¿Todos somos emprendedores?

Por Ana Gabriela Zavala

Directora general ILAF y franquiciatunegocio

En los últimos años, se ha fomentado ampliamente el emprendimiento, tanto que pareciera ser la única alternativa en la vida y que no hacerlo es síntoma de fracaso. La realidad es que, aunque todos tienen potencialmente capacidades de un emprendedor, la mayoría de las personas no cumplen con las características requeridas para hacerlo exitosamente y es normal. 

Por fortuna, existen muchas opciones para triunfar laboralmente, más allá de emprender. Las personas tenemos gustos y habilidades diferentes, hemos estado expuestos a una preparación y experiencias distintas, el momento en que nos encontramos en nuestra vida y nuestro proyecto a futuro es personal, por tanto, somos únicos. Así que antes de pensar que el éxito profesional se dará solamente con un emprendimiento, mejor analicemos nuestra persona y sus condiciones presentes para tomar una decisión correcta.

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Es como en un equipo de fútbol, un jugador puede estar en cualquier posición, pero dará su mejor desempeño si está en aquella que mejor aprovecha sus capacidades físicas y habilidades.  Una empresa requiere pocos emprendedores y múltiples colaboradores para lograr sus objetivos. Si todos emprendiéramos, nos quedaríamos con microempresas que no crecerían, no se desarrollaría tecnología y conocimiento, ningún negocio trascendería.

Estoy a favor que se promueva el emprendimiento con formación, financiamiento y mentoría. No estoy de acuerdo en que se impulse a toda persona a emprender a través de una plática motivacional, un curso o incluso la educación académica. La escuela debe formar al estudiante para que se conozca a sí mismo, desarrolle su potencial al máximo, sea capaz de comprender su entorno y con base a ello, tomar mejores decisiones.

El precio que estamos pagando por transmitir, que el camino de todo profesionista es ser empresario, es que al final, tenemos colaboradores frustrados porque nunca tuvieron el valor de emprender, o peor aún, emprendimientos fracasados con graves consecuencias para el atrevido que puso su patrimonio y el de sus cercanos y que por no reunir los elementos necesarios perdió hasta las relaciones personales.

Una franquicia es un camino intermedio entre emprender y trabajar para alguien más. La franquicia permite a un inversionista emprender un nuevo negocio ahorrando el trayecto de idear, planear, conceptualizar, aprender, estandarizar, consolidar, que son las etapas donde se deshacen la mayoría de los negocios. La diferencia con su propia empresa es que no es dueño de la marca, metodología y sistemas, no puede aplicar su creatividad, debe sujetarse a reglas de otro. 

Volviendo al fútbol, es un jugador de campo con un balón que pertenece a otra persona.  Mientras se entiendan las reglas y se seleccione a la franquicia adecuada, es una excelente opción de emprendimiento a largo plazo y que puede llegar a crecer a multiunidades y/o multimarcas. 

El tema principal sigue siendo la capacitación y toma de conciencia, el autoconocimiento.  Hoy en día existen múltiples fuentes donde encontrar información, el problema es discernir la correcta de la basura, la verdad de la mentira.  Por ello, la “formación” debe venir previo a la “información” y la toma de una decisión.  

¿Por dónde empezar?

Acércate a expertos, asiste a los eventos de franquicias, toma conferencias, lee libros y artículos, no te quedes con una sola fuente, compara, pregunta.  Estás a buen tiempo: en este par de meses que quedan del año hay muchas opciones.

El Instituto Latinoamericano de la Franquicia tendrá su VI Congreso Latinoamericano de la Franquicia en Puebla, con invitados de varios países que compartirán su visión, y con opciones de inversión donde el interesado podrá preguntar directamente a los franquiciantes, a los consultores y a los expertos que se darán cita en la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla (BUAP).

Habrá también eventos en Guadalajara, Culiacán, San Luis Potosí, Mérida, entre otros. Actualmente, la tecnología permite participar virtualmente, así que no hay pretextos. Capacítate, analízate, infórmate y no te precipites.