Yolanda Urbina recuerda que la niñez de sus dos hijas se desarrolló entre planes y juntas escolares. Su estilo al hablar y porte hacían que siempre la eligieran como maestra de ceremonias en todas las celebraciones. Por esa razón casi no tiene fotografías de ellas disfrazadas de flores o animales. “Ser una mamá profesionista no es fácil”, reflexiona.
A pesar de que los estándares sociales prejuician a las jefas de familia, ‘Yolis’, como le dicen sus amigas, no se arrepiente de los sacrificios que tuvo que hacer durante la infancia de sus hijas, ya que fue el sostén económico de su hogar. Hoy se llena de alegría al ver a sus hijas Betzy y Liz convertidas en profesionistas.
La exprofesora forma parte del 41 por ciento de madres en México que son económicamente activas, de acuerdo con cifras del Inegi. Eso significa que hay miles de mamás profesionistas viviendo una situación similar y luchan todos los días por equilibrar su trabajo con el tiempo de calidad con sus hijos sin descuidar los deberes.
La fortaleza que hay detrás de las mamás profesionistas
“Fuertes”, así describe Gaby Arriaga, CEO de la agencia de publicidad Leonardo1452 y autora del libro Near future thinking, a las madres trabajadoras. Sin embargo, acepta que eso no significa que tengan que hacerlo todo solas educando a sus hijos mientras trabajan. Ahora festeja que pueden exigir la participación activa de los padres en casa.
“Ahora las madres están liberadas. En el hogar muchas de ellas cuentan con el apoyo de su familia, ya saben que no están solas y que está bien pedir ayuda, antes no era así. Antes las mujeres casadas tenían que saber cocinar, sino eran una vergüenza, pero eso está cambiando”, comenta Arriaga.
¿Quién sino las mamás profesionistas conocen el valor de la palabra “apoyo” durante la educación de sus hijas? Yolanda, entre lágrimas, acepta que hubiese sido de gran ayuda contar con su madre y sus hermanos acompañándola en los días laborales y familiares más grises.
Yuridia Teloxa, una mamá profesional experta en logística
Exigente, disciplinada, segura y terca, pero también amorosa y divertida: así es Yuridia Teloxa, encargada de logística, tráfico y aduanas de Joyson Safety Systems.
La licenciada en negocios internacionales con 20 años de experiencia laboral, también es madre de dos hijos, un joven de 18 años y una niña de 3 años y medio.
Yuridia radica en Monterrey mientras que sus hijos viven en el centro del país, y acepta que ser mamá a distancia es complejo, aunque confía en sí misma:
“Si puedo coordinar transportes o supervisar que llegue una mercancía a tiempo, creo que puedo coordinar todo lo demás: citas de dentista, con el médico y juntas escolares” comenta.
Ella recuerda que a lo largo de su carrera, el tiempo y la brecha de género fueron sus principales problemas. Integrar su trabajo con su papel de mamá; y además, triunfar en un círculo laboral mayormente masculino no fue fácil. Sin embargo, su perseverancia, preparación y seguridad la han ayudado.
“Nosotros como mujeres tenemos que ser conscientes de que podemos realizar todo. Aprendí que nosotras podemos hacer lo que queramos. Y eso no ha sido fácil”, manifiesta.
Los grandes retos vienen con grandes satisfacciones
Viajar para Yuridia es necesario, lo cual dificulta estar presente en algunos momentos importantes de sus hijos, quienes son cuidados por la familia de la profesionista. La responsabilidad de educar a personas para ella es muy grande, y siendo mamá soltera, fueron cruciales las redes de apoyo.
Los grandes retos vienen con grandes satisfacciones, y ella está orgullosa de su hijo quien es un taekwondoin cinta negra segundo Dan. Otro orgullo, fue ser reconocida por su trabajo, obtener un ascenso le comprobó que alguien reconocía su talento.
Saltar, arriesgarse y hacer las cosas, aún con miedo fue como logró llegar a donde está. “Si tienes miedo no importa, hazlo con él. No te quedes con la incertidumbre”, opina Teloxa.
Para Yuridia la vida no fue fácil, pero saber que sus hijos tienen un futuro asegurado gracias a su esfuerzo, la deja satisfecha.
“¿Cómo sería ser madre para mí ahora?”
“¿Podría pedir el apoyo de mi mamá?¿Podría pedir días de descanso si se enfermaran mis hijas?”, se pregunta Yolanda. Quizá las respuestas a esas preguntas aún no son muy claras. Sin embargo, lo que sí sería seguro es que ella se sentiría menos culpable de sentirse insegura en su rol de mamá.
Con los cambios culturales de hoy en día a ella no le hubiese dado pena preguntar cómo se desinfectan los biberones o cuál es la mejor marca de cremas para quitar las rozaduras. Inclusive, hubiera exigido a su pareja ser más activo (porque hubiera sabido que ella no debía cargar sola con la angustia de sostener económicamente a una familia).
Yolanda nunca tendrá certeza de lo que hubiera pasado. Pero lo que sí sabe es que por ley, no tendría que haber ido a trabajar pocos días después de haber dado a luz, adolorida y preocupada por alimentar a sus hijas. Ella se alegra por el presente y el futuro que podrán disfrutar las nuevas mamás profesionistas.
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