La degradación ambiental ocurre más rápido de lo previsto, actualmente vivimos las primeras consecuencias de la crisis climática; hay que señalar los factores que dan impactó a la problemática que posiblemente den extinción a la raza humana.
El Banco Mundial estima que, más de 140 millones de personas en África, América Latina y Asia menor tendrán la necesidad de emigrar dentro sus regiones para 2050, debido a que la desertificación del suelo fértil va en aumento, al igual que la sequía de ríos y lagos.
A lo anterior hay que agregar que uno de los factores que está generando afectaciones es el aumento de la población. Según la Organización de las Naciones Unidas (ONU) estima que la población mundial será de alrededor de 8 mil 500 millones en 2030.
Como bien se menciona, una de las causas de la crisis climática es la sobrepoblación que ya existe, lo que ocasiona un mayor consumo de recursos de los que el planeta nos puede ofrecer, y al dañar los ecosistemas para la extracción de diferentes tipos de materia prima la naturaleza se descompensa.
Crisis climática en México: ¿Cómo hacer frente a una amenaza inminente?
Otra causa que señalan los ambientalistas es la generación de gases a causa de la quema de combustibles fósiles, una de las necesidades fundamentales es la generación de energía, pues se utiliza para transporte, calefacción, la misma producción de energía eléctrica, entre otras; pero también una de las causantes de la generación de estos gases de efecto invernadero es la agricultura y la ganadería.
El Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC) señala que el sector agrícola y ganadero genera el 23% de los gases de efecto invernadero; la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) marca que las emisiones del sector ganadero tienen su origen en cuatro procesos:
Fermentación entérica, el metano que se genera en la digestión del ganado; gestión del estiércol, las emisiones de metano son más elevadas cuando el estiércol se almacena; producción de los piensos, alimento para animales, constituido por una mezcla de materias primas que son transformadas o no con el fin de lograr un alimento nutritivo y sano, y; el consumo de energía, debido a la ventilación, iluminación, climatización, transporte, uso de maquinaria, etcétera.
Otro factor que causa un impacto a esta crisis es la destrucción de los ecosistemas y deforestación, en 2015 a 2020 se registró una tasa anual de deforestación de 10 millones de hectáreas, según información de la FAO.
De acuerdo con Greenpeace “La deforestación representa aproximadamente el 23% de las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero, más que todo el sector transporte del mundo.
Es por ello por lo que reducir las emisiones de la deforestación y la degradación de bosques se convirtió en una de las estrategias para la mitigación del cambio climático”.
No podemos dejar de mencionar la destrucción de los ecosistemas acuarios, los especialistas enfatizan que el agua absorbe la mayor concentración de dióxido de carbono en el aire.
El peso invisible del cambio: La crisis climática está alimentando un nuevo tipo de ansiedad
El daño es para todos
Pues la consecuencia más desastrosa y que en la población tenemos más presente es el aumento de fenómenos naturales, tanto en cantidad como en intensidad, como ciclones, huracanes, inundaciones, incendios forestales, entre otros siniestros; que en un momento inesperado puede golpear la economía de una localidad para recuperar los recursos que se pierden durante la presencia de escenarios fatales.
Igual la sequía y la desertificación del suelo fértil reduce las oportunidades de producción alimenticia básica para la población, que va todavía en aumento. Así como también hay destrucción de los ecosistemas terrestres, el problema se presenta también en el mar, el cambio climático ha acidificado los océanos, proceso prolongado de reducción de pH en los ecosistemas acuáticos, y ocurre debido al intercambio de dióxido de carbono en la atmósfera.
Lo anterior, afecta a la formación de arrecifes de coral, al no encontrar la cantidad de iones carbonato en el agua no pueden sobrevivir; y su importancia en el ecosistema marítimo es que el 25% de toda la vida marina depende de estos arrecifes para obtener alimentos y refugio. Además de que los especialistas señalan que los arrecifes coralinos producen entre el 50 y el 85% del oxígeno que se libera cada año a la atmósfera y que es indispensable para la vida en el planeta tierra.
Cabe señalar que los arrecifes de coral sanos benefician a las comunidades de muchas maneras, pues por mencionar algunas, estos proveen alimentos, protección costera e ingresos del turismo y la pesca. El 90 % de los desastres se clasifican como relacionados con el tiempo y el clima, cuestan a la economía mundial 520.000 millones de dólares al año y 26 millones de personas se ven empujadas a la pobreza como resultado de ello, esto de acuerdo a información de la ONU.
Además, “el Banco Mundial estima que, si no se toman medidas, más de 140 millones de personas en África Subsahariana, América Latina y Asia Meridional se verán obligadas a emigrar dentro de sus regiones para 2050”.
Sin duda alguna nuestro destino está ligado al cambio climático, pues se señala como la “posible” causante de la extinción humana, pues la crisis climática redujo los recursos naturales que nos ofrece la madre naturaleza al igual que reduce ecosistemas haciéndolas lugares no habituales.
De acuerdo con la ONU, para el 2050 la población superará los 9 mil millones de habitantes, la pregunta es ¿si para ese año el planeta estará apto para las futuras generaciones o ya es tarde para combatir un destino catastrófico?