La autocondena de los anuncios en jueves

Los anuncios de jueves de integrantes de gabinete de la virtual presidenta Claudia Sheinbaum han venido de más a menos. El de este 25 de julio fue sólo para decir lo que todo mundo esperaba, luego del espaldarazo del presidente López Obrador: la ratificación de Zoé Robledo al frente del Instituto Mexicano del Seguro Social, para dar continuidad al IMSS-Bienestar, proyecto con el que el director del IMSS le enmendó la plana al presidente luego del fracaso del INSABI.

Para anunciar lo previsible en un solo cargo, en una conferencia de prensa en la que ni siquiera Zoé estuvo presente, hubiera bastado un posteo en redes sociales, o posponer la noticia para otro día, porque tampoco hay nada que obligue a la presidenta casi oficialmente electa a anunciar integrantes del gabinete legal y ampliado cada jueves. Puede posponerlo para el siguiente u otro día y no pasaba nada.

Lo que Sheinbaum comunicó este jueves es precisamente que no tiene nada qué comunicar y que algo está complicando las definiciones en dos cargos estratégicos: las direcciones generales de Pemex y CFE. Se trata de dos designaciones que mantienen incertidumbre y en las que se verá si realmente la futura presidenta tendrá todos los hilos del poder a su cargo, o AMLO se aferrará a que no se cambie ni un ápice del rumbo de las empresas productivas del Estado.

La ratificación de Zoé Robledo luego del respaldo presidencial, y las recientes presencias en las mañaneras de Octavio Romero Oropeza del viernes pasado y de Manuel Bartlett el jueves de esta semana, son señales de que el presidente está contento y orgulloso de los resultados de los directores de ambas empresas, por lo que, forma siempre muy respetuosa, para hace valer su apoyo a las ratificaciones de sus consentidos.

De ahí que cobren sentido las versiones que ven con escepticismo la posibilidad de que el ingeniero agrónomo busque ser ratificado por Sheinbaum, muy a pesar de ella, y no se diga de Rogelio Ramírez de la O, quien ve a Romero Oropeza como obstáculo para el saneamiento de la petrolera.

Así es que, si llega el siguiente jueves y el anuncio es Issste, Infonavit o Conagua, y siguen pendientes Pemex y CFE, la señal será la misma de hoy: todavía no hay acuerdo entre el que se va y la que llega sobre esos dos nombramientos.

AMLO y la gira del adiós

Ante el inminente final de su sexenio, el presidente Andrés Manuel López Obrador ha iniciado una estrategia de limpieza de imagen personal y familiar, o al menos eso quiere creer.

Hace apenas unos días dos de sus hijos, Andrés y Gonzalo, publicaron una carta en La Jornada, el periódico oficialista (¿quién lo iba a decir?), en la que se absuelven de cualquier tipo de responsabilidad en los casos de corrupción de los que han sido acusados. Curiosamente, el hijo mayor, que vive como rico por ser esposo de una millonaria, como lo ha dicho y disculpado su padre, ni siquiera suscribió la carta, haciéndonos recordar aquel dicho de que “el que calla otorga”.

En ese mismo sentido, este jueves, al final de su conferencia matutina, concedió una entrevista al otro medio amigo, la revista Contralínea del cuestionado periodista Miguel Badillo, que en este sexenio tuvo su primera bonanza. En dicho ejercicio “periodístico” el presidente se auto-entrevistó y habló de lo que según él le ayuda, hablar mal de los demás.

La estrategia es orquestada por el vocero presidencial, que nunca ha fungido como tal, Jesús Ramírez, quien tiene la encomienda de dejar el camino terso para la salida del mandatario y quien, por cierto, no ha cultivado las relaciones con ningún otro medio y más allá, ha roto relaciones con muchos de los más hegemónicos.

¿Por qué le importa al presidente o a su vocero dejar un testimonio que no tiene absolutamente nada de noticioso, ni novedoso? 

AMLO se encuentra en una etapa muy incómoda, pues va perdiendo poder día a día, pese a sus intentos de imponer su control a Claudia Sheinbaum. Los nombramientos y los que no han sucedido lo demuestran, pues pensaba que tendría mano en las decisiones.

En adelante, vivirá alejado de su mujer, sus propios hijos lo desobedecen y piensa más en el retiro como una maldición que como un premio. Sabe bien que el final no ha llegado aún, pues está preocupado por el porvenir de su familia o, mejor dicho, por su seguridad.

París 2024: nuevamente la política en unos juegos olímpicos

En cuestión de unas cuantas horas dará inicio la gesta deportiva más esperada a nivel global, claramente nos referimos a la XXXIII edición de los juegos olímpicos a celebrarse en París, Francia, que para no perder la costumbre estará marcada una vez más por la política y la polémica.

Nuevamente Rusia será la nota del día y no precisamente por el número potencial de medallas que habría de obtener sino por una repetida ausencia. Ya en los juegos olímpicos de 2021 (hay que recordar que se retrasaron por la pandemia de Covid-19) había sido vetada por el Comité Olímpico Internacional (COI) señalada por dopaje. En esta ocasión la invasión a Ucrania fue la justificación para dejar fuera de la competencia a esta potencia deportiva quien se va de la mano de su aliada, Bielorrusia, que se ha pronunciado abiertamente en defensa de la ocupación.

La buena noticia para los deportistas de ambos países es que podrán competir, eso sí, en disciplinas individuales y, siempre y cuando, no se hayan manifestado a favor de la invasión. En caso de ganar no podrán ver ondear su bandera ni escuchar su himno nacional.

Bajo este esquema resulta inexplicable que no exista una sanción para Israel, el cual mantiene ocupada la Franja de Gaza desde hace ya tres cuartas partes de un año en represalia por el ataque a su territorio de una fuerza extremista, Hamas, lo que ya ha costado la muerte de 35 mil árabes sumados a los mil 200 israelíes y 250 secuestrados por los terroristas. La explicación ofrecida por Oliver Beckers, presidente de la Comisión de Coordinación de los Juegos, vuelve a dejar al descubierto la veleidad del COI, que argumenta que los comités olímpicos de Israel y Palestina coexisten de manera pacífica y por lo mismo pueden seguir adelante.

Guatemala la va a librar pero por muy poco. El país centroamericano se encontraba prácticamente fuera de la justa luego de que su corte de justicia se entrometiera en los asuntos olímpicos, algo que no tolera el organismo. De último minuto, el COI levantó provisionalmente la sanción en espera de un nuevo reporte que deberá ser entregado en diciembre. Así los 16 atletas guatemaltecos que lograron calificar en las distintas disciplinas podrán, en el hipotético caso de ganar una medalla, ver elevarse su bandera.

México viaja con una delegación de 109 deportistas que participarán en 29 disciplinas. Está compuesta mayoritariamente por mujeres, hablamos de 63 a las que escoltaran 46 hombres. El reto, contra lo obtenido en Tokio no se ve inalcanzable, apenas cuatro medallas de bronce. Les deseamos suerte y vaya que la van a necesitar frente a rivales más competitivos.

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