Mitad de trabajadores desconocen enfermedades laborales
Recientemente el Congreso de la Unión aprobó el nuevo listado de enfermedades laborales que, aunque parezca mentira, tenía un rezago de más de medio siglo, […]
Recientemente el Congreso de la Unión aprobó el nuevo listado de enfermedades laborales que, aunque parezca mentira, tenía un rezago de más de medio siglo, al grado que muchos de los males que hoy se incluyen apenas eran conocidos en ese momento.
El nuevo cuadro agrega 88 nuevas enfermedades laborales en consonancia con la Clasificación Internacional de Enfermedades CIE-11 emitida por la Organización Mundial de la Salud (OMS), colocando a nuestro país a la vanguardia en las condiciones de salud de sus trabajadores.
Entre las novedades más importantes resalta la incorporación del covid-19; así como algunas enfermedades psicosociales como la ansiedad, el estrés, la depresión y el insomnio que antes no estaban contempladas. Igualmente relevante es el agregado de enfermedades específicas de la mujer como la pérdida del embarazo o la endometriosis. Paralelamente se amplió el espectro de variedades del cáncer laboral que elevo su número de 4 a 30.
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De acuerdo a la Secretaría del Trabajo y Previsión Social (STPS), durante el proceso de actualización participaron 50 especialistas en un grupo que incorporó a médicos, peritos, así como asociados en agrupaciones médicas de salud en el trabajo, buscando en todo momento reflejar las necesidades en materia de salud laboral acordes a nuestro tiempo.
La información sin embargo no ha permeado como debiera, ya sea porque los patrones no lo han incluido entre sus temas de comunicación interna o porque los diferentes medios de difusión no le hemos dado la debida importancia.
En la última edición de su termómetro laboral, OCC, la plataforma especializada en empleo, reveló que 47% de los trabajadores nunca han recibido información sobre este tema por parte de sus contratantes; 25% señala que en algún momento fueron enterados pero ignoran que la tabla fue actualizada; el 16% si está consciente de los cambios y 13% se enteró de forma autónoma.
Respecto a los padecimientos más frecuentes, los entrevistados señalaron que 44% han sufrido mayormente depresión y ansiedad; 23% ha visto afectada su vista asociado a su actividad laboral; 21% señala haber sido atacado por estrés grave y 12% señaló el dolor lumbar crónico como su principal daño.
La publicación de esta lista es un llamado de atención para que las empresas establezcan políticas internas de prevención en salud laboral que les permita no solo mantener sus niveles de productividad, sino también un ambiente más digno entre sus colaboradores.
Magistrade con la ley en la mano
Como primer magistrade electoral, Ociel Baena Saucedo, fue la primera persona no binaria en llegar a un cargo del Poder Judicial en México y probablemente en el mundo. Lo fue en Aguascalientes, un estado más bien conservador, aunque su personalidad rompía esquemas y estereotipos sobre la comunidad LGBTTIQ+ en cualquier parte donde se presentara.
Maquillado, ataviado con saco, corbata, falda y zapatillas, y portando su imprescindible abanico arcorirs, desde antes de llegar al Tribunal Electoral de Aguascalientes, Baena fue un activista en favor de los derechos, la inclusión y la igualdad de su comunidad, desde un ámbito que debería ser fundamental para cualquier minoría y que es poco recurrido por su complejidad engorrosa como lo es el Derecho en nuestro país.
Así fue como Ociel Baena logró cambiar su acta de nacimiento y obtener el primer pasaporte no binario en México, asumiendo una identidad de género diferente al femenino y masculino. Pero no sólo habló desde la abstracción legal o de derechos electorales, que a veces suenan remotos, también para atender problemas concretos, como oportunidades de trabajo, no sólo para personas LGBTTIQ+, sino también de la tercera edad y discapacitadas.
Objeto de amenazas y ofensas, y en un país con un alto número de feminicidios y crímenes de odio contra la comunidad LGBTTIQ+ -ambos delitos con el común denominador del machismo-, lo primero que vino a la mente con la noticia de la muerte de Ociel Baena y su pareja es pensar que es uno más. A ello se suma el descrédito de nuestras instituciones de seguridad, procuración e impartición de justicia que cuando actúan como deben hacerlo, con rapidez y eficacia, sólo generan más escepticismo y, no puede faltar, quienes politizan el caso o, peor, los que denostan a los occisos.
Independientemente de las circunstancias de su muerte, lo fundamental es que se recuerde el legado de Ociel Baena, quien con la ley en la mano, abrió oportunidades para él y para su comunidad, desde su cargo de magistrade.