Nuestro canalAMLO y republicanos: del odio al amor
El presidente Andrés Manuel López Obrador rechazó la intervención de fuerzas militares extranjeras en México y advirtió que podría iniciar una campaña entre mexicanos y latinos en Estados Unidos para que no voten por republicanos.
Cuando un sector conservador republicano ya veía en los hechos de Matamoros un pretexto ideal para impulsar sus propuestas de mandar fuerzas militares para combatir a los cárteles mexicanos y defendían a las víctimas estadounidenses como no lo hacen con los afroamericanos que matan policías blancos en su país, surge la noticia de que los cuatro tienen antecedentes penales relacionados con drogas, lo cual llama a las sospechas respecto a los motivos de su visita, además de la cirugía estética de la acompañante, si es que realmente venían a eso.
Por si fuera poco, en un intento de que ahí quede y no pase a mayores contra los criminales que operan en Tamaulipas, este jueves amanecieron cinco sujetos amarrados en calles del centro de Matamoros, con una cartulina en la que el Cártel del Golfo pide disculpas por el secuestro de los cuatro estadounidenses, el asesinato de dos de ellos y, nos venimos a enterar, de una mexicana que fue alcanzada por una bala perdida durante los hechos.
Un mensaje que sin duda les quedará claro y hasta agradecerán las autoridades mexicanas, aunque no necesariamente contenga la actuación de las estadounidenses.
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El presidente Andrés Manuel López Obrador rechazó la intervención de fuerzas militares extranjeras en México y advirtió que podría iniciar una campaña entre mexicanos y latinos en Estados Unidos para que no voten por republicanos. Extraña propuesta, considerando que AMLO estaba muy contento con Trump, porque no se metía en su política interna aunque tratara a México como trapeador, a diferencia de la administración Biden, que es muy respetuosa de nuestro país, no así de las políticas de la 4T.
Considerando la pérdida de fuerza del trumpismo en las pasadas elecciones, probablemente lo que quiere López Obrador es hacerle un favor a Trump y sus partidarios, metiéndose en la elección estadounidense para hacer lo que mejor -y quizá lo único- que sabe hacer: polarizar, pues un presidente mexicano haciendo campaña en contra de los republicanos podría generar más simpatías a ese partido, metiendo a México como tema electoral.
Falta ver cómo lean y cómo actúen en Washington ante esa intervención extranjera en su política interna.
Francia, ¿el futuro de las pensiones en nuestro país?
Francia vive uno de los momentos capitales en su historia contemporánea, el sistema de pensiones no resiste más y de no tomarse en serio las impopulares medidas propuestas por el presidente, Emmanuel Macron, el sistema colapsara irremediablemente.
La tarde del miércoles el senado de ese país, asumiendo los costos políticos que implica, tomó la difícil decisión de modificar la edad legal de jubilación de los 62 a los 64 años a razón de tres meses por año a partir de septiembre de 2023 y hasta el 2030.
Pero esa no es la única medida que volverá sacar a las calles a cientos de miles de trabajadores inconformes, ahora quien quiera retirarse con una pensión de 100% tendrá que trabajar durante 43 años. Aún falta el consenso entre las dos cámaras del parlamento para que la reforma sea aprobada, de lo cual nos habremos de enterar en el transcurso de las dos próximas semanas.
Un rechazo sin embargo no sería la muerte del proyecto ya que Macron tiene la autoridad para aplicarlo por ordenanza, una medida sin precedente que conduciría a una severa crisis en el gobierno. Dos de cada tres franceses consideran que la medida es injusta y así lo han reflejado en las seis marchas realizadas este año.
Pero la crisis en el sistema de pensiones, no es privativa de Francia, es un fenómeno global del que por supuesto no está exento nuestro país. La pirámide poblacional que en los años 60 tenía una sólida base soportada por los jóvenes, quienes finalmente eran quienes financiaban las jubilaciones de los mayores, se ha invertido y sumado al incremento en la expectativa de vida de los más viejos no hay dinero que alcance.
En México el futuro luce muy poco alentador. Con más de la mitad de la población en la informalidad, habremos de tener millones de ciudadanos que como único sustento contarán con la pensión para adultos mayores de 65 años que garantiza la Constitución, pero aún esta, de mantenerse como está, entrará en crisis en el 2030 de acuerdo al Consejo de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval), debido al creciente número de beneficiarios y al enorme presupuesto que representará para el erario.
Para los trabajadores formales la situación no se vislumbra mejor, para aquellos que ingresaron en el sector laboral después de 1997 (los más jóvenes), tienen que financiar su propia jubilación a través de una administradora conocida como Afore. Para hacernos una idea si un empleado ahorra la décima parde de su salario anualmente, a la vuelta de 30 años habrá guardado lo suficiente para vivir tres años, suponiendo que su afore le entregará un rendimiento de 100% apenas le alcanzaría para vivir seis años.
El Estado también deberá cargar con los costos de una mala planeación, que tendría que haberse contemplado en una impopular reforma fiscal. Tan solo en las pensiones que entrega el gobierno, el presupuesto requerido para este año será de 1.7 billones de pesos. Solo para dimensionarlo, el 20% del presupuesto o el 5.4% del Producto Interno Bruto (PIB).
Lo que hoy pasa en Francia tendría que movernos a buscar alternativas. El tiempo corre y si no le ponemos atención a este problema mañana podría convertirse en un conflicto social de gran envergadura.
