Walz y el peso del Medio Oeste
Ya con la candidatura presidencial demócrata asegurada, Kamala Harris sorprendió con la designación de quien será su compañero de fórmula como vicepresidente, el gobernador de […]
Ya con la candidatura presidencial demócrata asegurada, Kamala Harris sorprendió con la designación de quien será su compañero de fórmula como vicepresidente, el gobernador de Minnesota, Tim Walz.
De 60 años, Walz es como una versión demócrata de JD Vance, su similar republicano: un representante del Medio Oeste, un “self-made man” de origen rural, veterano del Ejército, defensor de la clase trabajadora pero, a diferencia del senador de Ohio, de corte liberal, a favor del aborto y del control de armas -renunció a la poderosa Asociación Nacional del Rifle (ANR)-, derechos de los veteranos y de personas trans e, importante, impulsor de varias políticas sociales en materia laboral, de salud y educación.
Que tanto republicanos como demócratas hayan optado por candidatos a la vicepresidencia provenientes del Medio Oeste no es casualidad. El neoyorquino Trump y la californiana Harris son representantes de las costas Este y Oeste, donde se concentra la mayor parte de la población estadounidense, y es cuando los partidos buscan un equilibrio con una región donde hay estados que también pesan en el colegio electoral.
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Ningún republicano ha ganado la Casa Blanca sin Ohio, estado con 18 votos en el colegio electoral-, de ahí que sea una razón más para que Trump eligiera a Vance como su compañero de fórmula. En el caso de Minnesota, el estado de Walz, cuenta con 10 votos, y es prácticamente una isla demócrata entre estados republicanos. Asimismo, además de atrae el voto blanco y rural, Walz puede jalar el voto republicano anti-Trump y moderado, dada su experiencia como gobernador, donde pudo llegar a acuerdos con un poder legislativo dividido y con mayoría republicana.
Los debates entre candidatos a la vicepresidencia prometen ser tan interesantes como los de la presidencia, dados los dos perfiles con varias coincidencias en su origen y tan diferentes en su visión política.
AMLO: Promesas sin cumplir
Al puro estilo del viejo priismo, Andrés Manuel López Obrador pondrá fin a su sexenio inaugurando obras, pero sin concluir. El fin de semana fue la refinería de Dos Bocas en una farsa que se viene fraguando no ya semanas sino hace meses. Como esos malos trucos de magia se presentó una estructura de la que no hay evidencia real de que ya está, si quiera medianamente, trabajando.
La narrativa oficial es que está operando al 50% de su capacidad, aunque la opinión de los expertos es que esto no es viable dadas las condiciones actuales por la falta de gas suficiente para la operación de un proceso tan complejo. De esta manera la tan cacareada autosuficiencia energética no habrá de concretarse ya durante este sexenio quedando como un lastre para su sucesora Claudia Sheinbaum.
De concretarse las proyecciones, la refinería Olmeca habrá consumido hacia finales de 2024 más del doble del presupuesto que se le había presentado originalmente a los mexicanos, 18 mil millones de dólares por una tecnología que en unos cuantos años habrá de resultar caduca dadas las tendencias a favor de las energías limpias que imperan hoy en el mundo civilizado.
Otro proyecto que se entregará con muchos asegunes es el del Tren Maya, cuyo circuito será inaugurado a inicios de septiembre, según las expectativas del presidente, faltando un cuarto para la hora del adiós del mandatario. Si por algo pasará a la historia esta emblemática obra de la Cuarta Transformación es por su falta de planeación, por su desprecio hacia el medio ambiente en uno de los lugares que se había mantenido alejado de la depredación que conlleva la “civilización” pero, sobre todo, por la gran opacidad con la que se manejaron los recursos llegando a declararse un proyecto de seguridad nacional para mantener a la sombra un gasto que triplicó lo originalmente proyectado.
Mención aparte merecen aquellos funcionarios que se beneficiaron indirectamente con las obras. En su edición más reciente, la revista Proceso publicó que familiares del director General de la Comisión Federal de Electricidad, Manuel Bartlett, se habían beneficiado con la compra de terrenos que circundan el recorrido, pero el mismo presidente (y eso es inocultable), también sacó provecho: gracias a la estación ubicada en Palenque, hoy la propiedad de Andrés Manuel López Obrador vale muchas veces más que cuando su padre la adquirió.
Otra obra que quedará a deber es “El Independiente”, ese tren interurbano que irá de Toluca a la Ciudad de México que se inauguró el 15 de septiembre sin estar terminado y que presuntamente sería entregado en unas semanas. Hoy sabemos que es prácticamente imposible que esté listo el tramo a Observatorio antes de que termine su mandato.
El trolebús Chalco-Santa Martha que tendría que haber sido abierto en junio, también quedará como otra promesa sin cumplir. Igual quedarán pendientes el Tren Suburbano Lechería-AIFA; el Espacio Cultural Chapultepec y el Parque Ecológico Lago de Texcoco.