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Trump: el costo de las malas decisiones

por El Consejero

Gobernar por decreto nunca ha sido la mejor idea, y si no, que le pregunten al presidente estadounidense Donald Trump, a quien sus malas decisiones en materia económica, ya le empiezan a pasar la factura apenas a siete semanas de distancia de que tomara posesión del cargo.

No hay pretexto. Trump recibió de manos de su predecesor Joe Biden, una economía que, si bien no era la más boyante, si gozaba de muy buena salud, con la inflación bajo control y con firmes índices de crecimiento y empleo. Hoy el fantasma de la recesión empieza a recorrer los pasillos del imaginario de millones de estadounidenses que están empezando a dejar de gastar (catastrófico en un país que basa su economía en una política de consumo) frente a la falta de certidumbre con relación a su futuro inmediato.

La caída de las bolsas para iniciar la semana es más que sintomático, más aún cuando el propio presidente no supo responder en una entrevista de televisión si su agresiva política arancelaria terminaría por provocar una recesión hacia finales de año. El empresario se negó a predecir “algo así”, pero en cambio, anticipó que habría un “periodo de transición” porque lo que estaba en marcha era un proyecto muy grande.

Independientemente del tamaño de su proyecto, la displicencia con la que manejo el tema puso de manifiesto la visión de un mandatario que más que gobernar pareciera que está jugando a ser presidente, un individuo con una falta de empatía que se le olvida que su trabajo tendría que estar enfocado al servicio de los millones de norteamericanos que necesitan un trabajo, que deben hipotecas y que desean que sus familias tengan una mejor calidad de vida. Imponer aranceles es un mundo cada vez más globalizado es prácticamente un suicidio sobre todo en un país que no es autosuficiente y que requiere de proveerse de muchos productos y servicios que se producen en el extranjero, y lo que falta.

El próximo mes Estados Unidos anunciará la imposición de medidas arancelarias a los países con los que tiene una relación económica, las medidas compensatorias en respuesta, serán de tal magnitud que los consumidores norteamericanos enfrentarán una inflación pocas veces vista antes, particularmente en el renglón agroalimentario. Así de poco habrán de servir las desregulaciones y la reducción de impuestos prometidas durante su campaña. Trump mintió y, de no encontrar la manera de darle vuelta a este entuerto, los electores le habrán de pasar la factura al partido republicano en las elecciones de medio término.

El dólar está perdiendo fuerza frente al euro y el yen que se han fortalecido en las últimas semanas y eso no es una buena señal para los mercados estadounidenses. El peso frente al dólar muestra signos de cierta recuperación a la espera del impacto que tendrá la imposición de aranceles.

Los días de descanso obligatorio en México: ¿derecho o ilusión?

En un país donde el trabajo es visto muchas veces como un sinónimo de sacrificio, cabe preguntarse si los derechos laborales son realmente respetados o si sólo existen en el papel. La reciente encuesta del “Termómetro Laboral” de OCC, la bolsa de trabajo digital líder en México, arroja datos que invitan a la reflexión: 7 de cada 10 trabajadores han tenido que laborar en días de descanso obligatorio. De ellos, un 16% lo ha hecho sin posibilidad de elegir.

Si bien la Ley Federal del Trabajo es clara en establecer el derecho a nueve días de descanso obligatorio al año, la realidad de los empleados mexicanos es otra. La presión laboral, la cultura del “siempre disponible” y la falta de información sobre sus derechos llevan a que muchos sigan trabajando sin la compensación que les corresponde.

Más preocupante aún es que, aunque el artículo 75 de la LFT obliga a pagar el triple del salario diario a quienes laboren en días feriados, muchos desconocen este derecho. Solo el 36% de los encuestados considera que hay suficiente información al respecto. Es decir, el desconocimiento sigue siendo un aliado de quienes abusan del esfuerzo ajeno.

México es uno de los países con mayor carga laboral y menor cantidad de días de descanso en el mundo. La pregunta es clara: ¿seguiremos normalizando esta situación o empezaremos a exigir lo que por ley nos corresponde?

