El estrés, villano o maestro de nuestra vida
Los momentos difíciles se pueden convertir en una oportunidad de aprendizaje si desarrollamos la habilidad de descargarlas de forma consciente e inteligente
Por: Ceci de los Ríos
@cecidelosriosg
Máster Coach en ciencia del bienestar
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El estrés puede ser el gran villano que detona enfermedades o el gran maestro que nos enseña a soltar. La realidad es que un buen manejo del estrés es sustancial para nuestra salud emocional.
Los momentos de tensión y las preocupaciones son parte de la vida que llevamos, sin embargo, depende de nosotras qué tanto nos afecte y genere aprehensión ó qué tanto logremos aceptar y fluir.
Con esto no me refiero a que controlemos lo que sentimos o que bloqueemos las emociones que surgen instintivamente o que evadamos las situaciones retadoras, el manejo emocional se refiere a desarrollar la habilidad de reconocer lo que surge en nuestro cuerpo de forma natural y aprender a descargar las emociones sanamente para que no se queden contenidas convirtiéndose en pelotas y que a la larga se transformen en una enfermedad.
Por lo contrario, los momentos difíciles se pueden convertir en una oportunidad de aprendizaje si desarrollamos la habilidad de saber descargarlas de forma consciente e inteligente. Es decir, cuando sintamos mucha frustración o enojo por una circunstancia, en vez de explotar contra la persona, es mejor llevar a cabo una actividad de descarga, ya sea pegarle a un punching bag que pongas en tu casa, meterte al closet a gritar y que nadie te escuche, pegar en una almohada. Todas de forma segura y sin dañar a nadie.
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¿Por qué es tan importante sacar esa emoción?
Porque toda emoción es energía en movimiento, viene de la palabra e-motion. La energía necesita circular, cuando la dejamos fluir libremente nos aporta combustible para crear cosas, cuando detenemos su paso, se queda contenida y va mermando la salud.
Además de las descargas energéticas, existen otras acciones para gestionar las emociones, por ejemplo, escribir en un cuaderno cómo te sientes, hacer un mapa de la relación que existe entre una emoción y tus síntomas físicos, hacer sesiones de meditación para calmar la mente y por supuesto, el consultar con un terapeuta.
Sea cual sea la que elijas, lo más importante es asumir que lo que sentimos es parte de nosotros y es una fuente de información muy valiosa para nuestro crecimiento personal.