Disminuye la inflación, ¿para cuándo bajan las tasas?

Se prevé una desaceleración de la economía global de 2.9% para este 2024, por debajo del promedio histórico de 3.8% de los últimos 20 años, de acuerdo a Gustavo Méndez y Daniel Zaga, FSI Líder y Chief Economist Latam de Deloitte, respectivamente. Lo anterior lo dieron a conocer en su conferencia sobre “Contexto económico y financiero en América Latina” en el Summit Cibergestión 2024, que reunió la semana pasada en la Ciudad de México a varios actores del mercado hipotecario de Iberoamérica. 

Contrario a los pronósticos de una fuerte desaceleración, Estados Unidos tuvo un crecimiento mayor al esperado y en las principales economías bajó la inflación fuertemente. La pregunta ahora es, ¿cuándo comenzarán los bancos centrales a bajar las tasas? La Fed estima que esto podría tomar todavía unos meses, lo cual alinea las expectativas de los mercados, aunque crece el temor de que demore el primer recorte.

La inflación disminuye en la región, tan es así, que tres cuartas partes de los países de Latinoamérica tienen una inflación promedio de 3.5 por ciento, y se espera que las tasas se mantengan ligeramente altas, pero continúen disminuyendo. Por lo pronto, los bancos centrales de México, Perú, Chile y Colombia han reducido las tasas de interés. Con sus diferencias, pero el riesgo soberano continúa disminuyendo en todos países de la región y por debajo de los 400 puntos en México, Colombia, Perú y Chile, a pesar de los temas políticos.

En el caso de México, los expertos de Deloitte prevén un crecimiento de la economía muy bueno para estos años, a pesar de la caída en la inversión extranjera, el déficit fiscal -comprensible por el año electoral-, y que el nearshoring no ha sido lo que se esperaba, con muchos anuncios de inversión, pero que no se concretan tantos.

López Obrador y su gira del “adiós”

Como si se tratara de un rockstar, Andrés Manuel López Obrador se despide y por qué no, lo hará en grande, justo al día siguiente de las elecciones generales del 2 de junio, confiado en que quien habrá de sucederlo será su designada Claudia Sheinbaum, a quien al parecer estaría cediéndole las riendas del país, porque si él va a estar recorriendo los 32 estados de la República, será ella quien seguramente tendría que empezar a encargarse de los difíciles asuntos de gobierno.

La gira del adiós es un evento de cierre digno de López Obrador, quien a lo largo de su administración vivió preocupado por ensalzar su figura, de ahí sus cotidianas conferencias, el constante autoelogio y la permanente presentación de encuestas que demuestran que la gente “si” lo quiere, como si gobernar se tratara de un concurso de popularidad.

La diferencia con esos grupos musicales que anuncian su retiro, sin embargo no es poca, el presidente tiene muy pocos éxitos que celebrar más allá de esos programas clientelares que tan costosos han resultado al erario y que le han hecho creer a la gente que, como dijo Claudia Sheinbaum “No es cierto, es falso, de que si no se trabaja entonces no se puede tener un buen nivel de vida”. Sin eso no tendríamos más que puros proyectos fallidos, la cancelación del aeropuerto de Texcoco, que seguiremos pagando los mexicanos aun décadas después de que se haya ido a su rancho, por un pobre sustituto en el que unos cuantos viajantes deambulan como almas en pena; la refinería de Dos Bocas que sigue sin refinar; los costos no soóo en materia financiera que arrastra el Tren Maya sino los irreparables daños ambientales que deja como herencia a las futuras generaciones.

Pero su legado no solo abarca la infraestructura. Nos hereda un sistema de salud severamente deteriorado; altos niveles de corrupción como no se habían visto antes, sino ahí está Segalmex sin responsables pero con el agravante de la negación constante; la inseguridad que claramente no es un asunto de percepción como nos quieren hacer creer y si alguien lo duda ahí están los números y un modelo educativo que lejos de tener como meta el conocimiento se centra en el adoctrinamiento por mencionar solo unos cuantos.

En materia de política exterior aplicó la doctrina Estrada de forma utilitaria, lo vivimos en la primera confrontación del presidente con el gobierno de España, con Bolivia, con Perú y más recientemente con Ecuador y en cada ocasión el presidente, no tan “respetuosamente” como dijo, se pronunció en sus asuntos internos, sin embargo guardo silencio y llamó al dialogo cuando Rusia invadió Ucrania.

Es verdad que Andrés Manuel López Obrador es un personaje que habrá de tener un lugar en la historia, el enfoque dependerá de quién la escriba. Si los mexicanos nos pronunciamos por la continuidad de la Cuarta Transformación habrá de trascender como el gran héroe que rescató al país del neoliberalismo o neoporfirismo, pero si no, habrá de recordarnos una época oscura de retraso y división.