La farsa de los 15 mil mdp a Acapulco

Mientras el presidente López Obrador califica de buitres a sus adversarios por utilizar el desastre en Guerrero para atacarlo con fines electorales, él no pierde el tiempo en buscar el beneficio propio y propone que los 15 mil millones de pesos de los fideicomisos desaparecidos al Poder Judicial, sean destinados a los damnificados de Acapulco.

Bajo un razonamiento demagógico, el mandatario reitera que los fideicomisos eran un fondo para mantener privilegios, por lo que el dinero llegaría a Tesorería para aplicarse en beneficio de los afectados por el huracán Otis ¿Quién se puede oponer a un acto de bondad de ese nivel? Sólo los trabajadores del Poder Judicial federal que se buscan amparar contra la desaparición de los fideicomisos.

El presidente esperaba que del otro lado la ministra Norma Piña no daría acuse de recibo, sin embargo, la presidenta de la Suprema Corte le tomó la palabra, pidiendo se defina el canal institucional para aterrizar la propuesta, lo que implicará destinar los recursos exclusivamente en la ayuda a los damnificados en Guerrero por Otis, al tiempo que defiende los derechos de los trabajadores del Poder Judicial, derechos que son vistos como privilegios por un gobierno que ve normal recortar salarios, desaparecer prestaciones y pedir cooperaciones voluntariamente a fuerzas a empleados federales. 

Con el pretexto de la austeridad republicana y el combate a la corrupción, así como una opacidad y discrecionalidad defendidas por la fe en su honestidad, López Obrador ha dispuesto de recursos que van y vienen de dependencias con el pretexto del subejercicio, para ser utilizadas en sus obras emblemas y en sus programas clientelares, a los cuales, por cierto, no se suspendieron ni les recortaron nada durante la pandemia. Veremos si realmente pueden y quieren darle forma a cómo destinar los 15 mil mdp a los afectados en Guerrero por el huracán, sin destinarlo a lo que se les antoje.

México: medalla de bronce en crimen organizado transnacional

México en este momento se encuentra en un parteaguas. Con un crecimiento económico prometedor que en el tercer trimestre alcanzó la cifra de 0.9%; un Producto Interno Bruto (PIB) que subió 3.3% contra el mismo periodo del año anterior, a lo que habría que agregar un nearshoring que no acaba de concretarse, pareciera que las cosas van viento en popa, sin embargo, todo podría irse por la borda si las autoridades no se preocupan más por perseguir a las bandas criminales que a repartir abrazos.

Un reporte dado a conocer por la organización Iniciativa Global Contra el Crimen Organizado Transnacional es más que revelador. De acuerdo al índice elaborado por esta organización sin fines de lucro, independiente y con presencia en los cinco continentes, México ocupa el tercer lugar del mundo en su clasificación criminal sobre 193 países, sólo superado por Colombia y Myanmar.

En una escala medida sobre 10 nuestro país obtiene una calificación promedio de 8.13 en mercados criminales. Así tenemos 9 en tráfico de personas; 9 en extorsión; 8.5 en tráfico de armas; sacamos un 9 en tráfico de heroína y de drogas sintéticas, y así en 15 rubros en donde la calificación más baja la obtenemos en crímenes contra la flora y la fauna con 7.5 y 7.0 respectivamente.

Tristemente también hay formas de esclavitud, de acuerdo al reporte, como trabajo sexual forzado tanto en la frontera norte como en la sur, mientras que no es extraño que comunidades indígenas y afrodescendientes, sean explotados en labores agrícolas en los estados de Guerrero y Oaxaca.

Nuestro país, uno de los que goza con el mayor número de tratados de libre comercio en el mundo, también negocia en el bajo mundo en donde se pueden adquirir desde armas de cualquier tipo, hasta imitaciones de productos de marca o cualquier tipo de piratería que circula libremente en abierta simulación con las leyes.

De acuerdo al texto, una de los mayores amenazas en nuestro país es la extorsión a todos los niveles, destacando por supuesto el llamado derecho de piso que involucra a muchos municipios en los estados de Michoacán, Guanajuato, Zacatecas, Morelos, Nuevo León y México.

Por supuesto no podía faltar el mercado de las drogas en donde los carteles mexicanos ostentan el control de la heroína y la cocaína en la Unión Americana, aunque más recientemente se han enfocado en el fentanilo.

La venta de especies protegidas es otra de las vetas explotadas por grupos criminales quienes las trafican a Estados Unidos, Europa y Asia. Como muestra, el lunes pasado la policía bancaria encontró abandonados en la línea 7 del Metro una cría de caimán y 11 tortugas. Como para Halloween.