Reducir tiempos de traslado, principal objetivo logrado: SICT
Jorge Nuño Lara, secretario de Infraestructura de Comunicaciones y Transportes, estuvo en el Desayuno con Ingenieros de este lunes en el Colegio de Ingenieros Civiles […]
Jorge Nuño Lara, secretario de Infraestructura de Comunicaciones y Transportes, estuvo en el Desayuno con Ingenieros de este lunes en el Colegio de Ingenieros Civiles de México (CICM), que preside Mauricio Jessurun, gremio que agradeció al funcionario su acercamiento permanente con ellos en los diferentes proyectos que se realizaron.
A pocos días de terminar su encomienda, Nuño Lara hizo un resumen del estado actual de la infraestructura carretera y de los resultados logrados, con obras en 411 caminos de mano de obra; 55 carreteras federales; 53 caminos rurales y alimentadores y 30 autopistas, con una inversión total de 227 mil 464 millones de pesos invertidos en 7,682 kilómetros con un avance promedio de 97%. De los objetivos del programa, Nuño hizo énfasis en la reducción del tiempo de traslado, el cual es el fin último, y en esta administración se logró bajar con la interconexión de caminos y autopistas de entre ocho y hasta cuatro horas de traslado.
En otro tema, abordado en preguntas del público respecto a fechas de conclusión del tren interurbano México-Toluca hasta la terminal de Observatorio, el titular de SICT dijo que se tiene la meta de concluir la obra civil a fines de año, estar haciendo pruebas a principios de 2025, y que ya entre en operaciones en el primer trimestre del próximo año.
Andy, la segunda parte de la Cuarta Transformación
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Hace un mes, el segundo hijo del presidente Andrés Manuel López Obrador no estaba siquiera inscrito en el padrón de Morena, o al menos no aparecía en el padrón entregado al INE hace unos días; sin embargo, hoy ya es secretario de Organización, y defensor a ultranza de la Cuarta Transformación.
Andrés López Beltrán, o “Andy” como le gusta que le llamen sus amigos cercanos, es un hombre de 38 años, no muy trabajador, pero sí obsesionado con el poder. A decir de quien lo rodea es el único de los hijos del presidente que tiene grandes aspiraciones políticas, pues el mayor es más difícil de trato y no le gusta complicarse la vida, más bien vivir bien, como ya lo hemos constatado.
Andy, pues, ha sido víctima de cualquier cantidad de acusaciones. Desde el principio del sexenio se le veía comiendo en restaurantes de lujo, como si se tratara de un comensal habitual, conversando y pasando las tardes en compañía de diversos y reconocidos empresarios.
Sin embargo, con el paso del tiempo, dejó de ser tan público, aunque se volviera involuntariamente más mediático, pues las columnas financieras y políticas, daban cuenta de su participación en diversas obras de infraestructura y contratos con el gobierno, funcionando algunas veces como “coyote” y otras como socio, nunca como empresario, de esos que había antes y que arriesgaban su dinero con intención de hacerlo crecer.
Ahora, al final del sexenio, entra de lleno en la vida pública con pretensiones altísimas, y buscando catapultarse, pasar por alguna secretaría en el gobierno Sheinbaum, participar en elecciones que le permitan tener cumplido el requisito de ganar una elección popular y, finalmente, acceder a la candidatura presidencial.
Por más aventurado que parezca este escenario, sucederá más pronto que tarde. Su padre tal vez no alcance a verlo convertido en presidente, pero su legado y su proyecto no podría estar en “mejores manos”. Un pensamiento ridículo, anacrónico, desvelado, setentero y patético, pero probable y, algo peor, posible.