Enviada Especial. Ya dio inicio la Octava del Lunes del Cerro de la Guelaguetza, la festividad más importante de Oaxaca, y si hay un baile que emociona a todos los presentes es Flor de Piña, del que te contamos un poco de su historia.
Su origen se remonta al año de 1958, de hecho, la primera representación fue el 21 de julio, y lo que se buscaba con este era crear una danza que pusiera en alto las raíces indígenas de la Cuenca del Papaloapan, con el encargo además que no se basara en el son jarocho.
Así fue que la maestra Paulina Solís Ocampo, de San Juan Bautista Tuxtepec, creó la coreografía de Flor de Piña, misma que ha dado la vuelta al mundo mostrando la versatilidad, el color y la alegría que representa a los pobladores de Tuxtepec.
La música corrió a cargo del compositor Samuel Mondragón, y antes de comenzar el baile, se lee el poema que lleva el mismo nombre, creado por Felipe Matías Velasco, un artista de Tuxtepec.
Luego de ello, las mujeres comienzan a entrar al escenario al compás del vals La Tonalteca, del músico Alberto Peña Ríos y que se interpreta con marimba un instrumento típico de la Cuenca del Papaloapan, para dar paso a la pieza Flor de Piña.
La vestimenta
Un elemento fundamental en este baile, además de por supuesto la piña, que se produce en Tuxtepec, son los hermosos huipiles que representan 6 de los municipios de esta región. están elaborados en telar de cintura, con algodón, están confeccionados por tres lienzos unidos por una cinta llamada “randa”, los motivos y materiales varían, pues según la región, los hay de boda, de fiesta, de gala, de media gala y antiguo.
Cabe destacar que este año, se rindió un emotivo homenaje a la maestra Solís, quien falleciera este año, así como a una de las integrantes del grupo de danza, quien también trascendió de este mundo, pero que como bien dijeron sus compañeras, ambas estuvieron con ella en esta interpretación llena de energía.
Oaxaca nos recibe con música y tradición en el mes de la Guelaguetza