En los regímenes autoritarios, la figura central es el presidente, pero es, hasta cierto punto, sacrificable, efímera de algún modo. El partido, por otro lado, es eterno. Es la plataforma donde está depositada la historia, los preceptos, los orígenes, la visión, el futuro, etcétera.
Así no funciona Morena, pues se trata de un instituto político al servicio de una familia y que depende absolutamente de ella para seguir existiendo. Su encargo, más allá de velar por el respeto a una ideología, es cumplir con todos los deseos del jefe, de Andrés Manuel, que es visto más como un dios que como un militante.
Su última encomienda, o la única relevante, sería imponer los criterios de selección para designar al candidato de su partido a la Presidencia de la República; sin embargo, en la estrategia del presidente López Obrador, o en su ánimo, ha cambiado de opinión, al menos en tres ocasiones.
Al principio se anunció la contratación de un grupo de tres encuestas “independientes” que definirían en junio al candidato; después se instruyó (AMLO) que fuera en octubre, pues no despegaba la campaña de Sheinbaum y se encontraba anclada en un empate técnico con Marcelo Ebrard. Finalmente, el líder supremo volvió a ver una ventana de oportunidad y adelantó las fechas. Nada oficial, como todos los anuncios del gobierno.
La voluntad se mueve de acuerdo a la estrategia electoral, si por el presidente fuera, habrían decidido con base en una consulta con los asistentes al concierto de Rosalía, hace unas semanas en el Zócalo. Por su parte, Marcelo Ebrard y su equipo, viendo cómo se comporta la cargada, comienzan a hacer movimientos estratégicos, pues saben que no cuentan con el menor apoyo.
Recientemente, en entrevista con El Universal, Mario Delgado, supuesto presidente de Morena, adviertió que un rompimiento entre los candidatos no sería su responsabilidad. Casi lo anticipa, pues sabe que las condiciones no son equitativas y la confrontación es inminente. En esa misma conversación tampoco aclara cuál sería el método, pues sabe que esa decisión no será suya.
Morena y Mario Delgado son el cascarón de un partido que necesita AMLO para utilizar en su estrategia de perpetuarse en el poder. Su salud no le alcanza para hacerlo él mismo, pero espera que Claudia Sheinbaum, su hijo Andrés, Martí Batres y otros, mantengan su legado.
El fin del Título 42 y el desafío migrante
En menos de 48 horas se habrá extinguido una de las legislaciones más polémicas en la historia contemporánea de los Estados Unidos. El llamado título 42 se originó durante la administración de Donald Trump, pero fue adaptado a conveniencia, con la llegada de Joe Biden al poder y permitió, al amparo del riesgo sanitario derivado de la pandemia de covid-19, la deportación ipso facto de cientos de migrantes indocumentados que en los últimos tres años ingresaron a territorio norteamericano buscando en algunos casos refugio y en otros tantos asilo.
Frente a la falta de información fidedigna, nadie sabe de cierto lo que va a pasar. Mientras que del otro lado de la frontera los gobernadores de cuando menos una docena de estados republicanos encabezados por Texas, Arizona, Louisiana y Missouri se aprestan a reforzar sus demarcaciones frente a la amenaza de lo que califican como una potencial crisis humanitaria; el gobierno federal no se encuentra menos preocupado, como lo demuestran los mil 500 soldados que Biden envío a la frontera y que se suman a los 3 mil 500 que ya estaban patrullando las zonas más sensibles, en los hechos una militarización de la línea divisoria entre ambos países.
En México se registran movimientos inusuales de migrantes que esperan que con el fin del Título 42, podrán ingresar libremente a la Unión Americana y desde ahí realizar los trámites que estuvieron paralizados desde el inicio de la pandemia.
