Guardia Nacional: nunca dejó de ser militar
La confirmación de Claudia Sheinbaum respecto a que la Guardia Nacional pasará a depender de la Secretaría de Defensa Nacional a partir del 1 de […]
La confirmación de Claudia Sheinbaum respecto a que la Guardia Nacional pasará a depender de la Secretaría de Defensa Nacional a partir del 1 de octubre no es sorpresa, sabiendo que es parte de las reformas incluidas en el llamado Plan C, y probablemente se trate de la reforma que más rápido se va a aprobar, cumpliéndose en la ley lo que ha sucedido de facto: la Guardia Nacional ha sido, es y no ha dejado de estar, bajo control militar.
En 2019 fue creada la Guardia Nacional con un mando civil quien, para el caso, fue un militar en situación de retiro, el General Luis Rodríguez Bucio. Gradual y rápidamente, los mandos civiles que había de la extinta Policía Federal fueron desplazados por mandos provenientes del Ejército y de la Marina, así como se implementaron varios planes de retiro voluntario y, para efectos de cubrir la tropa, arribó personal adscrito al servicio de policía militar. Posteriormente se retiraron los marinos, quedando la Sedena totalmente a cargo de la GN.
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El año pasado, la Suprema Corte de Justicia de la Nación resolvió que era inconstitucional el traspaso de la Guardia Nacional a la Sedena, y ordenó que regresara a mando civil a partir de 2024. Es así como el presidente López Obrador decide incluir la propuesta entre los 20 proyectos de reforma que presentó el 5 de febrero. En vía de mientras, la Guardia Nacional ha seguido operando igual, con un General retirado al frente, ahora el divisionario David Córdova Campos, y mandos castrenses. Una simulación que no tiene sentido que continúe.
Ante la operación de las organizaciones criminales y la situación crítica de inseguridad que se vive en varias regiones del país, la búsqueda de soluciones debe estar en la profesionalización y fortalecimiento de las policías estatales, ministeriales y municipales; no en debates sobre si la Guardia Nacional debería tener mando civil cuando, se esté de acuerdo o no, se trata del único proyecto con que se cuenta en el ámbito federal en seguridad pública y al que se le puede dar continuidad, que es lo que ha fallado en cada sexenio que el mandatario en turno ha creado su policía y su institución de seguridad pública a modo. Y, además, guste o no, es lo que se va a aprobar por mayoría, y probablemente también con votos provenientes partidos de oposición.
Buenas cuentas en el turismo de crucero
Lentamente, tras los difíciles años de la pandemia de covid-19, el sector turístico se va reactivando en todos los renglones, lo que le da un fuerte impulso a la economía nacional, pero que también impacta en el ámbito de lo local.
La buena noticia es que nuestro país recibió durante el primer cuatrimestre del año cerca de 4 millones de turistas de cruceros o barcos de pasajeros, esto es una llegada de mil 200 naves según informa la Secretaría de Turismo (Sectur) en un reporte.
Con información sustentada en datos de la Secretaría de Marina (Semar) y el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), Miguel Torruco, responsable del ramo, destacó la derrama de 325.8 millones de dólares, 6.2% más con relación a lo recabado durante el mismo periodo, pero del año anterior.
Si bien el turismo de crucero es visto como un turismo depredador dado que es mucho lo que se invierte en las instalaciones y servicios para que los viajantes estén cómodos y, a cambio, es muy poco lo que gastan en los puertos dado que arriban con pasajes, alimentos y hospedaje contratados, en esta ocasión Sectur reporta un gasto promedio, por visitante, de 83.9 dólares que no es tan limitado y sí ayuda a estimular el empleo en comunidades que viven justamente de los excursionistas.
Los destinos que encabezan la lista de preferencias son: Cozumel, Quintana Roo, con 520 llegadas y 1.81 millones de pasajeros con un incremento de 14.2% en personas y 5.5% más embarcaciones; Mahahual, también Quintana Roo, recibió 207 embarcaciones y 844 mil 87 turistas, 35.6% más excursionistas que el año pasado. Le siguen Ensenada, Baja California, con la llegada de 93 cruceros y 281 mil viajantes; Cabo San Lucas, en Baja California Sur, con 83 navíos y 257 mil 069 turistas; y Puerto Vallarta con la llegada de 78 cruceros y 238 mil 471 pasajeros.
México cuenta con un gran potencial en el sector, ya que viajeros que acostumbran hospedarse en hoteles All Inclusive en nuestro país, mayoritariamente familias, empiezan a abrirse a esta nueva experiencia que les permite cambiar de destino todos los días. Los cruceros son cada vez más espectaculares y ofrecen un amplio menú de actividades y espacios para cualquier grupo de edad.
De mantener este ritmo al finalizar el año México habría recibido hacia finales de año más de 10 millones de turistas que arriban por la vía marítima.