La falta de capacidad de almacenamiento de gasolinas pone en riesgo la seguridad energética de México. Nuestro país sólo tiene capacidad para 25 días de reservas por debajo del promedio de 45 días de los países de la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económicos (OCDE).
Actualmente hay cerca de 21.3 millones de barriles de capacidad de almacenamiento que no ha entrado en operación, que representa 62% de la capacidad de almacenamiento privada.
Pemex paga más impuestos que las 3 empresas más grandes del país juntas (y son de Carlos Slim)
La Comisión Reguladora de Energía ha dado 47 licencias de almacenamiento a compañías privadas con una capacidad de almacenamiento de 35.1 millones de barriles, sin embargo, no todos estos proyectos han entrado en operación, dejando actualmente un balance de 19 plantas de almacenamiento de gasolinas privadas contra 77 operadas por Pemex.
La falta de permisos de importación de gasolinas es otro problema para la seguridad energética. Al cierre del sexenio anterior había 1,503 permisos de importación y exportación de combustibles, actualmente se conservan sólo 50, la mayoría concentrados en las empresas Productivas del Estado.
En lugar del recurrente discurso de la autosuficiencia, el gobierno federal debería de estar enfocado en la seguridad energética, cuyas deficiencias sí ponen en riesgo a la economía del país, porque autosuficiencia de combustibles no es sinónimo de seguridad energética.
La Cumbre de la COP27 y las deudas de México
Teniendo como centro una serie de mensajes desalentadores inició esta semana en Sharm El-Sheik la edición número 27 de la Cumbre del Cambio Climático, conocida también como COP 27.
Como si fuera un déja vu, a lo largo de las próximas dos semanas habremos de escuchar las cíclicas denuncias sobre la devastación que se avecina y junto con ellas los mea culpa de los gobiernos más industrializados quienes habrán de reiterar sus promesas de cambiar políticas energéticas, promesas que hasta hoy, no han llegado a cristalizarse.
Sin embargo, el panorama en este año se empezó a vislumbrar apocalíptico, con imágenes que parecían arrancadas de una película de Holywood, con inundaciones que arrasaron poblaciones enteras y con una deforestación que encendió las luces rojas sobre una salud cada vez más precaria en nuestras selvas y bosques.
La invasión de Rusia a Ucrania abonó en mucho a lo que se considera un pésimo año en materia ambiental, precipitando una crisis que ya se anticipaba desde hacía tiempo, favoreciendo el incremento en el uso de combustibles fósiles, en particular el carbón, mineral responsable, en gran parte, del llamado calentamiento global.
Los líderes de tres de los países más contaminantes en el mundo, China, India y Rusia, ya confirmaron que no acudirán en esta ocasión a la cita y con el mayor desprecio sobre el tema ni siquiera enviarán representantes de alto rango. Los que si harán acto de presencia serán el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, y el flamante Primer Ministro de Gran Bretaña, Rishi Sunak.
Congruente con sus promesas de campaña respecto a la protección del Amazonas, también asistirá el presidente electo de Brasil, Inacio “Lula” Da Silva.
México llegará con déficit a la cumbre. La apuesta de la Cuarta Transformación ha sido por los combustibles fósiles bajo la premisa de la autosuficiencia energética.
Bajo esa consigna se compró la refinería de Deer Park, en Texas, se inauguró, aunque aún no produce un litro de gasolina, la Olmeca, y se están rehabilitando otras seis refinerías a lo largo del país.
Durante el encuentro que sostuvieron el presidente Andrés Manuel López Obrador y el enviado especial para el clima por parte de Estados Unidos, John Kerry, nuestro país se comprometió a reducir el 30% de Gases de Efecto Invernadero (GEI) para el 2030 de manera no condicionada (esto es financiada por México) y hasta 40% de manera condicionada.
Nuestra nación ocupa el lugar número 12 como emisor de GEI a nivel mundial.
La actual administración ha encabezado una cruzada contra las empresas que estaban generando energías limpias como Iberdrola y como alternativa únicamente ha ofrecido la promesa de construir plantas fotovoltaicas. Para López Obrador, su forma de enfrentar el cambio climático es su programa “Sembrando Vida”, la construcción del Tren Maya y la explotación de un utópico litio. Muy poco para lo que se necesita.
Mendel respalda su crecimiento
Mendel, la fintech mexicana de gestión financiera que lleva José María Zas, logró recaudar financiamiento de deuda por 50 millones de dólares y extendió su ronda Serie A en 10 millones de dólares, para respaldar el desarrollo de software y su crecimiento.
Helena Polyblank y Alejandro Zecler, cofundadores de Mendel, informaron que el financiamiento de deuda fue liderado por Victory Park Capital, mientras que la extensión de la ronda Serie A fue con la participación de Industry Ventures e Infinity Ventures.
Señalaron que toda la operación de la fintech está enfocada a a México, con miras a extenderse a Brasil y Colombia, así como duplicar su base de clientes a 600 para fines 2023.
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Mendel gestiona tarjetas de crédito corporativas, gastos, facturas y deducciones fiscales, entre otros servicios. Entre sus clientes se encuentran FEMSA, MercadoLibre, Office Depot, Kavak, Liverpool, ABinBev, Mediterranean Shipping Company, Petco, Bafar, entre otros. Actualmente, la fintech opera en México y Argentina con una plantilla de 74 personas.