¿Son los cárteles mexicanos grupos terroristas?
A mediados de febrero, 21 fiscales estatales, también republicanos, solicitaron al presidente Joe Biden declarar terroristas a los cárteles de la droga de México.
Todavía no se cumple una semana del brutal asesinato de dos turistas estadounidenses en Matamoros, Tamaulipas, en donde habían sido interceptados por miembros de la delincuencia organizada junto a otros dos de sus compañeros y ya las heridas empiezan a sangrar por todas partes.
Los últimos días han planteado diferentes preguntas en ambos lados de la frontera, la más importante de ellas sin lugar a dudas es si el Estado ya fue rebasado en esa entidad por grupos de narcotraficantes quienes hace tiempo están fuera de control frente a la ineficiancia de la policía local y las fuerzas federales y, en segundo término, reviviendo un viejo debate, acerca de si estos criminales tendrían que ser considerados como terroristas que entrañan un riesgo para la Unión Americana.
Nada sería más pernicioso que nuestro país fuera colocado en la lista negra de su principal socio comercial frente al fenómeno de inseguridad que se vive en el país con cerca de 140 mil muertes en lo que va del sexenio y que frente a la falta de eficacia de las autoridades para controlarlo, se siga culpando a una administración que dejo el poder hace más de una década.
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En un caso extremo la llamada Acta Patriota, una legislación extraterritorial promulgada el 26 de octubre de 2001 como respuesta a los atentados en Nueva York, podría aplicarse a los cárteles de las drogas afincadas en la frontera, lo que entre otras cosas facultaría al ejecutivo estadounidense a autorizar operaciones unilaterales en nuestro país para extirpar un eventual daño en el suyo, con la intervención de las diferentes agencias de seguridad del otro lado de la línea.
El fiscal general norteamericano, Merrick Garland, señaló hace una semana ante senadores de esa nación que no se opondría a que el Departamento de Justicia declarase a estas bandas como organizaciones terroristas. Por supuesto los daños colaterales serían invaluables dada la gran interdependencia existente entre ambos países no sólo a nivel seguridad, sino también comercial, además de carácter migratorio.
Pero este no ha sido el único intento por marcar a los cárteles mexicanos, antes ya lo había hecho el presidente Donald Trump. El partido republicano está impulsando una iniciativa del senador texano Dan Crenshaw que lleva por título: “Resolución sobre la autorización del uso de la fuerza militar para combatir, atacar, resistir, apuntar, eliminar y limitar la influencia”, bajo la cual, siempre que no la vetara el ejecutivo estadounidense, las fuerzas armadas de ese país podrían actuar en el extranjero contra organizaciones criminales.
A mediados de febrero, 21 fiscales estatales, también republicanos, solicitaron al presidente Joe Biden declarar terroristas a los cárteles de la droga de México. La Casa Blanca, sin embargo, considera que esto resultaría inútil dado que no agregaría nuevas facultades para combatirlos.
Muy cerca del final de su sexenio, el presidente Andrés Manuel López Obrador tendría muy buenas razones para no poder conciliar el sueño, pese a que dentro de su mantra está que el presidente es un hombre bueno. La relación con la Unión Americana se complica más y más en materia energética, de transgénicos, en la cuestión migratoria. Justamente lo que pasó en Matamoros es lo que menos necesitaba en este momento.
Vamos con el maíz
No salimos de una y entramos a la otra. Este lunes, la Oficina del Representante de Comercio de los Estados Unidos (USTR) anunció que solicitó consultas técnicas con el Gobierno de México, por el tema del maíz transgénico. Este miércoles nos enteramos que Canadá también solicita consultas sobre las importaciones agrícolas genéticamente modificadas. Dichas consultas se solicitan bajo el Capítulo de Medidas Sanitarias y Fitosanitarias (MSF) del T-MEC.
En febrero pasado, se emitió un decreto con diversas acciones en materia de glifosato y maíz genéticamente modificado, como queriendo precisar aquel de diciembre de 2020 que daba de plazo el 31 de enero de 2024 para la sustitución total del glifostato en agroquímicos.
En el nuevo decreto se aclaró que se permitirá el maíz transgénico para alimentación animal y para uso industrial de alimentación humana, sustituyéndolo gradualmente, con nuevo plazo al 30 de marzo de 2024. No habían pasado 24 horas cuando el secretario de Agricultura estadounidense, Tom Vilsack, se dijo decepcionado por el nuevo decreto, al considerar que seguía sin existir sustento científico para las medidas adoptadas.
A más tardar el 5 de abril debe haber una reunión bilateral para ver si el diferendo se puede resolver mediante consultas, lo cual habriría un periodo de 150 días, tentativamente al 2 de septiembre; en caso de que no haya entendimiento antes del 5 de abril, Estados Unidos puede solicitar la instalación del panel.
Del lado mexicano la Secretaría de Economía ha sido enfática en señalar que el diferendo tiene motivos políticos, no comerciales, pues no hay afectación a las importaciones de maíz de EEUU -predominantemente amarillo y transgénico-, y se trata de preservar que la tortilla sea elaborada con maíz nativo, principalmente blanco.
De hecho, contrario al caso del tema energético, que no tiene para cuándo, con el maíz transgénico pareciera que el gobierno de México le urgiera irse al panel para demostrar que tiene la razón, aunque se abstiene de entrar al fundamento científico de la medida, a lo cual apelan los socios norteamericanos.
ESG y Transformación Digital, compromisos de la BMV
La Bolsa Mexicana de Valores está comprometida con los temas ESG (en español Inversión Socialmente Responsable) y de Transformación Digital, los cuales son fundamentales en las estrategias de inversión responsable y el crecimiento de las empresas, explicó José Oriol Bosch, director general de la BMV, en una sesión de alto nivel organizado por la consultora Lawit Group, realizada este martes en el piso de remates de la Bolsa, en Paseo de la Reforma.
El encuentro fue realizado para hacer un diagnóstico de los grandes retos y oportunidades que se analizarán en el Lawit Legal Summit-Chasing Dragons el próximo 22 de marzo en la Ciudad de México. Los asistentes al evento en la BMV fueron socios estratégicos, líderes de distintas industrias, expertos y conferencistas que participarán en dicha Cumbre, la cual marcará una ruta muy relevante para que México se inserte en la economía digital y en los requerimientos para alcanzar los beneficios del desarrollo sostenible.