Y ahora… la “Escuelita del Terror”

En los últimos 25 años, la violencia generada por las organizaciones criminales en México se ha vuelto cotidiana. Sin embargo, cada cierto tiempo, la nota roja nos asombra por hechos sin precedentes, comparables sólo con crímenes de guerra: los 72 migrantes asesinados en una bodega en el municipio de San Fernando en 2010, y las fosas clandestinas localizadas en 2011 con más de 190 cadáveres en ese mismo municipio tamaulipeco; la masacre del municipio de Allende en 2011 con un número indeterminado de desaparecidos; los 49 decapitados y mutilados abandonados en Cadereyta en 2012; los 43 normalistas desaparecidos en Iguala en 2014.

A esta lista al parecer se sumará el rancho Izaguirre, del municipio de Techiutlán, Jalisco. En el predio, un colectivo de buscadores de desaparecidos encontró tres hornos clandestinos, cientos de prendas de vestir, objetos personales, casquillos percutidos y restos humanos calcinados. Se desconoce el número de víctimas, pero en el sitio se encontró una lista de 73 personas. Además de lugar de exterminio, habría sido un campo de confinamiento y adiestramiento que operaba por lo menos hasta el año pasado, conocida según testimonios de sobrevivientes, como la “Escuelita del Terror”.

Desde hace años se conoce que organizaciones criminales, como en su momento los Zetas o ahora el Cártel Jalisco Nueva Generación, realizan reclutamiento forzado o por engaños, siendo la mayoría de las víctimas migrantes, personas de origen rural o jóvenes desempleados. Asimismo, muchas de las denuncias de desapariciones refieren dicha posibilidad, sin conocerse un solo caso resuelto sobre esa línea de investigación, también porque algunos sobrevivientes prefieren no hablar, quizá por temor a ser incriminados.

Hechos de estas dimensiones no son comprensibles sin la complicidad de las autoridades de los tres niveles de gobierno en la trazabilidad de los hechos, sea por participación activa o simplemente por voltear a otro lado. Empezando porque en el caso del Techiutlán, hubo omisiones en la inspección del cateo del año pasado al rancho; pero no sólo eso, no es posible que la “Escuelita del terror” operara sin que se percataran autoridades de todos los niveles, empezando por las locales, y que poco o nada se haya hecho hasta ahora, con las denuncias de desapariciones por reclutamiento forzoso que vienen de hace varios años.

CBP Home, la App para “auto deportarse”

En medio de la crisis bursátil generada en los Estados Unidos derivado de la incertidumbre por los amagos arancelarios, surge una nueva ocurrencia de la administración de Donald Trump: la CBP Home, una App para “auto deportarse”. Una herramienta digital para que las y los migrantes que ingresaron sin visado, voluntariamente abandonen ese país.

La aplicación que, a decir de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza, es una herramienta necesaria para cumplir con la orden ejecutiva del Presidente de proteger al pueblo estadounidense contra la invasión, solicita saber quién es la persona que intenta salir, le toma fotografía, su información biográfica y permite el envío de la solicitud para dejar la Unión Americana, por decirlo así, de manera civilizada, sin tener que ser detenido.

Anteriormente, en la administración de Joe Biden, dicha aplicación que fue implementada en 2020, era conocida como CBP One, tenía una función totalmente opuesta y permitía a los migrantes iniciar el proceso de legalización, pero ahora pretende que sean ellos mismos quienes voluntariamente salgan del país para evitar mayores represalias. De acuerdo con cifras de autoridades estadounidenses, se estima que con la app iniciaron el trámite de legalización cerca de un millón de personas, a quienes ahora se busca revocárseles el proceso que iniciaron, con lo que podrían perder toda posibilidad de obtener su permanencia en el vecino país del norte.

Una de las supuestas ventajas es que las personas migrantes no tendrían consecuencias en el futuro si es que desean ingresar a EE.UU. de manera legal, lo que algunos expertos opinan que no ocurrirá ya que el presidente no cuenta con facultades para exentar a las personas de las penalidades que conlleva haber permanecido de forma ilegal en los Estados Unidos.

La última palabra la tendrán las y los migrantes, si es que deciden confiar en la promesa del gobierno de Trump o si optan por enfrentar el complicado camino que han recorrido millones de personas que han ingresado sin documentos oficiales para cumplir el tan anhelado sueño americano.

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