Sedena: ahora a reparar carreteras

Bastaron poco más de cinco años para que que las Fuerzas Armadas se fueran apoderando del control de las áreas estratégicas del país, particularmente en el sector de las comunicaciones. Ningún presidente en la historia del México contemporáneo le había dado tanto a los militares como lo ha hecho López Obrador. Primero se hicieron cargo de la construcción y administración del Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles (AIFA), lo mismo ocurrió más tarde con el aeropuerto de Tulum; luego vino el Tren Maya; se les asignó el control  de las aduanas; construyen hoteles, parques e incluso hasta un acueducto y, como cereza del pastel, administran una línea aérea. Difícil no hablar de militarización cuando a las Fuerzas Armadas se les ha dado todo y todo lo han resuelto en mayor o menor medida exceptuando el tema de la inseguridad que seguirá siendo uno de los grandes pendientes en los años por venir.

Ahora llegó su turno a las carreteras. Desde hace algunos días ya se había filtrado la información de que la Secretaría de Infraestructura, Comunicaciones y Transportes (SICT) había cancelado la licitación de 559 proyectos relacionados con el mantenimiento carretero, esto pese a que la Cámara de Diputados le había asignado un presupuesto de 11 mil millones de pesos para ejercerlos durante el presente año. También se empezaba a especular quién sería el responsable de realizar estas labores.

Finalmente la información llegó a través de los principales diarios de circulación nacional, quienes refieren un oficio girado al titular de la SICT, Jorge Nuño, en el que el coronel Francisco Javier Gutiérrez, subdirector de la Dirección General de Ingenieros, solicita información sobre el avance de los trabajos porque la SEDENA va a apoyar en las labores, y le comunica que la instrucción fue girada por el Ejecutivo federal. De llamar la atención que sea un subdirector quien notifique a un secretario de Estado y que no haya sido el propio presidente quien hablara directamente con uno de sus hombres de mayor confianza.

Lo cierto es que, a juzgar por las fechas citadas en los documentos, la decisión ya había sido tomada hace semanas, se manejo en las sombras y sólo es hasta ahora que aparecen las notas que el presidente se animó a hablar del tema. En su conferencia matutina, como ya es costumbre, López Obrador justificó su determinación culpando a las constructoras a quienes además calificó de “transas“ ya que cobran el trabajo al doble de lo que gasta el Ejército. 

La Cámara Mexicana de la Industria de la Construcción (CMIC) ya manifestó su preocupación, al señalar que en los últimos años el deterioro carretero ha ido en aumento debido a la falta de inversiones en materia de mantenimiento y conservación, lo que afecta la competitividad de nuestro país, además de ser una industria que genera decenas de miles de empleos.

¿A dónde irá a parar todo ese dinero que en manos del Ejército se tornará opaco? En tiempos electorales es una pregunta que desata muchas especulaciones, para los mal pensados pudiera redirigirse a la campaña del partido oficialista. No nos olvidemos que en año de Hidalgo puede pasar cualquier cosa.

MC, el salvavidas de Sandra Cuevas

Este lunes, Movimiento Ciudadano registró a la alcaldesa de Cuauhtémoc, Sandra Cuevas, y a la experredista Alejandra Barrales, como candidatas al Senado por la Ciudad de México. Una jugada polémica, particularmente por la nominación de Cuevas, quien a sus excentricidades les suma una amplia colección de denuncias penales y administrativas que van desde delitos electorales, abuso de autoridad, desvío de recursos, uso indebido de fuerza pública, robo, discrimnación, maltrato animal, entre otros.

Nadie le tomó la palabra cuando dijo que quería ser la próxima secretaria de Seguridad Ciudadana. Ya desde antes, la alianza PAN-PRI-PRD tenían claro que tenían al enemigo en casa -por sus vínculos con Ricardo Monreal-, por lo que canceló la posibilidad de un proceso interno y postuló a Santiago Taboada como candidato a jefe de Gobierno, dejando fuera a varios, entre ellos al alcalde de Cuajimalpa, Adrián Rubalcava, y a Cuevas, quien ahora quería ser jefa de Gobierno. 

Después de unos días de reacciones erradas, incluidas las fotos de la cena romántica de los alcaldes, Rubalcava terminó por dar su apoyo a Sheinbaum, algo impensable para Sandra Cuevas, a quien no le quedó de otra que anunciar la formación de un partido político en un evento digno de reality show, donde de paso se lanzó como candidata presidencial para el 2030.

Es entonces que Dante Delgado le lanza un salvavidas a la carrera política de Cuevas, quien prácticamente ya le endosó la alcaldía a la hija de Ricardo Monreal, y se va en dupla con Barrales, con la misión naranja de hacerle el favor a Morena, en este caso con la fórmula Omar García Harfuch y Ernestina Godoy Ramos, para restarle votos a la colaición, la cual está pendiente por definir a sus candidatos, lo que será clave para saber el nivel de competencia en las que serán las elecciones locales más reñidas de este año.