La pesadilla sigue: las otras reformas por venir
Vendrán otras reformas de carácter social que se irán alternando con las más polémicas buscando siempre, con un control de daños.
Una vez aprobada la reforma al Poder Judicial de la Federación de forma si se quiere legal, pero de la manera más desaseada posible, el Congreso de la Unión se apresta a aprobar las otras iniciativas propuestas por el presidente Andrés Manuel López Obrador -salvo la electoral, que ya dijo Claudia Sheinbaum que enviará una posteriormente-, algunas de ellas cosméticas, para darle al pueblo pan además de circo, pero también otras que tendrán un fuerte impacto en el futuro de las generaciones por venir en materia de transparencia, militarización de las fuerzas de seguridad, explotación de recursos naturales y democracia.
Para disipar las tensiones, y de paso demostrarle a la gente que más allá de sus intereses partidistas el oficialismo está con ella. A la cabeza se ubica el reconocimiento a los pueblos y comunidades indígenas como sujetos de derecho público, atendiéndolos de manera preferente dada su antigüedad en el territorio nacional.
Este video te puede interesar
Vendrán otras reformas de carácter social que se irán alternando con las más polémicas buscando siempre, con un control de daños, reducir el impacto que habrá de recibir el partido oficial por su carácter, a todas luces, autoritario, entre ellas vendrán la constitucionalidad de los programas Jóvenes Construyendo el Futuro y Sembrando Vida; el ajuste permanente del salario mínimo a la inflación; becas universales a estudiantes y la promesa de que los trabajadores podrán ser dueños de sus viviendas, medidas claramente populares y justas, pero para los cuales no se cuenta con “el recurso” como diría cualquier jefe de oficina de recursos humanos o materiales en alguna dependencia.
Intercaladas se irán aprobando las más controversiales, porque involucran la imposición de una ideología para la que ningún legislador fue electo pese a que con su voto y en completa ignorancia, una mayoría de los ciudadanos les entregó ese cheque endosado.
En la lista se encuentra la desaparición de siete organismos autónomos que le pesan mucho a la Cuarta Transformación, no por su costo financiero, como se ha cansado de argumentar el presidente, sino porque desde su aparición han sido los entes que regulan de manera independiente el actuar de funcionarios, particularmente del ejecutivo, dándole transparencia a sus operaciones. Digámosle adiós de una vez al Inai, Coneval, IFT, Cofece, Mejoredu, CNH y CRE.
Entre otras reformas que se habrán de aprobar sin duda alguna durante la presente legislatura se encuentra el paso de la Guardia Nacional a la Secretaría de la Defensa Nacional para evitar que se “corrompa” como ocurrió con la Policía Federal. No se explica cómo habrá de suceder siendo que el mismo ejército trabaja en la más absoluta opacidad, en cambio, una vez aprobada esta medida, se habrá consumado la militarización del país.
La proscripción del fracking y el freno a las concesiones para la actividad minera a cielo abierto es otra de las normas que se encuentran fuera de toda lógica; en el primer caso porque impactaría directamente a la viabilidad de Pemex al impedirle explotar esas reservas; en el segundo porque el 60% de la minería de nuestro país depende de esa técnica extractiva y pone en riesgo 30 mil millones de pesos en aportaciones fiscales en momentos en que el país, por el excesivo gasto gubernamental, está sediento de dinero.
En cuarta posición se buscaría revertir las reformas de pensiones de 1997 y 2007, que impiden a trabajadores del IMSS y el ISSSTE jubilarse con el 100% de su salario. La aprobación de esta reforma no solo sería positiva sino justa, siempre y cuando, claro está, hubiera dinero para su fondeo, hoy no se ve por dónde, porque sería un atentado contra el patrimonio de millones de personas si el Estado recurriera a los recursos no reclamados en el sistema de afores como se pretende, e impensable que el sistema se pudiera sostener con las ganancias del Tren Maya como se ha dicho.
Un juicio, un gobernador sin Grito y la violencia
El jueves pasado ante la Corte de Brooklyn, en Nueva York, en Nueva York, fue presentado en audiencia Ismael Zambada, quien se declaró no culpable de los 17 cargos que enfrenta, pendiente de que se defina fecha de inicio del juicio. Se espera que se presenten varios de los mismos testigos que participaron en el juicio a Joaquín Guzmán Loera entre noviembre de 2018 y enero de 2019, como Dámaso López, el “Licenciado” y los colombianos Alex y Jorge Cifuentes Villa, así como el estreno como testigo de Ovidio Guzmán. Es previsible que no se presenten su hijo Vicente ni su hermano Jesús.
La expectativa está en lo que pueda argumentar el “Mayo” respecto a su detención fuera de la ley, privación ilegal de la libertad en su caso, y que pueda abundar en la relación del gobernador Rubén Rocha con los hechos, hundiendo más al mandatario estatal, quien podría pasar el resto de su administración sin dar el Grito de Independencia y sin aparecer en actos públicos para proteger vidas sinaloenses, empezando por la suya.
Quienes esperen revelaciones del capo sobre sus relaciones con autoridades y campañas electorales se quedarán esperando. No porque no las haya, sino que, al igual que en el juicio al “Chapo”, ni el acusado va a decir algo que pueda usarse en su contra, ni los testimonios buscan señalar a otros probables delincuentes que no sean el “Mayo”, los ya detenidos o procesados, o los prófugos de la justicia.
Mientras tanto, el enfrentamiento entre “Mayiza” y “Chapitos” en Culiacán parece ser aprovechado por otros en sus disputas territoriales, como el CJNG contra el Cártel de Sinaloa, recién en un enfrentamiento en Nayarit con saldo de 11 muertos. En la Ciudad de México, en un hecho que coincide con la violencia en Sinaloa, fue ejecutado el pasado jueves en calles de Polanco, quien al parecer era Manuel Beltrán Quintero, el “8”, líder del Cártel de Caborca, organización criminal de Rafael Caro Quintero enfrentada con los Chapitos.
A pesar de los llamados a portarse bien, no se ve que la violencia disminuya, por el contrario. No se trata sólo de enfrentamientos y narcobloqueos, sino también de disputas por plazas y ejecuciones. Se avizora un inicio de sexenio más sangriento de lo que ya fue el del 2018-2024. Urge una estrategia de seguridad de verdad.