Salario on demand vs rotacional laboral
Después de la pandemia de covid, la industria hotelera en México ha tenido un crecimiento acelerado en los últimos dos años.
Después de la pandemia de covid, la industria hotelera en México ha tenido un crecimiento acelerado en los últimos dos años, generando una gran demanda de mano de obra al mismo tiempo que una alta tasa de rotación laboral, planteó Rafael Niell, cofundador y COO de minu, la plataforma líder en beneficios para el bienestar financiero, durante la conferencia “Herramientas para retención y atracción en el sector hotelero”, para los encargados de Recursos Humanos del sector hotelero, en Cancún.
Lo anterior afecta la calidad del servicio al cliente y provoca problemas a las empresas hoteleras, por lo que necesita recuperar la confianza de su fuerza laboral. Por ello, el directivo de la startup pionera del concepto de salario on demand en México, compartió los cuatro retos principales que enfrenta la industria hotelera para disminuir los índices de rotación de personal, todos ellos interconectados: escasez de mano de obra, falta de capacitación, impacto en la calidad del servicio y alta competencia.
El abandono voluntario del empleado es la rotación que más afecta al sector, ya que ocasiona costos no previstos a las organizaciones. Los hoteles tienen dificultades para encontrar empleados con las habilidades requeridas, así como mantenerlos motivados y retenerlos. La rotación deriva en ascensos de personal, sin que cuenten con las habilidades suficientes en temas de liderazgo y manejo de equipos. Esta falta de empleados experimentados y capacitados afecta la calidad del servicio a los clientes de los hoteles. Sin embargo, la reactivación del desarrollo hotelero ha incrementado la demanda laboral y la competencia por el mejor talento, por lo que las empresas adoptan medidas para reducir la rotación laboral con planes atractivos de beneficios, como el salario emocional, la flexibilidad de horarios y el salario on demand.
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De ahí que cada vez más empresas del sector han optado por ofrecerles a sus colaboradores el salario on demand, el cual permite darles acceso a su salario ya trabajado a través de una app, y así resolver su problema de liquidez de manera inmediata, 24/7, sin necesidad de esperar al pago de su nómina y evitando que incurran en créditos o préstamos. Un estudio de la Harvard Business School con datos de empresas usuarias de minu con el beneficio del salario on demand, revela que existe un 20% de menor probabilidad de que los empleados de bajo rango dejen su empleo en cualquier periodo, y un 12% de menor probabilidad de dejar la empresa en el próximo ciclo de pago.
Desde Palacio Nacional arranca el proceso electoral 2024
Ya es un hecho. Sin ningún respeto por los tiempos que marca la ley en la materia, el presidente Andrés Manuel López Obrador arrancó la campaña rumbo al proceso electoral del 2024 y lo quiere todo, no se conforma con mayorías simples, quiere las mayorías calificadas en ambas cámaras del Congreso para moldear a su antojo la Constitución, acabar con el equilibrio de poderes eliminando a la molesta Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), para que luego no le anden diciendo que “la ley es la ley”, y para erigirse como amo y señor del país sin los incómodos órganos autónomos y las ruidosas organizaciones de la sociedad civil.
Este jueves durante su conferencia matutina, el presidente volvió a mostrar el rostro de la venganza. En abierta represalia por el rechazo de la SCJN a validar la primera parte de su plan B, López Obrador le dio a la Corte el mismo trato que a Carlos Loret de Mola, exhibió públicamente las prestaciones y beneficios que reciben los ministros, para luego usarlos como ariete en favor de unas reformas que le den el control absoluto de la nación, habida cuenta de que el partido oficial ha convertido al Congreso en una sucursal del Ejecutivo y con vistas a una SCJN que se convierta en una franquicia del Palacio Nacional, manipulando el voto “popular” a través de desprestigiar a las instituciones.
En una dialéctica maniquea sin lugar para los matices, volvió a fluir la narrativa polarizante; la descalificación del contrario; la anulación del que piensa diferente a patir de dividir a las personas; las realidades y las ideas en dos visiones: malos y buenos. Así en un juego de frases guiado por la manipulación, el presidente presentó lo que para él son los dos únicos proyectos de nación: si quieres que regresen los corruptos; que siga el clasismo, el racismo, la discriminación; que sigan los medios de comunicación manipulando; y que se sigan entregando los bienes de la nación a particulares y extranjeros, “ya sabes por quién votar”. Si quieres que siga la transformación; que “por el bien de todos, primero los pobres” y que continuen las pensiones para los adultos mayores, también “ya sabes por quién votar”.
Bajo esa lógica, que pretende estar sustentada en el sentido común, el presidente tratará de convencer a la mitad más uno de los poco más de 97 millones de electores de que Morena es la mejor opción para mantener el rumbo del país desde el Ejecutivo y cuando menos 65 millones de votos para contar con un legislativo sumiso dispuesto a modificar la Constitución al antojo del mandatario en turno (o de quien mueva sus hilos).
Con un escenario así habría poco lugar para una oposición real, como de hecho ya lo vemos hoy en el Congreso, donde las ideas y las posiciones de los partidos ajenos a Morena y sus satélites no se respetan, se ignoran y se les niega incluso el derecho a ser expresadas. Muy probablemente regresaríamos a la década de los 70s, aquellos años “dorados” de los que guarda tanta nostalgia el presidente, con un estado asistencialista y estatista, con un gobierno empresario que daría lugar no solo a una nueva clase política sino económica. Ya sin órganos supervisores independientes del Ejecutivo se crearía un caldo de cultivo ideal para que al amparo del poder florecieran los nuevos “hombres de negocios” en medio de una rampante opacidad. Eso también es sentido común pero lamentablemente en medio de tanto ruido a veces, ¡resulta tan difícil distinguirlo!