Por: Dr. Francisco Suárez Hernández. Director de Asuntos Públicos y Relaciones Estratégicas FEMSA y Asuntos Corporativos Negocios Estratégicos y División Salud. Ex Presidente del Consejo del World Environment Center.
Correo electrónico: francisco.suarezh@gmail.com
Hace unos días tuve el gusto de participar en el panel del evento denominado “Perspectivas Económicas de América Latina 2024 Financiamiento para el Desarrollo Sostenible”
Invitación y coordinación por parte de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico, “OCDE”; que es un organismo de cooperación internacional compuesto por 38 Estados, cuyo objetivo es coordinar sus políticas económicas y sociales. La OCDE fue fundada en 1961 y su sede central se encuentra en el Château de la Muette en París; el encuentro fue en todos los sentidos interesante, escuchar las perspectivas de diferentes expertos de la OCDE y la Comisión Económica para América Latina y el Caribe “CEPAL”, así como otras multilaterales claves, sector público y privado.
Cuando hablamos del contexto financiero, político, social y ambiental internacional de América Latina y el Caribe, se centró en las siguientes premisas:
El Cambio Climático es una prioridad para la región
América Latina y el Caribe están comprometidos con la acción climática, habiendo fijado el objetivo de una reducción de emisiones para 2030 de entre el 24% y el 29%.
Tenemos una gran contradicción en el agua en América Latina, que es la región con más reservas de agua, pero al mismo tiempo con más oportunidades de acceso al agua y saneamiento, donde el 25% de la población carece de acceso a agua potable, mientras que el 66% no tiene acceso a servicios de saneamiento seguros.
Algunas conclusiones relevantes que compartí en el panel de discusión: remarcar que América Latina y el Caribe tiene un potencial económico significativo y oportunidades en varias áreas clave, tales como,
1. Energía renovable: la región cuenta con abundantes recursos naturales aptos para la producción de energía renovable, como la energía solar, eólica e hidroeléctrica. Invertir en estos sectores puede impulsar la independencia energética y reducir la dependencia de los combustibles fósiles.
2. Tecnología e innovación: América Latina tiene una creciente escena de startups tecnológicas, con ciudades como São Paulo, Santiago, Ciudad de México y Monterrey emergiendo como centros tecnológicos. Existen oportunidades en Fintech, comercio electrónico y tecnología de la salud, aprovechando la población joven de la región y aumentando la conectividad digital.
3. Desarrollo de infraestructura: existe la necesidad de mejorar la infraestructura en toda la región, incluidas las redes de transporte, los puertos y el desarrollo urbano. Las asociaciones público-privadas pueden impulsar la inversión en estas áreas.
4. Educación y salud: mejorar el acceso a servicios de educación y salud de calidad presenta oportunidades para la inversión privada y la innovación.
5. Desarrollo sostenible: la adopción de prácticas sostenibles en la agricultura, la energía y la manufactura puede atraer inversiones responsables y abordar los desafíos ambientales.
6. Inclusión financiera: existe una gran población no bancarizada en la región, lo que presenta oportunidades para expandir los servicios financieros y promover el crecimiento inclusivo.
7. Reubicación de la cadena global y nearshoring sostenible: tenemos una gran oportunidad para que nuestra región capte más inversión extranjera directa y fortalezca nuestras capacidades de fabricación e investigación y desarrollo; siempre pensando en que la principal fuente de energía sea renovable.
8. Acceso al agua y saneamiento: este tema representa un gran desafío para nuestra región, pero al mismo tiempo una gran oportunidad de inversión.
Si volteamos a ver la balanza en muchos temas de la región en el caso de México, en 2023 pasó a ser el principal socio comercial de EUA y fue el mayor exportador a EUA, y está claro que tenemos desafíos como cambio climático de la mano con sequías, y la desigualdad de ingresos será crucial para aprovechar plenamente estas oportunidades que mencioné en los puntos anteriores para realmente fomentar el crecimiento económico sostenible en América Latina y el Caribe.
Tenemos una región talentosa, innovadora, con recursos naturales envidiables para otros continentes y me llevo uno de los mensajes que me dejó con muchas reflexiones positivas y de oportunidad en cambio climático para América Latina:
“Requerimos tener una sola voz”
y tiene mucho sentido, pero en todo lo que emprendemos, consideremos que las emisiones NO tienen fronteras y en un desafío tan grande como es la lucha al cambio climático, también requerimos un esfuerzo consistente en toda la región donde la colaboración coordinada es fundamental, y recordemos:
¡¡¡En acciones sostenibles tenemos que sumar esfuerzos para dejar un mejor planeta del que recibimos y debe ser la mejor herencia de nuestra parte para las futuras generaciones!!!