Mes de la Tierra: “Creer para ver, en vez de ver para creer.” 

Mi mejor consejo para encontrar un propósito de vida, ha sido el conectar con el poder de la confianza, para visualizar nuestros sueños, con toda esa magia, que cuando vienen del corazón, llenos de emoción, desde la verdad de nuestra escencia y nos hacen brillar cuando la platicamos…. es ahí donde hay que pausar, para seguir escuchando y desarrollando, porque ahí nace la verdadera innovación.

Hace 10 años lo vi, y una chispa adentro de mi me lo trataba de explicar con lujo de detalle, a veces la escuchaba, y a veces yo solita me engañaba con estar soñando con posibles cuentos de hadas. 

Veía una ciudad llena de concreto, contaminación, tráfico, desigualdad, basura, ríos convertidos en aguas negras, fuga de talento y desintegración entre sectores, (todos se echaban la culpa y señalaban.)

Pero creía en una ciudad con ríos vivos y cuerpos de agua cristalinos, corredores de bosques y áreas verdes que conectaran a la ciudad, con espacios para el deporte, la convivencia, y el descanso; de emprendimiento e innovación como parte de su contenido, una posibilidad para recorrer la ciudad en movilidad alternativa, aire limpio y biodiversidad tejida en la ciudad, con trabajo en equipo entre todos los sectores, crecientes oportunidades económicas y un gran índice de bienestar. 

Dicen que un maratón no se corre el día de la carrera, que un maratón se corre antes de llegar a ese gran día por el que entrenaste meses, absolutamente todos los días.

Y pasa una magia similar con nuestro propósito de vida. Para lograr nuestros sueños, encontrar eso que tanto nos nutre, y materializarlo, tenemos que encontrar la magia, la paciencia y la emoción e intención en ese día a día.

Uno de los retos más importantes que he vivido, ha sido precisamente, disfrutar ese camino, saber cuando cambiar de dirección, ser resiliente, y recordar continuamente el serle completamente fiel a mi coherencia, siempre cuidando de mi propio bienestar y naturaleza.

Trabajar con la naturaleza, me llevo a un camino inicial de activismo y dolor al estar sensibilizada con toda la data de crisis, relacionada con el miedo y también con una identidad de guerreras que nos creamos entre todas en el equipo. 

Fue un camino inicial, que nos llevo a generar grandes campañas y movimientos colectivos, pero que después de un tiempo, fue insostenible y cuando vivimos el primer incendio a nuestro primer bosque y trabajo de 6 años, dimos un volantazo para permitirnos reinventarnos hacia un emprendimiento con mucha creatividad para proponer proyectos innovadores para nuestros aliados corporativos, así como experiencias de profunda transformación para las personas.

Aunque con creatividad, seguíamos inmersas en la narrativa de la problemática ambiental, la cuál nos tenía en el ojo del huracán de la escasez. Algo que nos ha caracterizado, y nos ha creado siempre contención, es el vivir en equipo con nuestro propósito tatuado, e ir como un mismo ecosistema cambiando con las estaciones de la naturaleza, cambiando de temporada, en algunas floreciendo, en otras se nos caen las hojas, e hibernamos, y al final siempre volvemos a renacer. 

Hoy:

Hemos ido materializando, aprendiendo y desaprendiendo, disfrutando, integrando y soltando un camino que nos ha enseñado a soñar y a volver a soñar, escribiendo y rescrebiendo nuestros sueños, sabiendo que el primer paso es siempre el creerlos.

• Erica Valencia Torres 
• Presidenta de Ectagono
• Ig: @ericavalenciat 
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