En estos momentos no podemos quejarnos o decir que no hemos tenido tiempo para darnos cuenta que hemos creado “Una bomba de tiempo climática”, como señaló António Guterres, el Secretario General de la ONU, cuando se refirió al más reciente y sexto reporte del Panel Intergubernamental del Cambio Climático “IPCC” sobre los avances para reducir las emisiones de efecto invernadero, donde ya en 2018 nos señaló la labor titánica para sostener la gran meta de mantener el calentamiento a no más de 1.5°C.
Alarmantemente, han pasado 5 años y el reto es aún mayor, ya que el incremento de emisiones continúa y aunque hemos emprendido y avanzado con acciones y compromisos relevantes, no han sido suficientes; para tenerlo todos un poco más claro, por más de 30 años hemos tenido acuerdo tras acuerdo, desde Kioto hasta París, todos diciendo que tenemos que actuar ahora para evitar el cambio climático y la realidad es que el “ahora” se ve muy lejano.
Tenemos más que claro la existencia de la gran cantidad de caminos y proyectos para reducir emisiones, ahora el gran llamado es a la rapidez en la toma de esas acciones, al igual que un equipo antibombas entrando en acción. Algo tan sencillo a lo que puedo hacer referencia y que todos entendemos, es la comparativa con una fiebre mal atendida, ésta después de tiempo se complica a niveles de fatalidades, o que es aún mayor la dificultad para curarla, es lo mismo con la tierra, y repito: el planeta aquí seguirá, los que estamos en peligro somos los habitantes.
Así como en la gran mayoría de las enfermedades, en el reto de cambio climático los países en desarrollo son los más vulnerables y la mitad de la población del mundo se encuentra en estas regiones; ya hemos visto los últimos 10 años el incremento de víctimas por estos fenómenos meteorológicos cada vez más frecuentes y con mayor fuerza, claramente es un tema de extrema gravedad.
Al igual que un equipo antibombas, el tiempo es preciso para lograr desactivar una, requiriendo de una acción rápida, concisa y coordinada para estabilizar nuestra atmósfera y planeta, en este caso el equipo de trabajo son los administradores de los sistemas naturales que manejan los bosques, pastizales y humedales, que, con acciones efectivas, pueden aumentar la cantidad de carbono que almacenan hoy en día.
Las soluciones son algunas medidas que ya tenemos en el radar, otras son nuevas, pero lo que nos sube el nivel de acción nuevamente es la urgencia del equipo antibombas entrando en acción, y quisiera poner algunas en mente para los diferentes sectores:
- Invertir en la naturaleza es clave.
- El acceso a la energía y las tecnologías limpias mejora la salud, especialmente para las mujeres y los niños.
- La energía renovable o baja en carbono como caminar, uso de la bicicleta y el transporte público mejoran la calidad del aire, la salud, las oportunidades de empleo y la economía en general.
- La calidad del aire es una apuesta sostenible: los beneficios económicos para la salud de las personas son en buena medida equivalentes al costo de reducir emisiones.
El reporte del IPCC es extenso y de gran calidad de expertos, pero les comparto algunos hallazgos muy relevantes en mente y con un llamado positivo sostenible:
- Invertir en nuevas tecnologías o como dicen nuestros vecinos de EUA “put your money where your mouth is” será el paso a seguir para después probar en campo y escalar, esto es fundamental para poder lograr eliminar emisiones.
- Las soluciones están ahí y todavía hay tiempo para lograr una economía sostenible y baja en carbono, pero nos estamos acabando el tiempo crucial y debemos adelantar aún más las metas, como dicen: “patear el problema adelante”, y para el que sigue ya nos es admisible.
- El momento de hacer estos dos puntos es: ¡¡HOY!!
Existen muchos datos, reportes, cumbres, etc., y como cada semana trato de tomar lo positivo, pero sobre todo hago un llamado para hacer acciones sostenibles en todos los sectores y aún más en nosotros “los ciudadanos solidarios sostenibles” que debemos ser. Sabemos que tenemos una dependencia exponencial a la energía eléctrica y tristemente es de fuente fósil que viene de los últimos 100 años, por lo que es fundamental cambiar algunas conductas que bajen nuestra huella individual.
Es clave que estos cambios de conducta y planeación sean atendidos rápidamente, pues las condiciones son cada vez más desafiantes y drásticas, no podemos esperar simplemente a la nueva ola tecnológica para sumarnos. Justamente esta semana que he estado con algunos líderes sectoriales en EUA, así como de estados que están empujando el nivel de ambición cada vez más como California, aproveché para preguntar a detalle sobre, el fijar metas ambiciosas, pero aún más cumplirlas, por lo que es esencial establecer objetivos regionales que nos ayuden a un progreso sostenible como zona, recordemos que las emisiones no tienen fronteras.
Y como menciona el reporte del IPCC, “las soluciones están ahí, todavía hay tiempo para lograr una economía sostenible y baja en carbono”, esto me recuerda tanto al mismo ejemplo de bajar de peso, como cuidar nuestra alimentación y hacer más ejercicio, donde la clave es la consistencia y disciplina. Ya lo sabemos, el gran reto es aplicarlo, pero no lo hacemos y tengo una frase que debemos leer más seguido: “If you don’t make time for your wellness, you will be forced to make time for your illness.”, ya tenemos la mejor información posible ahora la gran pregunta es: ¿Estamos a tiempo para desactivar esta bomba climática? …Y recuerda ¡¡¡está en TODOS entrar en acción!!!
Francisco Suárez Hernández es director de Asuntos Corporativos de FEMSA Negocios Estratégicos y Ex Presidente del Consejo del World Environment Center.
Correo electrónico: francisco.suarezh