Xóchitl a Washington

Xóchitl Gálvez visitará Washington la semana del 5 de febrero. Se contempla una intensa agenda que incluye visita al Congreso estadounidense, centros académicos, la Organización de Estados Americanos (OEA), además de encuentros con medios.

Al inicio de semana estuvieron de visita en México un grupo de congresistas de Texas, encabezados por Michael McCaul, presidente del Comité de Asuntos Exteriores de la Cámara de Representantes. Los legisladores estadounidenses se reunieron con el presidente López Obrador, así como con Xóchitl Gálvez y Claudia Sheinbaum.

En el caso de Gálvez, el encuentro incluyó, además de McCaul, a Randy Weber, integrante del Comité de Energía y Comercio, y Tony Gonzales, especialista en seguridad fronteriza y migración. Derivado de ello, Xóchitl adelantó su visita a la capital estadounidense y que se reunirá con el Comité de Seguridad Nacional de la Cámara de Representantes para hablar sobre el tráfico de fentanilo y migración.

Será la primera de las candidatas presidenciales en visitar Washington con una agenda con la clase política estadounidense más que actividades proselitistas con la comunidad mexicana en el país vecino. Hasta el momento no se sabe de que Sheinbaum tenga contemplado un viaje así, menos Álvarez Máynez, con quien al parecer no tuvieron interés de reunirse los congresistas texanos.

Será oportunidad de ver a una Xóchitl Gálvez con visión y propuestas estructuradas más allá del discurso electoral, y conocer las impresiones que genere entre políticos, académicos y medios en Washington, particularmente con temas tan sensibles como el tráfico de fentanilo y la migración ilegal, tema este último importante en la agenda electoral estadounidense. 

Lo difícil de transitar con carga por las carreteras de México

Pese a los grandilocuentes anuncios de que los ataques criminales en nuestro país van a la baja, lo cierto es que no hay nada más alejado de la realidad. Un vistazo a las carreteras y autopistas de nuestro país desenmascara una narrativa que se queda sólo en palabras y que se derrumba ante los hechos.

Como ha venido ocurriendo en las distintas zonas del país, los grupos delincuenciales se han repartido sus principales arterias, sembrando el miedo y el terror entre quienes por necesidad se ven obligados a desplazarse por la red carretera.

Los números no mienten, en concordancia con las autoridades federales, la Asociación Mexicana de Empresas de Seguridad Privada (AMESIS) dio a conocer que durante el año que recién terminó se registro un crecimiento del 27% del delito de robo de mercancías en tránsito. Si bien es deleznable que este ilícito se haya incrementado, lo es más aún el nivel de violencia ejercido por los grupos criminales quienes no dudan en robarle a los operadores el único valor que a veces poseen: su vida. De 9 mil casos de robo, 7 mil 862 se ejecutaron con saña, de acuerdo a las propias cifras gubernamentales, más de 150 de los operadores de las unidades de transporte habrían perdido la vida en los últimos meses frente a los embates de los malhechores. 

Diez estados acaparan la atención de los asaltantes, ahí se perpetra el 92% de los atracos. La lista la encabezan el Estado de México con 28%; seguido de Puebla con 22% y Guanajuato con 10% sitios en donde es mayor la conectividad carretera y se facilita la fuga de los criminales frente a la escasa vigilancia de la Guardia Nacional, que se ha visto rebasada tras la disolución de la policía de caminos. 

Hay un mercado negro en donde se colocan los productos, de ahí que los hurtos se realicen prácticamente por pedido, destacando la sustracción de abarrotes en 31%; acero con 27%; calzado 15%; perecederos 3%; medicamentos 2%; químicos 2% y mercancías diversas el restante 20%.

Durante el presente sexenio se ha agravado la situación al grado que, de acuerdo a la Cámara Nacional de Autotransporte de Carga (Canacar), México tiene hoy un déficit de 56 mil operadores, quienes prefieren cruzar la frontera, muchas de las veces sin papeles, en busca de mejores salarios y condiciones de seguridad.

Pero no sólo el transporte de carga es el blanco de los criminales, al cierre de noviembre se reportaba un alza de 42.9% anual en el robo de unidades de transporte de pasaje y turismo muchos de estos secuestrados para presionar a las autoridades por grupos políticos o subversivos.

El próximo 5 de febrero, justamente el día en el que pomposamente el presidente Andrés Manuel López Obrador, enviara una decena de iniciativas al Congreso para reformar la Constitución, los transportistas de carga, aglutinados en la Coalición de Organizaciones Unidas de Autotransporte, realizarán un paro nacional como protesta a un problema que ya no se habrá de resolver en la presente administración, mientras tanto no les quedará más que encomendarse a San Cristóbal, santo patrón de los viajeros.