El fantasmagórico regreso de Carlos Ahumada

Si un fantasma existe en el pasado de Andrés Manuel López Obrador, este se llama Carlos Ahumada. Como olvidar las imágenes dadas a conocer aquel 3 de marzo de 2004 en las que René Bejarano, quien había sido su coordinador de campaña y muy cercano colaborador, fue captado recibiendo fajos de billetes en dólares, mismos que ataba con ligas. El responsable de haber grabado el flagrante acto de corrupción fue el empresario argentino, quien hizo llegar el video al diputado del PAN, Federico Döring, quien detonó el escándalo en el programa “El Mañanero” de Víctor Trujillo.

El dinero, diría Bejarano más tarde, sería utilizado para apoyar campañas políticas del Partido de la Revolución Democrática (PRD) en el que militaba. No habían pasado 48 horas cuando el delegado de Tlalpan y entonces esposo de Claudia Sheinbaum (sí, nuestra presidenta electa) salió a dar la cara para confesar que también el había recibido dinero de Ahumada para su campaña y para las brigadas “cazamapaches” e involucró a Rosario Robles, quien era pareja del empresario. Para colmo, días antes, las cámaras de un casino en Las Vegas, Nevada, captaron a Gustavo Ponce, secretario de Finanzas del gobierno encabezado por López Obrador, apostando fuertes cantidades de dinero.  A partir de ese momento AMLO empezó a difundir la hipótesis del complot que buscaba descarrilar sus aspiraciones a la presidencia en 2006, lo que no se logró pero que ciertamente abonó a su desafuero.

Más tarde se comprobó que durante la gestión de Rosario Robles al frente del gobierno del Distrito Federal, Ahumada se encargó de financiar diversas campañas políticas de candidatos perredistas quienes eran grabados. Como nada es gratis en esta vida, Ahumada se beneficiaba más temprano que tarde de los diversos contratos otorgados por parte de sus distintos patrocinados. No es difícil entender porque años después, en cuanto se le presentó la oportunidad, López Obrador le pasó la factura a Rosario Robles.

Más allá de lo ocurrido hace 20 años, Ahumada regresa para enterrar su pasado. En una estrategia bien planeada en junio, propició su captura en Panamá, para que en respuesta a la solicitud de extradición interpuesta por México fuera enviado a nuestro país, sólo que para sorpresa de todos, ni las autoridades federales ni las de la Ciudad de México lo reclamaron, abriendo un largo compás de espera en el que fue enviado de vuelta a Argentina.

Finalmente se concretó una extradición que para fines prácticos tendrá pocos efectos y debería saldarse con la liberación del empresario toda vez que los delitos por los que había sido imputado durante la época de su persecución (defraudación por más de un millón y medio de pesos a las delegaciones Gustavo A. Madero y Tlalpan), ya prescribieron, además de contar con un amparo que impide su encarcelamiento, por lo que goza de libertad en tanto no se presente ante el juez que sigue su causa.

El epilogo de una historia que el presidente quisiera echar en el olvido. En su conferencia matutina de este martes ni siquiera quiso mencionar el tema.

Vivienda como estrategia electoral

En la futura administración de Claudia Sheinbaum una de las propuestas que es vista como un reto es la de construir un millón de viviendas. En entrevista con La Jornada publicada este martes, Edna Vega, futura secretaria de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano (Sedatu), precisó que la cifra no es la totalidad de casas que se construirán, sino aquellas que estarán orientadas a atender demandas relacionadas con el impacto de crecimiento urbano en torno a los proyectos estratégicos y polos de desarrollo; de asentamientos humanos derivadas del nearshoring y atender a la población que no es derechohabiente.

La aclaración es importante, porque durante los sexenios de Vicente Fox y particularmente de Felipe Calderón, hubo un boom en la construcción de desarrollos de vivienda de interés social y se presumió de récord de créditos otorgados por Infonavit y Fovissste. Desafortunadamente, muchos de estos desarrollos inmobiliarios quedaron parcial o totalmente abandonados debido a la distancia de centros de trabajo y carencias de servicios básicos o que fueran cercanos, pues las vivienderas definían dónde construían y había una presión para los derechohabientes de ocupar su crédito o lo perdían.

El planteamiento ahora es que Infonavit y Fovissste no sólo inviertan en construir para los derechohabientes, sino también definan dónde se construirá vivienda de interés social por parte de las desarrolladoras. Es por ello que el reto no es sólo la cifra mágica de un millón de viviendas, sino de que realmente sean accesibles y habitables, no sólo la construcción en sí, sino por el entorno de servicios y ubicación. Hasta aquí todo bien.

Ligado a esto, viene otra propuesta que al parecer tiene jiribilla: brindar vivienda accesible para los jóvenes, con rentas asequibles y con opción a compra. Como ejemplo, en la Ciudad de México, el gobierno capitalino acaba de echar a andar un programa piloto de vivienda en renta para jóvenes, mediante el cual podrán alquilar una vivienda con una renta de entre 2 mil 500 y 5 mil pesos mensuales, cerca de transporte público, y que cumplan con ciertos requisitos de edad, ingresos, entre otros. La jiribilla está en que las primeras casas del programa serán construidas en la colonia Doctores, colonia popular que se ha ido gentrificando y ubicada en la alcaldía Cuauhtémoc, demarcación que Morena ha perdido en dos elecciones consecutivas.

Es decir, de seguir el modelo de Ciudad de México, el gobierno federal podría disponer la construcción y el acceso de vivienda no sólo bajo consideraciones de desarrollo urbano, cercanía de centros laborales, sino también por estrategia electoral. Todo ello pone a las vivienderas e inmobiliarias en un escenario complicado, pues la vivienda de interés social llegará a zonas céntricas y altamente cotizadas, además de que a alcaldes y presidentes municipales les afecta en un negocio para ellos, como el de la construcción en sus territorios.  

Habrá que seguir de cerca dónde dispondrán Infonavit y Fovissste, con la asesoría de Sedatu, la construcción de vivienda en la república mexicana.

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