La empatía de la 4T
Un espectador externo ha de estar sorprendido por la nula empatía que tiene el actual gobierno ante la tragedia donde murieron 39 extranjeros en el centro de detención del Instituto Nacional de Migración (INM) en Ciudad Juárez
Un espectador externo ha de estar sorprendido por la nula empatía que tiene el actual gobierno ante la tragedia donde murieron 39 extranjeros en el centro de detención del Instituto Nacional de Migración (INM) en Ciudad Juárez. Empezando por el primer mandatario. A los mexicanos ya no nos extraña. Si no la tienen por quienes mueren en el Metro, los niños con cáncer o las víctimas de la inseguridad; si un día sí y otro también, el presidente denosta a los mexicanos que no piensan como él; por qué habrían de tenerla por migrantes ilegales.
La mañana del martes, al tiempo que lamentaba la noticia, López Obrador no perdió tiempo en señalar que el incendio fue iniciado por los migrantes, quienes “no imaginaron que esto iba a causar esta terrible desgracia”, atribuyéndoles implícitamente la responsabilidad. El miércoles no fue mejor: bateó el tema a una conferencia de prensa con la secretaria de Seguridad para la tarde, y dijo que a la prensa le interesa por el amarillismo.
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Pero quien nos dejó atónitos, fue Adán Augusto López. En un deslinde que hubiera sido comprensible si le preguntaran al titular de Semarnat, y no al de Gobernación, en entrevista con López Dóriga, el secretario se deslindó de la responsabilidad legal de la dependencia a su cargo sobre el INM, porque resulta que hay un “acuerdo administrativo al interior del gobierno” en el que se entregó la conducción del tema a la Secretaría de Relaciones Exteriores. Al preguntarle sobre el video que circulaba donde se veía cómo nadie ayudaba a los migrantes, su respuesta fue culpar al gobierno de Chihuahua de filtrar el video. Así es, tal cual su paisano.
Lo anterior, además muestra la calidad humana de Adán y que se le olvida que tanto él como Ebrard forman parte del mismo gobierno, por lo que la bolita queda en la misma cancha. No sólo eso, el titular de Segob tiene una interpretación errónea de la Coordinación Intersecretarial, pues ello no le otorga mando a la cancillería sobre el INM. Eso sí, faltaba más, muy orondo, le dijo a Joaquín: “Yo voy a ser presidente”.
Marcelo Ebrard no se enganchó, se limitó a decir que el INM deberá informar y que los responsables de los hechos habían sido presentados ante la FGR. Probablemente viendo las declaraciones de sus superiores, Francisco Garduño, titular del INM, prefirió guardar silencio y esperar a dónde llegue el fuego.
No es la primera y desafortunadamente no será la última tragedia de migrantes en la frontera México-Estados Unidos. Recordar los 72 migrantes ejecutados en el municipio de San Fernando, Tamaulipas, en agosto de 2010; los 49 cuerpos desmembrados y decapitados encontrados en una carretera de Cadereyta, Nuevo León en mayo de 2012. Más recientemente, los 55 muertos dentro de un tráiler cerca de Tuxtla Gutiérrez a fines de 2021 y los 51 asfixiados también dentro de un tráiler abandonado en Texas en junio del año pasado.
La diferencia es que ahora, las autoridades que suelen presumir en sus comunicados que “rescataron” a migrantes ilegales, eran los responsables de su seguridad en la Delegación del INM en Ciudad Juárez.
Amnistía Internacional y la leyenda del “vamos bien”
Como ya es costumbre, Amnistía Internacional (AI) dio a conocer su reporte anual 2022/23, en el que, como ya se había adelantado, el gobierno de Andrés Manuel López Obrador obtiene algunas de las notas más bajas en la región.
Poco proclive a la crítica, la actual administración ha preferido regodearse en el autoelogio, ignorando una realidad que desde hace lustros nos golpea a todos los mexicanos pero que se ha agudizado en los últimos años. Así la inseguridad, la sistemática violencia contra las mujeres, los infundios contra los trabajadores de los medios de comunicación, así como muchas otras flagrantes violaciones a los derechos humanos, han sentado sus reales en nuestra patria.
A la distancia, Amnistía Internacional las ve y apunta, metiendo el dedo en una llaga que no deja de sangrar simple y sencillamente porque no se le atiende. Es más fácil voltear al pasado, culpar a los predecesores y responsabilizar al otro por los errores propios. Es el propósito de AI vigilar el cumplimiento de las promesas de quienes detentan el poder, velar porque cumplan sus promesas y presionarlos para que rindan cuentas.
En cerca de cinco páginas, la organización desnuda todas las fragilidades en materia de derechos humanos derivadas de una mala administración gubernamental iniciando con una fuerte crítica a las fuerzas militares quienes no han cumplido con el compromiso de proteger el derecho a la vida y la seguridad de todas las personas.
Técnicamente, México es visto como un país en guerra cuando hablamos del trabajo de los comunicadores, el reporte da cuenta de que este año ha sido el más mortífero de la historia en este renglón. Al menos 13 personas fueron víctimas de homicidio en posible relación con su trabajo periodístico. También señala la utilización del software Pegasus para la vigilancia ilegítima de periodistas y activistas.
Nuestro país encabeza una tendencia regional en materia de violencia contra mujeres, niñas y personas LGBTTI, además de registrar varios cientos de feminicidios, 858 facilitados por la impunidad. Paralelamente se sigue estigmatizando a las personas feministas y defensoras de los derechos humanos quienes son reprimidas sólo por protestar frente a la inacción del gobierno en materia de violencia de género.
Pese a las declaraciones de la autoridad, los investigadores de Amnistía Internacional señalan que sigue habiendo detenciones arbitrarias de personas que muchas veces son sometidas a tortura y malos tratos, detenciones en las que no se descartan las desapariciones forzadas.
La cuestión de la migración merece también un apartado. El Instituto Nacional de Migración (INM) tiene la tercera cifra más alta por violaciones a los derechos humanos con mil 997. Se sigue criminalizando la migración, recluyendo a centenares de miles de personas y expulsando a un alto porcentaje de ellas incluidos niños, niñas y adolescentes no acompañados.
Haría bien el presidente en revisar el reporte, tal vez así se daría cuenta que a despecho de lo que él piense no, no vamos tan bien.