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Carambola electoral

Por: El Consejero 10 mayo 2023
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Carambola electoral

La elección del Estado de México cobrará una relevancia pues, si Delfina gana, solamente confirmaría lo que todos sabemos, la apuesta de López Obrador es Claudia Sheinbaum.

El análisis de escenarios electorales en la sucesión presidencial parecería estar cooptado por una sola interrogante: Claudia o Marcelo, como si ninguna otra fuerza política tuviera incidencia en la decisión de la ciudadanía, pero eso es lo que, en el inmediatismo mediático, todos quieren que creamos.

La elección del Estado de México cobrará una relevancia pues, si Delfina gana, solamente confirmaría lo que todos sabemos, la apuesta de López Obrador es Claudia Sheinbaum. Y entonces Marcelo Ebrard estaría ante la disyuntiva de disciplinarse o revelarse como candidato de otro partido.

¿Qué partido (s) puede (n) abanderar al actual canciller? La Alianza PRI-PAN-PRD, Movimiento Ciudadano o el Partido Verde, solamente. Hagámonos esta siguiente pregunta: ¿Quién es el candidato de esos partidos?, hoy no existe. Por la Alianza podrían decidir el PAN ir con Santiago Creel y resignarse a no ganar en el caso de enfrentar solo a Morena, pero estando Marcelo como propuesta de MC, la decisión se dividiría en tres grandes partes, hipotéticamente. ¿Y eso a quién le beneficiaría?

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Los partidos pequeños cobrarían importancia, pues tanto el verde como el PT podrían aportar la diferencia suficiente para desempatar. Entonces, ¿cuál es la única fórmula que podría competir y vencer a la dupla Sheinbaum-Morena?

Ante la inminente caída de popularidad del presidente, producto de las acusaciones que pesan sobre sus hijos, es previsible que acompañe al candidato morenista, situación que bien podría aprovechar Ebrard, en caso de correr por otro instituto político, pues sería el traicionero traicionado, ante la falta de reglas claras y de transparencia en la elección del candidato presidencial de Morena lo que lo terminará por expulsar o emanciparse de su compromiso con López Obrador.

Un escenario mucho más parejo, en el que los decepcionados, los nuevos votantes y la clase media y más comprometida políticamente decidan quién nos gobernará a partir del 2024.

AMLO y sus lecciones de civismo

Hubo una vez un país en el que el presidencialismo era el sistema de gobierno con dos satélites girando a su alrededor: el poder Legislativo y el poder Judicial. Un país en el que la única voz cantante era la del mandatario en turno, su palabra era la ley, más allá de lo que dictaran las normas escritas, más allá de la propia Constitución. Eran los tiempos de Luis Echeverría Álvarez y de José López Portillo.

Entonces un joven Andrés Manuel López Obrador se formaba en las filas del PRI, al que se había afiliado, e iba construyendo ese modo de pensar que iba a marcar su vida política hasta nuestros días.

La conferencia matutina de este martes fue una clara muestra de que hoy nos gobierna un presidente anclado en el pasado. Su violenta reacción luego de que la Suprema Corte de Justicia de la Nación se negará a validar una de las muchas imposiciones a las que se vio sujeto su partido en el Congreso, cuyos legisladores demostraron no estar a la altura del cargo para el cual fueron electos, así lo demostró.

Antes de enviar sus iniciativas a ambas cámaras, alguien debió explicarle al presidente que en nuestro país los tres poderes de la Unión tienen funciones específicas y que si bien el Ejecutivo, al igual que el Congreso de la Unión, tiene la facultad de proponer distintas iniciativas que pueden o no ser aprobadas, éstas están sujetas a la normatividad vigente que marcan las leyes y en particular la Constitución de los Estados Unidos Mexicanos. Y sí, aunque se enoje el presidente, entre las atribuciones de la SCJN, cómo máximo tribunal del país, se encuentra corregirle la plana a él y al Congreso cuando por ignorancia o mala fe violen los preceptos constitucionales; su función es indispensable “para la preservación del equilibrio entre los Poderes de la Unión y órganos del Estado mexicano, así como la vigencia del Estado de derecho y la observancia de los derechos humanos”.

El hecho de que los legisladores del partido oficial y aún el presidente hubieran sido electos por el voto popular, no los calificaba para pasar por encima de los derechos del resto de los ciudadanos también representados en el Congreso en una serie de sesiones que pasarán a la historia por su desaseo. No está de más recordar que, durante la elección del 2018, López Obrador obtuvo 30 millones de votos que le permitieron alzarse con el triunfo, pero este número no es ni siquiera la cuarta parte de la población del país, la “popularidad” del mandatario no necesariamente se mide en votos, por más que intente ser parte de la narrativa oficial.

En la Constitución se plasma el poder del pueblo, pero no el de una legislatura que llegará a su fin el próximo año, se cristalizan las esperanzas de muchas generaciones de mexicanos que vivieron una dictadura tácita de 70 años y que lucharon para forjar un México que le permitió al propio presidente acceder al cargo que hoy ocupa, por más que desacredite a las instituciones, en particular las electorales.

Contrario a las recomendaciones para elegir un gobierno en equilibro en donde el voto diferenciado permite un equilibrio de poderes, López Obrador, haciendo propaganda electoral, llamó a votar por una sola fuerza, la suya. Colérico pide la cabeza de los ministros; que sea el pueblo el que los elija, ese pueblo que el piensa es fácil de manipular como lo hizo en su momento el PRI, abriendo las arcas, lucrando con la necesidad de los más necesitados.

Evoluciona el arrendamiento de vehículos

En los últimos 20 años, el arrendamiento de vehículos ha ido evolucionando hasta contar actualmente con nuevas alternativas de movilidad, una amplia variedad de opciones flexibles y adaptables a las necesidades del mercado, tanto en la iniciativa privada como en el sector público, así como para personas físicas, todos ellos coincidiendo con la visión del vehículo no como una propiedad sino como un servicio de movilidad.

En días recientes, la Asociación Mexicana de Arrendadoras de Vehículos (AMAVe), la cual preside Alberto Gómez Delgado y agrupa a 25 empresas, presentó un estudio sobre esta evolución titulado “Innovación en el arrendamiento vehicular”, realizado con la participación de LUMO Financiera del Centro, TIP México, AVASA, Turbofin y Bit Car.

Una de las conclusiones que arrojó la investigación es que la pandemia de covid-19 impulsó la innovación en el arrendamiento vehicular, al disminuir la producción y las ventas de vehículos nuevos en más de 20%. Junto con ello, aumentó la demanda de vehículos utilitarios y de carga en 2020, incrementándose el arrendamiento del 2019 a 2020 un 9.1%.

Este aumento del arrendamiento vehicular aceleró también avances tecnológicos, como procesos 100% remotos, como el monitoreo de las unidades en cuanto a su ubicación y mantenimiento; mejoras en vehículos utilitarios y de carga eléctricos; aspectos logísticos relacionados con la disponibilidad de unidades de manera inmediata; así como de tipo administrativo, como la cobertura y respuesta de los seguros y la gestoría de trámites.

Para las arrendadoras existen varios temas pendientes de resolver, como contar con incentivos fiscales para homologar los esquemas de deducibilidad, o mediante regulaciones que ofrezcan mejores condiciones a los participantes del mercado.

Asimismo, en el marco jurídico, aunque parezca increíble, no se cuenta con una vía expedita para que el arrendador pueda recuperar el bien arrendado cuando existe incumplimiento en el pago de las rentas, y es necesario tipificar el robo de vehículos arrendados no entregados el cual hasta ahora sólo ha podido encuadrarse en el delito de abuso de confianza.

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