Ninguno de los presidentes que le precedieron se atrevió a llegar tan lejos. El estigma de los trágicos acontecimientos de 1968 dejó una herida tan profunda en nuestro país que tardó décadas en cicatrizar y aún así no ha dejado de sangrar.
Así, sin darnos cuenta dejamos que las fuerzas armadas se convirtieran en el eje rector de nuestro país: ejército en las calles, ejército en el diseño y construcción de infraestructura, ejército en la administración pública, ejército en las aduanas y ahora, por si fuera poco, también en la Guardia Nacional, el órgano de seguridad civil por excelencia, también pasará a manos de esa institución a la que no podemos dejar de reconocer su labor, pero a la que tampoco se le puede entregar el control operativo de la nación más allá de los poderes que la Constitución le otorga.
Al presidente que gusta de salirse con la suya, aunque para ello deba recurrir a numerosas triquiñuelas que en otros califica como “chicanadas”. Envió ya su propuesta al Legislativo, ni siquiera esperó a que diputados y senadores iniciaran sus trabajos, lo cual técnicamente descalificaría a su iniciativa para ser considerada como “preferente”; poco importó la opinión de los representantes populares quienes aglutinados en la oposición se pronunciaron hace meses en contra de lo que cada vez se parece más a una militarización del país.
Quien como opositor fuera uno de los principales críticos de que las fuerzas armadas se involucraran en la lucha contra la delincuencia organizada hoy sale y grita: “el ejército ya no es el de la oscura noche de Tlatelolco ni el de la guerra sucia”, y habrá que creerlo porque él lo dice, porque considera que hoy en el país no existe otra palabra que la suya.
No se explica la determinación del mandatario quien plantea rearmar a la Guardia Civil, cuando la estrategia es ir distribuyendo abrazos mientras los “malos” tiran balazos. No parece que el problema de la seguridad se vaya a resolver dándole la vuelta al artículo 21 de la Constitución como gusta de hacer el presidente.
A falta de los votos necesarios el presidente tendrá que conformarse con una reforma legal, no constitucional, por lo que los diputados de Morena ya tienen la instrucción de sacar en fast track la modificación de cuatro leyes secundarias que permitan completar la faena.
Preocupan muchas cosas en este régimen. Tendríamos que estar alerta a estos movimientos propios de los gobiernos totalitarios, en donde los jefes de Estado buscan siempre granjearse las voluntades de los militares y hacer de ellos sus mejores aliados, justamente porque se ven en el poder por muchos años. Los riesgos saltan a la vista, técnicamente hoy el ejército podría hacerse del control del país, y muy poco, o nada, podríamos hacer para evitarlo, la mesa está puesta.
Buen Fin, del 18 al 21 de noviembre
Luego de que por la pandemia se amplió el periodo a doce días en 2020 y siete en 2021, el Buen Fin regresa al calendario de cuatro días, a realizarse del 18 al 21 de noviembre próximos, anunciaron de manera conjunta la Secretaría de Economía, a cargo de Tatiana Clouthier, y la Confederación de Cámaras Nacionales de Comercio, Servicios y Turismo (Concanaco-Servytur), que preside Héctor Tejada Shaar.
En su décimo segunda edición nuevamente la Concanaco Servytur implementará capacitaciones y talleres enfocadas a las Mipymes en las 257 cámaras confederadas al organismo en toda la república, para impulsar una mayor participación y beneficios de las micro, pequeñas y medianas empresas.