza
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