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23 aeropuertos a las fuerzas armadas

by El Consejero
avión presidencial

Entre el miércoles y el jueves, la Secretaría de Infraestructura, Comunicaciones y Transportes (SICT), a cargo de Jorge Nuño Lara, entregó al Grupo Aeroportuario, Ferroviario, de Servicios Auxiliares y Conexos, Olmeca-Maya-Mexica (GAFSACOMM), de la Secretaría de la Defensa Nacional, la administración de siete aeropuertos.

Se trata de las terminales aéreas de Puebla; Uruapan, Michoacán; Palenque, Chiapas; Chetumal, Quintana Roo; Tamuín, San Luis Potosí, Puerto Escondido e Ixtepec, Oaxaca. Con ellos, la Sedena administra ya 13 aeropuertos a través de la paraestatal de ostentoso nombre, entre ellos el AIFA y el de Tulum, próximo a inaugurarse este viernes por el presidente López Obrador. Por su parte, la Secretaría de Marina opera diez aeropuertos, entre ellos el AICM.

Con la excepción del Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México, se trata de aeropuertos con poco movimiento de pasajeros. El Felipe Ángeles tiene apenas el 1.4% del total de pasajeros que mueven los aeropuertos en México en lo que va del año, nada comparado con el 26% del saturado AICM al que supuestamente debía desconcentrar; sigue subsidiado por el gobierno y tiene una facturación promedio de 45.2 millones de pesos mensuales, de acuerdo a datos de El Financiero. Eso sí, gracias al traslado forzado de operaciones, el AIFA es ya el aeropuerto que más carga maneja.

Mayor éxito se le augura al aeropuerto en honor a otro Felipe, el Carrillo Puerto de Tulum. En plena Riviera Maya, dicha terminal desconcentrará pasajeros que llegan al aeropuerto de Cancún, el segundo que más tráfico mueve y el que más pasajeros internacionales atiende en el país, por lo que se espera sea el segundo de mayor afluencia en la región. Aeroméxico, Viva Aerobús, Mexicana, Delta Air Lines, Spirit Airlines y American Ailines ya tienen contemplado vuelos nacionales e internacionales.

La politización de la cultura

Como viene ocurriendo desde hace 37 años, la Feria Internacional del Libro de Guadalajara, dedicada por cierto en esta ocasión a la Unión Europea, ha sido el punto de reunión no sólo de los grandes actores de la escena cultural, sino de todos los ámbitos incluida la política, encabezada por supuesto por los candidatos presidenciales. Un espacio propicio para compartir ideas o para hacer llegar mensajes ante las figuras más influyentes del panorama nacional e internacional.

Tristemente para la Cuarta Trasformación hablar de cualquiera de la Bellas Artes (no necesariamente de cultura, porque cultura es hasta el futbol) es sinónimo de neoliberalismo, de oligarquía, de conservadurismo, de aspiracionismo, por eso las desdeña, las menosprecia, como si éstas no nacieran también del corazón del pueblo. La literatura no es la excepción, es por eso que el presidente, Andrés Manuel López Obrador, se ha distanciado siempre de uno de los eventos culturales mejor posicionados a nivel mundial, la Feria Internacional del Libro de Guadalajara.

No debería sorprendernos pues que dentro de la agenda de la Coordinadora de Defensa de la Cuarta Transformación, Claudia Sheinbaum, no hubiera habido espacio ni siquiera para participar en la presentación del libro de uno de los personajes más emblemáticos de este movimiento, Paco Ignacio Taibo II.

No existe el silencio en política, los espacios dejados al abandono son rápidamente llenados por los rivales, la precandidata de la coalición Fuerza y Corazón, Xóchitl Gálvez, supo que era su oportunidad de atacar y no dejó pasar la ocasión, argumentó que a Sheinbaum no asistió porque evita, al igual que el presidente, los espacios en donde se le cuestiona, donde no se siente cómoda y porque, palabras más, palabras menos, sigue las órdenes presidenciales, “sólo obedece, no tiene voz propia”.

Sin pena ni gloria pero eso sí, tratando de hacerse el simpático, el precandidato de Movimiento Ciudadano, Samuel García, también aprovecho el espacio pero él para presentar su libro “Federalismo Mexicano, que tenemos y que necesitamos para concretarlo realmente”, que no es otra cosa que su proyecto de nación, aprovechó para criticar los programas sociales de López Obrador por privilegiar los apoyos económicos en vez de impulsar la generación de empleo y de paso también cuestionó la tan famosa estrategia de “abrazos no balazos” de la que dijo parece una broma.

Las campañas apenas empiezan… Preparémonos pues para presenciar el lado más oscuro de la política nacional.

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