El fin de semana, sendos reportajes en la revista Proceso y el diario Reforma, dieron a conocer que el hijo y la pareja de Manuel Bartlett, León Bartlett Álvarez y Julia Abdala, son propietarios de inmuebles en zonas exclusivas de Playa del Carmen, Tulum, Puerto Morelos y Cancún, a través de empresas o de manera directa.
En el transcurrir del sexenio se fueron dando a conocer contratos obtenidos por empresas de León Bartlett, desde servicios de ciberseguridad hasta ventiladores respiratorios durante la pandemia, así como de las empresas de Julia Abdala. Para el titular de la Comisión Federal de Electricidad (CFE), la explicación para no dar cuenta de ello en declaraciones patrimoniales es sencilla: ni sus hijos ni su pareja dependen económicamente de él, ni tiene ningún vínculo jurídico con Abdala.
Por más de 40 años, Manuel Bartlett ha sobrevivido en los primeros niveles de la política, a pesar de cuestionamientos serios a su reputación como la famosa “caída del sistema” en las elecciones de 1988 y las versiones que lo relacionan con el homicidio del agente de la DEA, Enrique Camarena en 1985, por lo cual, desde entonces, Bartlett no ha visitado Estados Unidos, por señalar dos casos.
Hoy, con todo y lo impresentable que pueda ser, resulta no sólo que Bartlett va a terminar la administración, sino que se hablan maravillas tanto de su gestión al frente de CFE como de la de Octavio Romero Oropeza en Pemex, sugiriéndose la continuidad de ambos por lo menos el primer año del siguiente gobierno, pretextándose que concluyan proyectos que están en marcha, como si hubiera riesgo de que alguien parara la refinería de Dos Bocas o los cambios legales, ¿o sí?
Por lo pronto, probablemente este jueves tampoco veremos humo blanco respecto a los titulares de las empresas productivas del Estado, quedando en el ambiente la duda en el ambiente de sí la futura presidente cederá y mantendrá a dos de los funcionarios que más incertidumbre generan al futuro económico del país.
Hacia una mejor gestión del agua con innovación
Uno de los grandes problemas que agobian a las sociedades contemporáneas es, sin lugar a duda, la falta de agua y su adecuada gestión frente a le creciente demanda de una población carente de los servicios básicos para mantener un nivel de vida satisfactorio.
Bajo la batuta del Ingeniero Mauricio Jessurun Solomou, el Colegio de Ingenieros Civiles de México invitó a José Lara Lona, presidente del Consejo Directivo de la Asociación Nacional de Entidades de Agua y Saneamiento de México (Aneas) a exponer los avances más recientes en ese sector bajo el título de “Innovación tecnológica en la gestión del agua potable”.
Durante su presentación, el ingeniero Lara destacó como punto de partida la necesidad de establecer una planeación estratégica que avance en paralelo con la operación de forma tal que se puedan satisfacer las necesidades cotidianas, pero con la vista puesta en el futuro, de otra manera el alcance será poco y no necesariamente en la dirección óptima.
En un segundo punto, enfatizó la implementación de una mejor comunicación entre los profesionales técnicos y los responsables de tomar decisiones como alcaldes y los propios trabajadores no sólo de la importancia del agua como tal, sino de la prestación del servicio y la convivencia que tienen los diversos usos del agua, alineando los esfuerzos en un mismo sentido, ahí la capacitación es fundamental, por lo que la Aneas estará capacitando a 15 mil personas a lo largo de este 2024.
Para tener un servicio adecuado de agua se necesitaría invertir el 0.5% del PIB anual, para el año pasado, una cantidad equivalente a 500 mil millones de pesos; sin embargo, el recurso etiquetado del gobierno federal apenas alcanzó los 54 mil millones de pesos. Pero el problema no es sólo de recursos, sino de encontrar una manera adecuada de administrarlos en donde se maximice una inversión en la que también podría participar la iniciativa privada.
Todo esto enfocado a que se facilite la implementación de tecnologías innovadoras que apoyen el desarrollo de nuevos ecosistemas que permitan el mejor aprovechamiento de un recurso del que el 75% se destina a la agricultura; el 15% al uso urbano; el 5% a la industria y el 5% a otros usos que incluyen el energético. En diferentes entidades de la República se están desarrollando tecnologías innovadoras de clase mundial para la regeneración del agua en donde se ha llevado a su máximo nivel que tiene que ver con el consumo humano, con los tratamientos “con un sistema terciario, completo de desalinización y tecnologías avanzadas y programas de gestión integrada de cuenta”.
El presidente de la Aneas señala que esos proyectos tienen una particularidad, las aguas que están en las plantas de tratamiento son aguas que dependen de los organismos operadores, si ya se extrajeron, ¿por qué no reutilizarlas?
Existen proyectos muy interesantes en León, Guadalajara, Irapuato, Querétaro, Monterrey todos desde perspectivas y tecnologías diferentes.
Aunque suene a lugar común, el calentamiento global nos alcanzó y con él se están modificando los ciclos hídricos, los largos periodos de sequías están contrastando con las lluvias intensas como las que hemos vivido en los últimos días, las sociedades no están preparadas para estos cambios bruscos e impredecibles, urge hallar soluciones.
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