Nada más alejado de la realidad, una vez que expire el Título 42, volverá a regir el Título 8 una medida que se empezó a aplicar en 1995 y que conlleva sanciones para quienes cruzan la frontera de manera indocumentada que podrían considerarse “extremas”, ya que implican la deportación y la prohibición para ingresar a Estados Unidos durante los siguientes cinco años y esto incluye visitas turísticas o temas como la reunificación familiar.
El Título 42 únicamente preveía la deportación al último país por el que hubieran pasado el migrante sin una sanción por lo que muchos extranjeros realizaron varios intentos para cruzar al otro lado. Según la Oficina de Aduanas y Protección de Fronteras, en poco más de dos años tuvieron lugar cuando menos un millón 800 mil arrestos.
México pactó con Estados Unidos recibir a venezolanos, cubanos, haitianos y nicaragüenses para evitar que fueran deportados a sus países de origen, quienes se encuentran protegidos por un programa humanitario establecido por Biden que les permité realizar sus solicitudes de asilo desde fuera del país y siempre y cuando tengan un “tutor” en la Unión Americana, sin embargo el número de peticiones es tan alto que difícilmente se podrá dar respuesta a cada una de ellas, tan solo el año pasado 120 mil personas completaron el procedimiento y presentaron su documentación.
Hacia las 9:30 de la mañana de este martes el presidente Andrés Manuel López Obrador sostendrá una video llamada con su homologo Joe Biden. Difícilmente habremos de conocer los detalles de una conversación que a todos luces girará sobre este tema. Como ha ocurrido en el pasado, serán los hechos en el campo los que nos indicarán hasta donde cedió en esta ocasión el presidente de todos los mexicanos.
Cotemar: responsabilidad social como visión de negocios
La Responsabilidad Social Empresarial (RSE) es una visión de negocios enfocada en que las operaciones de la empresa sean sustentables en lo económico, lo social y lo ambiental, considerando la calidad de vida de sus colaboradores, de las comunidades y del medio ambiente donde opera. Esa visión global es fundamental, pues de lo contrario se suele caer en las labores altruistas inconexas y a veces hasta incongruentes con el negocio y las políticas internas de la empresa.
Hay industrias en las que ser Empresa Socialmente Responsable (ESR) es más complejo que en otras por una serie de desafíos inherentes, como el sector energético y, si se trata de petróleo, lo es más. De ahí el mérito de Grupo Cotemar, empresa prestadora de servicios para la exploración y producción petrolera costa afuera, también dedicada al mantenimiento, operación y la rehabilitación de plataformas.
La empresa que encabeza Alejandro Villarreal lleva 11 años refrendando su distintivo de Empresa Socialmente Responsable (ESR), otorgado por el Centro Mexicano para la Filantropía (Cemefi) y AliaRSE, cuyo proceso de diagnóstico es cada año más exigente respecto a la responsabilidad corporativa. Asimismo, por cuarto año consecutivo, Cotemar recibió el distintivo Organización Responsablemente Saludable (ORS), por parte del Consejo Empresarial de Salud y Bienestar (CESyB).
Por si fuera poco, y para que no quede de duda de la importancia que da a sus colaboradores, Cotemar lleva tres años seguidos certificándose como Great Place to Work (GPTW), por impulsar políticas y prácticas que mejoran la calidad de vida dentro de su organización y reconocido nuevamente como uno de los 10 Mejores Lugares para Trabajar para Mujeres en México 2023, en la categoría de más de 5 mil colaboradores, promoviendo un ambiente laboral equitativo y fomentando la inclusión. Por ello se entiende que Cotemar encabece este año la lista de 25 Mejores Empresas 2023 de la red social LinkedIn y sea la única del sector energético en la lista.
Cotemar cuenta actualmente con más de veinte certificaciones -todas obtenidas después de evaluaciones rigurosas- que acreditan a la empresa ante sus colaboradores, inversionistas, clientes, autoridades y sociedad, como una organización comprometida públicamente con la responsabilidad social.
Síguenos en Google Noticias para mantenerte enterado